Economía

Leche cortada

Tamberos en pie de guerra contra la industria láctea

Denuncian pérdida de rentabilidad, fuerte concentración empresarial y falta de regulación estatal. Preparan movilización para este jueves. Desde la Cámara de Industriales lecheros dijeron que están pagando por encima de sus posibilidades


Álvaro Arellano
Especial para El Ciudadano

El sector primario de la cadena láctea atraviesa un momento complicado ante las pérdidas que registra la producción. Reclaman que lo que pagan industriales por el litro de leche no llega a cubrir ni siquiera los costos. Desde la Confederación Rural Argentina (CRA) denuncian una fuerte concentración de la industria láctea, con pocas empresas que acaparan casi tres cuartas partes del mercado, lo que les concede poder de negociación suficiente para acordar precio a su favor. Ante esta situación, CRA advierte sobre una merma en la cantidad de litros producidos, que puede generar según indican, un escenario en el que la industria presione para importar partidas lácteas del extranjero.

Frente al fuerte reclamo de tamberos, que se movilizarán el 11 de octubre a la principal planta de La serenísima en Trenque Lauquen, desde la Cámara de Industriales Lecheros (CIL) alegan estar pagando más de lo que pueden. Agregan que ese esfuerzo lo están haciendo incluso por encima de sus posibilidades, y no ajenos a las condiciones económicas que también repercuten en su actividad. Productores lecheros piden una inmediata participación del Estado nacional para equilibrar una cadena en la que, entienden, el dinero está, pero mal distribuido en detrimento del primer eslabón.

¿Leche importada?

El vicepresidente de CRA, Julio Chemes, clarificó las cifras y explicó: “Lo que está pagando hoy la industria es aproximadamente 7,50 pesos, nosotros tenemos información de que ellos podrían estar pagando 10 pesos tranquilamente”. Analizó que los industriales y supermercadistas ampliaron sus márgenes en detrimento de los productores, ya que ambos pueden compensar sus pérdidas transfiriéndoselas al eslabón precedente, algo que los tamberos no pueden. “Lo que necesitamos es participación del gobierno para que la diferencia que está entre el productor y los supermercados se transfiera al productor y pueda equilibrar la cadena”, manifestó, consciente de que el gobierno fijó su postura rechazando cualquier escenario que se asemeje a una intervención.
La concentración de la industria láctea en pocas manos y la falta de referencia, refuerza ese pedido al Estado. En este contexto, “no hay un mercado institucionalizado, y hay cuatro o cinco empresas que definen el precio”. Ante esta situación, productores se ven obligados a cerrar sus tambos o prescindir de una parte de su manada, lo que explica Chemes como un escenario que lógicamente repercute en la producción habitual de litros de leche. Aseguró que el número normal es de entre 12 mil y 13 mil millones de litros anuales y hoy están “cerca de los 10 mil millones”. En cuanto a la merma de inyección de insumo a la industria, provocada por la crisis tambera, evaluó: “Puede ser una estrategia que tenga la industria para neutralizar nuestra protesta, para asustarnos, y decir que si falta leche, pueden importar”.

Cierres

El secretario de Lechería de la provincia, Sergio Tion, advirtió sobre números acumulados alarmantes en los últimos tres años en función a cierres tamberos. El combo de costos de la producción y las inundaciones provocaron que desde 2015 a julio de 2018 cerraran “600 tambos, la mayoría de ellos en 2016, alrededor de 370”.

Más allá del número concreto, Julio Chames de CRA, explicó que no hay que enfocarse en la cantidad de cierres para dimensionar la merma en la producción, dado que un tambo puede no cerrar, pero vender la mitad de sus vacunos y que eso impacte en la cantidad de litros de leche producida. “Cuando se analiza cuantos tambos cerraron el dato exacto no es ese, lo que hay que decir es cuántas vacas salieron de producción”, explicó el vicepresidente del CRA. Por otra parte, para entender que el cierre puede no significar pérdidas indicó:

“Si de un tambo de 100 vacas, esas vacas se venden a un tambo grande, siguen produciendo leche, por eso hay que medir cuantas siguen en producción, eso es lo que importa”

Efectos de la crisis

Desde la Fundación Agraria para el Desarrollo Argentino (Fada), Natalia Ariño reforzó los motivos de la crisis en el sector y señaló que desde mayo de 2016 los costos para el tambo aumentaron más que lo que se les pagó por lo producido. “Estos últimos dos meses fueron los que más perdieron, mucho tuvo que ver el aumento de insumos básicos como el maíz”, señaló ejemplificando con una de las bases de la estructura de costos sujeta al dólar, siendo que en los últimos 12 meses el tipo de cambio registró un alza del 120%.
Coincidió también en el efecto negativo de la concentración industrial, explicada según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla) que arroja un 10% de industrias acaparando el 81% de la participación en la industria láctea. Con este nivel de concentración, insistió en “una política pública para el sector donde haya una forma de calcular cuál debería ser el precio que se le pague al productor”.

Por su parte, Miguel Paulón, del Centro de la Industria Lechera (CIL), defendió el valor que está pagando el sector en virtud de una crisis económica que también los afecta. “Hacemos todo el esfuerzo, incluso por encima de las posibilidades”, sostuvo el titular de CIL, y expuso una situación “poco dinámica” del mercado interno, con “caída de poder adquisitivo de los consumidores”. Agregó el impacto de la situación financiera, la caída del reintegro a las exportaciones, y el nuevo esquema de retenciones como dificultades que también deben afrontar. En este marco sentenció: “Lo que pagamos se ajusta a todo lo que podemos trasladar, estamos pagando por encima del poder de compra real para sostener producción”.

Institucionalización

En medio del conflicto, la provincia intenta avanzar en transparentar un precio de referencia a través del Ministerio de Producción. La titular de la cartera, Alicia Ciciliani, aseguró: “En Santa Fe ya estamos publicando precios de referencia para ayudar a que la leche se pague por grasa y proteínas y no por litro”. Reconoció además que hay una “negociación desigual” entre productor e industrial por lo que están buscando “generar una institución” que ayude sobre todo al primer eslabón de la cadena. Por último concluyó: “Desde el estado queremos ayudar al sector más débil, pero la organización de tamberos es lo que va a cambiar esto, depende de que los tamberos estén de acuerdo”.

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