País

Con un avance del 95%

También frenaron un centro de radioterapia único en Latinoamérica para tratar cánceres pediátricos

El Centro Argentino de Protonterapia, un proyecto de la UBA y la Comisión Nacional de Energía Atómica, corre la misma suerte con la motosierra que los dos reactores nucleares. Hay apenas unos 30 en todo el mundo. No hay plata para salud ni tecnología de punta, pero sí para comprar aviones viejos


El ajuste del gobierno nacional al sector de ciencia y tecnología, que además del Conicet y las universidades nacionales afecta a la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea), tiene como blancos no sólo a los reactores nucleares Carem 25 y RA-10, que generarían alto valor agregado en exportaciones a la vez que prestar importantes servicios dentro del país: también implicó la paralización de las obras del Centro Argentino de Protonterapia, que será único en Latinoamérica y con el cual la Argentina entraría en la lista de apenas unos 30 países que poseen esa tecnología indicada particularmente para el tratamiento del cáncer en niños y niñas.

El Centro es un proyecto conjunto de la Cnea, la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y la empresa de alta tecnología de la provincia de Río Negro Invap.

“El centro de protonterapia está en Buenos Aires con el 95% construido, falta que venga la empresa que tiene que terminar de hacer la instalación del equipo. Va a ser único en América Latina, para el tratamiento particularmente del cáncer infantil. Ante la falta de cumplir la semana pasada con el crédito que nos habían otorgado, que se tenía que convertir en pagos efectivos, ahora tenemos que pensar cómo pagar la luz y estamos con deudas de servicios”, lamentó la presidenta de la Cnea, Adriana Serquis, que viene de la gestión anterior y ya presentó su renuncia al cargo, aunque todavía no se la aceptaron.

Matar el futuro: frenaron construcción de los reactores Carem y RA-10, que están en sus etapas finales

“No hay un plan nuclear entendido y no sabemos hacia dónde van. Tuve varias conversaciones, hay mucho interés sobre que estas cosas continúen, pero no hay señales claras de que eso vaya a ser así, de que vayamos a tener toda la inversión que se necesita para que las cosas continúen”, describió el cuadro de imporvisación econ el que se manejan el Gobierno del presidente Javier Milei. Incluso, destacó la funcionaria, presentaron alternativas ante la voluntad oficial de recortar fondos a troche y moche. Pero sin respuesta: “Hasta estuvimos pensando un plan para ofrecerles ir lento sin frenar. Hay un desconocimiento de qué es lo que se quiere hacer. Siempre fue política de Estado y esperábamos que continúe siendo así“.

 

Para ciencia y salud, no hay plata, para aviones de guerra viejos sí

El corte de partidas para ciencia y técnica, entre otras muchas áreas, como las del ámbito social, bajo la muletilla “no hay plata” contrasta con el anuncio de gastos millonarios en dólares para otros fines. Por ejemplo, la compra de 24 aviones de guerra F-16 “de segunda mano”, con 40 años de antigüedad, fabricados en Estados Unidos y que Dinamarca vende como rezago. El costo: 303 millones de dólares, a los que habrá que agregar más para modernizarlos y equiparlos con armamento moderno, además de dotarlos de otras características que no poseen de fábrica. La carta de intención para ese gasto del Estado fue firmada el martes pasado por ministro de Defensa Luis Petri y su par danés, Troels Lund Poulsen, en Buenos Aires.

 

Protonterapia: tratamiento de cáncer infantil, tecnología de punta y formación de profesionales

 

Una de las formas más efectivas de destruir las tumorales, que puede camuflarse como si fueran otro tipo de células llamadas fibroblastos y pueden deshacerse de las proteínas que las fijan a la zona donde originalmente se encuentran, y con su crecimiento descontrolado causan la enfermedad conocida como cáncer, es la radioterapia. Se aplica radiación para dañar el ADN de las células tumorales. Y la protonterapia es la forma más efectiva de este tipo de tratamiento.

A diferencia de la radioterapia convencional, que usa rayos X de alta energía, en la protonterapia se usa un haz de protones que puede dirigirse en forma más precisa al sitio donde se encuentra el tumor, disminuyendo las dosis de radiación en los tejidos sanos aledaños. Eso permite disminuir, en muchos casos, el riesgo de efectos adversos del tratamiento.

En este tipo de terapia se utilizan los protones como proyectiles muy precisos que destruyen el ADN de las células tumorales de forma más efectiva y potente que las otras radioterapias.

Los protones tienen propiedades físicas y radiobiológicas únicas. Pueden penetrar en el tejido orgánico con escasa dispersión hacia los lados durante su trayectoria hacia el tejido maligno. Esto hace que los tejidos sanos reciban muy bajas dosis de radiación, mientras que los tejidos tumorales son alcanzados por la máxima dosis.

El protón es una partícula subatómica con una masa casi 2.000 veces mayor que la del electrón, lo que le permite romper estructuras moleculares, como el ADN. Los haces de protones se producen en un acelerador de partículas, el ciclotrón, que puede regular con precisión y amplio rango la potencia para irradiar el tumor en diferentes puntos, a diferente profundidad, de manera que se puede afinar la dosis con alta precisión.

La protonterapia es tan precisa que las estructuras y los tejidos sanos, como el corazón, el cerebro, o la columna vertebral, que se encuentran próximas a la región afectada por el tumor, reciben mucha menos radiación, o directamente nada, en comparación con otros tipos de radioterapias.

El tratamiento es similar a la radioterapia convencional, habitualmente requiriendo varias sesiones de radiación durante varios días o semanas. Por eso, está particularmente indicado cuando se tratan tumores pediátricos, en los que es más importante reducir la dosis de radiación que en adultos, ya que se trata de órganos aún en desarrollo.

El tratamiento con protones requiere de equipos especiales, con tecnología de última generación, que tienen pocos países del mundo. El Centro Argentino de Protonterapia dispone de dos salas de tratamiento y todo el equipamiento necesario para el diseño de estos tratamientos complejos, incluyendo equipos de diagnóstico.

El Centro, si alguna vez llegan los fondos para terminarlo, tiene prevista un área dedicada a la investigación traslacional en radioterapia con partículas, y un Laboratorio de Investigación Desarrollo en Protonterapia (Laidep), con un equipo compuesto por investigadoras e investigadores de varias instituciones que cumplirá con un plan estratégico de investigación, desarrollo, formación de capital humano y servicios.

Comentarios