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Sólo en cinco meses, 400 casos de pibes desaparecidos

La gran mayoría se origina en disputas intrafamiliares y se resuelven rápidamente. Pero hay otros que no.

El Registro Provincial de Información de Niños, Niñas y Adolescentes Desaparecidos recibió alrededor de 400 presentaciones desde enero hasta abril del 2011. Con un porcentaje elevado de resolución de los casos, la mayoría de los casos corresponden a internas familiares entre padres separados o divorciados que luego son derivados a los jueces de Familia santafesinos. El resto de la torta porcentual –que es precisamente el que más dificultades de resolución tiene– se divide entre los casos relacionados a fuga del hogar con posterior situación de calle, captación de jóvenes para cometer delitos y trata de personas. “A medida que la gente va conociendo más el trabajo del Registro y la Secretaría, se van radicando cada vez más denuncias. No hay que generar pánico sino conciencia sobre la tarea y funcionamiento del organismo, que vela por los derechos de la niñez”, sostiene la secretaria de Derechos Humanos de Santa Fe, Rosa Acosta.

Tal como informaran desde el gobierno provincial, el último recorte estadístico realizado lanzó un importante número de presentaciones sobre menores de 21 años desaparecidos en Santa Fe. A través de los equipos disciplinarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, uno en el norte, con sede en la capital de la provincia, y otro en el sur, con sede en Rosario, se contabilizaron 407 casos reportados.

En el norte, se registraron 253 presentaciones, de las cuales sólo 9 casos no se pudieron resolver. En el sur se radicaron 154 presentaciones, de las cuales 133 ya han sido localizados, 5 fueron derivados según la tipología y necesidad del caso mientras que restan encontrar otros 21 individuos menores de edad, en estado de extravío.

“Son porcentajes altísimos de resolución de las problemáticas. La mayoría correspondían a disputas intrafamiliares de parejas separadas, que hacían la denuncia porque quien ostenta la tenencia no les dejaba ver a los hijos. En estos casos deberían actuar los tribunales de Familia, pero les son muy problemáticos. En el Registro encuentran la asistencia necesaria. Por supuesto, desde la Secretaría se exhorta a los adultos a no incurrir en estas conductas, aunque sabemos que son de fácil resolución mediante los jueces”, explicó Acosta.

Por otro lado, gran parte de las denuncias fueron radicadas “a partir de que los padres y familiares sintieron que niños de alrededor de 11 años si bien no estaban desaparecidos, eran posibles víctimas de explotación laboral o sexual”. De acuerdo con Acosta, muchos casos de adolescencia, que también se registran seguido, están relacionados con alguna relación amorosa que el núcleo familiar no apoya y, por ende, deciden fugarse. “Otra porción corresponde a las situaciones de violencia familiar. Y una última con chicos que se van de sus casas atraídos por bandas delictivas y terminan en situación de calle”, explicó la secretaria provincial que instó a la población a participar del sistema solidario para la localización de menores extraviados.

Cinco años de trabajo

El Registro de la provincia de Santa Fe se creó por ley –Nº 12.455– en junio de 2006, en consonancia e interconectado con el sistema nacional, que comenzó a gestarse desde 2003. Funciona a partir de denuncias que se radican personalmente, por vía policial o a través de las líneas telefónicas de la Secretaría -ver aparte-, y en coordinación con las fuerzas de seguridad y reparticiones gubernamentales de todo el país. “Recuerdo un caso de una chica de Rosario que le encontramos, en colaboración interprovincial, en Posadas”, añadió Acosta.

Además de implementar un sistema de datos unificados con el objetivo primordial de lograr la localización de los menores extraviados, el registro busca la prevención de posibles desapariciones a través de un conjunto de acciones de difusión, formación y control comunitario. En cuanto a la difusión mediática, según aseguró Acosta, sólo cuando existe la expresa autorización de los padres del denunciante, requerimiento establecido por la ley que creó el registro, se publica la foto en la página web y se envía a los medios de comunicación para que hagan lo propio.

Consultada por los indicadores comparativos desde la creación del registro provincial, la funcionaria fue prudente y explicó: “Desde 2010, el registro tuvo una difusión mediática tal que pareciera que el número aumentó. La cuestión es relativa, ya que no sabemos qué hubiera pasado años anteriores con la misma mediatización. A medida que la gente va conociendo más el trabajo del registro y la Secretaría, se van radicando cada vez más denuncias”. La tarea, tal como indicara Acosta, es concientizar sobre el funcionamiento del organismo que vela por los derechos de la niñez establecidos en la Constitución nacional, y particularmente el derecho a la identidad, consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño.

Casos especiales

“Si bien nosotros no estamos a cargo del tratamiento y derivación de adultos no podemos negarles la posibilidad a los familiares o amigos a radicar la denuncia”, confesó la secretaria de Derechos Humanos provincial al apuntar también que en los últimos años han registrado a muchos hombres y mujeres en condiciones de vunerabilidad socioeconómico o de salud mental, que fueron encontrados y asistidos. “Por ejemplo, personas que estaban en instituciones que tratan las problemáticas de salud mental o adicciones. Sin embargo, son los menos de los casos”, detalló Acosta. La problemática, insistió, sigue siendo la infancia y, en particular, las denuncias de las niñas extraviadas debido a que son las más propensas a ser cooptadas por redes de trata y prostitución local e internacional. “En el caso de los niños, el peligro es la explotación laboral y la inserción al mundo del delito en calidad de comisionados”, concluyó la funcionaria provincial.

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