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Producción

“Sólo somos socios en las pérdidas”

El presidente de la Federación de Centros Tamberos de Santa Fe, Gustavo Colombero, dijo que la ampliación del subsidio de 30 centavos anunciada esta semana por el gobierno “es sólo un parche” y denunció déficit de 80 centavos por litro.


El sector de la producción lechera, que perdió según ellos mismos dicen más de 500 tambos en el último año y medio en Santa Fe, consideró como “un parche más” la decisión del gobierno oficializada esta semana de ampliar el subsidio de 30 centavos por litro de leche a los productores de más de 2.900 litros diarios y hasta 6 mil. En diálogo con El Ciudadano, Gustavo Colombero, titular de la Federación de Centros Tamberos (Fecet) de Santa Fe, dijo que, aún con el subsidio, el productor absorbe un déficit de 80 centavos por litro y pidió mecanismos claros de compensación frente a los picos del precio internacional.

—¿Qué análisis hace del anuncio que realizó el gobierno?

—Obviamente que estos 30 centavos sería hipócrita no aceptarlos, pero no es la solución del problema. Yo creo que es un parche más. Para que la gente entienda, hace dos o tres meses estábamos cobrando en una banda de 3,25/35 pesos por litro. Nos bajaron el precio a $ 2,90 y ahora nos dan el subsidio, cuando para producir leche en la cuenca santafesina estamos más cerca de los cuatro pesos que de los 3. ¿Ayuda?, ¿sirve?, sí, pero es un parche más que no soluciona nada. Es una aspirina más que calma un poquito el dolor de cabeza, nada más que eso. Históricamente venimos peleando por un precio razonable, es decir por darle valor a lo que nosotros producimos.

—¿Y ese valor, cuál sería?

—Hoy está en la banda de los cuatro pesos, mínimo. Y después, pedimos un conjunto de reglas de juego que le dé un ordenamiento a la lechería. Que le dé sustento y previsibilidad a la actividad, que es muy compleja. Punto y aparte, lo demás son medidas para salir del pantano, pero que no solucionan para nada el problema.

—¿Ese ordenamiento en qué consistiría?

—En un conjunto de reglas de juego que prevean situaciones, para que no nos levantemos de un día para otro y veamos que la leche bajó de 4 pesos a 3,50 y después a 3. Y que si cayó un meteorito en Singapur tengamos problemas. Debemos pensar en fondos compensatorios o una articulación de medidas que, ante una contingencia, que puede pasar, atempere las consecuencias. Porque el productor planifica inversiones, gastos, un montón de cosas, con un valor. Y cuando termina de hacer la inversión ve cómo se derrumba el precio de la leche. Por lo que sea. Habría que hacer algo más prolijo, más serio, como hacen los países civilizados, que simplemente prevén situaciones que amortiguan las consecuencias de las cosas que pasan.

—¿Un ejemplo sería fijar un precio mínimo a partir del cual el Estado interviene con subsidios?

—Exacto. A partir del cual se dispare un mecanismo que amortigüe las consecuencias. Tanto para arriba como para abajo. Lo que pasa que históricamente los productores fuimos socios en las pérdidas pero nunca en las ganancias. Ahora estamos en un piso del precio, pero cuando llegamos a un techo de 5 mil dólares en el precio internacional. ¿qué vio el productor? Nada. Si nosotros hubiésemos recibido algo de ese beneficio hoy estaríamos mejor posicionados.

—Antes de esta medida, ya regía un subsidio.

—Claro, era para todos aquellos tambos que no superaban los 2.900 litros diarios. Hoy esos tambos lo siguen cobrando y se amplía el subsidio a tambos de hasta 6 mil litros, pero sólo por los primeros 2.900.

—Algunos productores quedan fuera.

—Sí, que según el gobierno son sólo el tres o el cuatro por ciento, pero no es así.

—¿El defasaje con el precio ideal sigue siendo ahora de unos 80 centavos?

—Sin duda. En mi empresa familiar, que es un tambo medio chico de la provincia de Santa Fe, hoy estoy en un costo de producción que supera los cuatro pesos, y voy a cobrar, con subsidio, 3 pesos con 20 centavos. Estoy perdiendo casi el 25 por ciento.

—¿Cómo hace para absorber esa pérdida?

—Con endeudamiento, con financiamiento, con pérdida de capital, falta de inversiones, y con la actitud de empezar a atar con alambre las cosas. Un montón de cosas mal hechas.

“Los sobrevivientes”

—¿Cómo es la situación en los tambos de la provincia, a niveles históricos?

—¿En cuanto a la cantidad de sobrevivientes? Para que te des una idea, Santa Fe llegó a tener un par de décadas atrás 20 mil tambos. El año pasado teníamos prácticamente 4 mil, y este último año calendario, sumadas las cuestiones económicas y las cuestiones climáticas, se cerraron más de 500 tambos en la provincia.

—¿Solamente en este año?

—En el último año y medio. Es terrible.

—¿Y a nivel país?

—Argentina llegó a tener 90 mil productores de leche. Hoy están quedando poco más de 8 mil. El diez por ciento. Si hablamos en cantidad de producción, es casi lo mismo, pero hubo una fenomenal concentración en pocas manos.

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