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Suenan los tambores de guerra en Irán

Aún humean los cañones en Libia y la posibilidad de otra intervención militar a gran escala ya se debate entre las grandes potencias.

Por María Emilia Rebollo.- Aún humean los cañones en Libia y la posibilidad de otra intervención militar a gran escala ya se debate entre las grandes potencias. La llamada Primavera Árabe no sólo envalentonó a determinadas poblaciones a levantarse contra regímenes históricos, sino que le abrió una veta a la comunidad internacional para intervenir con más fuerza en el norte de África y Oriente Medio. Los tambores de guerra hoy suenan con fuerza en Irán, la República Islámica que se rehúsa a abandonar sus planes de enriquecimiento de uranio y amedrenta con amenazas a intereses de Occidente.

Hasta el momento, el gesto más contundente fue el lanzamiento por parte de Israel de un misil con capacidad nuclear. “La prueba prevista del sistema de propulsión del cohete fue realizada en la base aérea de Palmajim”, se afirmó en un comunicado del Ministerio de Defensa, difundido el último miércoles.

En otras instancias éste sería un hecho aislado, pero el test coincidió con las intenciones del gobierno de Benjamín Netanyahu de barrer con las instalaciones nucleares iraníes, una campaña en la que no estaría solo. Estados Unidos y el Reino Unido ya analizan un posible “ataque preventivo”, similar al ocurrido en Irak en 2003. Días antes, el diario israelí Yediot Ahronot había abierto la caja de Pandora atómica al realizar en su portada la siguiente pregunta: “¿Han decidido ya el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Ehud Barak, el ataque militar contra las centrales nucleares en Irán?”.

Sobre este punto, el periódico The Guardian ha hablado con varios oficiales de Defensa en las últimas semanas que señalan que tras la revolución en Libia Irán se ha convertido en el centro de las preocupaciones diplomáticas del Reino Unido.

De acuerdo con medios locales, oficiales militares británicos están examinando cuál sería el mejor lugar para desplegar barcos de la armada Real y submarinos equipados con misiles Tomahawk durante los próximos meses como parte de una campaña aérea y marítima. Creen que Estados Unidos podría pedirles permiso para realizar ataques desde Diego García, el territorio británico en el océano Índico, que los norteamericanos ya han utilizado en ocasiones anteriores durante conflictos en Oriente Próximo.

“Siempre estamos preparados para la guerra”, declaró sin reparos el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Ali Akbar Salehí. “Irán siempre ha estado amenazado por Israel. No es algo nuevo. Estamos oyendo amenazas de Israel desde hace ocho años”, afirma Salehí en una entrevista que el jueves publicó el diario turco Hürriyet Daily News. El ministro, que asistía a una conferencia sobre Afganistán en Estambul, subraya que si cualquier país trata de ofender a Irán el gobierno de Mahmud Ahmadineyad responderá con firmeza. “Sabemos cómo defendernos”, señaló.

“En caso de ataque del régimen sionista, Estados Unidos también será atacado. Los haremos arrepentirse de ese grave error y los castigaremos con severidad”, advirtió el jefe del Estado Mayor iraní, el general Hasan Firuzabadí, nada más conocerse que Israel estaba debatiendo un posible ataque a sus instalaciones nucleares.

A la hora de examinar este asunto, que ya es viejo, la opinión de los militares norteamericanos es hostil al ataque aéreo. Bombardear Irán no resolvería el problema, causaría un daño irreparable a los Estados Unidos en el mundo musulmán y entre las potencias emergentes y podría provocar un conflicto regional de grandes proporciones. Se supo que en el pasado reciente el Pentágono ya había negado una posible escalada. Pero hoy los acontecimientos se precipitan y obligan a Estados Unidos a plantearse si defender a su aliado o dar el portazo, algo que, de acuerdo con analistas, parece imposible.

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