Aunque las naciones en crecimiento, agrupadas en el G-77 y que integra la Argentina, exigen que se respete el Protocolo de Kioto, que obliga a unos 40 países ricos a limitar la emisión de dióxido de carbono, la discusión más fuerte se da en torno al envío de fondos desde las potencias para actualizar sus modelos de producción energética.
“Tuvimos una reunión hoy, donde salió un papel que todavía tiene muchos problemas, muchos corchetes, lo que demuestra que la situación está muy trabada, porque las posiciones siguen siendo muy rígidas”, señaló Taiana en un comunicado.
Precisó que “en este contexto comenzaron los discursos plenarios” y que si se “mira en el plenario la posición de Sudán, que es la posición de todo el G-77, que Argentina integra y obviamente apoyamos, se verá que es una posición positiva”. Aclaró, en cambio, que “si uno escucha la posición o el discurso que dio Suecia, en representación de la Unión Europea, estamos todavía muy lejos de llegar a un acuerdo”.
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