Rusia 2018

El espía rojo

Sobran teorías conspirativas


Bueno, bueno… Dios aprieta pero no ahorca, diría un buen cristiano, cosa que no soy -por supuesto-, pero lo cierto es que Nigeria aportó el oxígeno que esperaba toda la Argentina y hay chance para el milagro. Igual, la algarabía criolla importada de África no llegó a acallar el sinfín de hipótesis que se tejieron para interpretar el hasta ahora más que decepcionante transitar del seleccionado criollo por el Mundial.

Hubo de todo, y no vale la pena detenerse en casi nada de lo que se dijo, a excepción de algunas más que osadas teorías conspirativas que excedieron lo futbolístico para adentrarse en el terreno de los oscuros poderes políticos que mandan en el planeta. Como ex agente de la KGB es mi especialidad, y por eso mi aporte.

Lo más inquietante se lanzó desde la mesa del inefable Fantino, donde se arriesgó alguna imprecisa intervención de los servicios secretos israelíes para condenar a los de Sampaoli al más estrepitoso de los fracasos. Nada que ver. La hipótesis tiene su lógica: desde la suspensión del amistoso en Jerusalén, la rancia ultraderecha que conduce el rumbo hebreo anda con ganas de comerse crudo a Messi y compañía, pero mis antiguos contactos con llegada a la cúpula del Mossad desestimaron la versión, y no porque los heridos por el desplante de la Selección estén dispuestos a perdonar. “Si esta gente planea alguna venganza, seguro será más drástica”, graficó una de mis fuentes.

No muy lejos de aquella teoría, circuló también en algunos corrillos de alto nivel una versión que no llegó a hacerse pública -hasta donde sé-, y que vincula el sorprendente declive de la albiceleste a la letra chica del reciente acuerdo con el FMI. Se deslizó por lo bajo que las exigencias del odioso organismo de crédito internacional no sólo incluyen la fuerte depreciación del peso sino de todos los activos argentinos en el exterior, y en base a ello interpretan el devaluadísimo rendimiento de futbolistas vernáculos que en Europa venían cotizando en Bolsa. Me cuentan mis informantes que esta línea de análisis llegó a oídos de la propia directora del Fondo, la francesa Christine Lagarde, justo cuando pateaba el escritorio para celebrar el gol consagratorio de Mbappé ante Perú. Obvio, la ácida ejecutiva que es casi un doble de Sergio Denis puso cara de yo no fui y cerró el llamado telefónico con un “no comment”.

Sólo me resta chequear las sospechas de que detrás de toda esta pesadilla está el Vaticano, luego de que el representativo de AFA dejara plantado al mismísimo Papa argentino, pero por lo pronto bien podría aplicarse al tema que nos desvela el reciente y preciso análisis de la coyuntura nacional que expuso vuestro presidente: veníamos bien, pero en el medio pasaron cosas.

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