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Sin visión y al final sin corona

Por Néstor Giuria / Especial para El Hincha.- El púgil argentino Lucas Matthysse fue de mayor a menor y terminó cayendo sin atenuantes ante Danny García.


boxeo-dentroEn pelea de semifondo de la gran velada boxística en el Grand Arena del MGM Grand Hotel de Las Vegas, Lucas Martín Matthysse y Danny García se enfrentaron por el título superliviano CMB, protagonizando una gran pelea. El combate cumplió con las expectativas previas y mantuvo al público en alerta durante los doce capítulos. Ganó por puntos en decisión unánime, reteniendo la corona, Danny García.

El combate tuvo dos partes bien diferentes. La primera abarcó los seis rounds iniciales, mostrando a Matthysse dominador. Combinando bien potencia y velocidad, el chubutense colocó los mejores golpes y pese a los buenos envíos de contra de García, sacó diferencias para ir ganancioso en ese lapso.

La segunda parte de la pelea en Las Vegas comenzó con el toque de campana de la séptima vuelta. Sacudido por su padre en el rincón, física y verbalmente, García mostró sus mejores cartas. Aquellas que lo han convertido en boxeador de primer nivel. Apareció la estrategia necesaria para dar vuelta la historia, la que no tuvo Matthysse para sostener la suya. Danny García le imprimió más ritmo a sus movimientos, en especial a través de combinaciones que llegaban luego de un excelente manejo del jab de izquierda. Tras una mano de derecha, excesivamente baja del argentino, el campeón comenzó a colocar con potencia y exactitud su izquierda en cross, provocándole una inflamación primero y cerrándole el ojo después. Casi sin visión de ese lado de la cara, Matthysse terminó mal la vuelta. Ese fue el quiebre. El antes y el después. La bisagra que marcó el destino de la pelea.

Era una pelea de noqueadores, aunque iba a prevalecer el que tuviera mejor estrategia. La adecuada para resolver situaciones, en especial las extremas.

Para armar estrategias, en todos los órdenes de la vida, hay que saber contra quién se va a luchar. Eso es básico. Danny García, sin dudas, supo. Mientras que Lucas Matthysse no tuvo la estrategia necesaria para  aprovechar las ventajas iniciales. ¿El argentino conocía a su rival? ¿Sabía bien cómo se movía en ataque con esa izquierda punzante y lacerante? “Yo no veo videos de mis rivales”, aseguró el día del pesaje ante la requisitoria periodística. Su equipo de trabajo, ¿los vio?

Lo real es que desde el séptimo round, Matthysse repitió el libreto sin cambiar lo que las circunstancias aconsejaban. Los asaltos que se sucedieron hasta el final fueron favorables a García, quien se dio cuenta que su condición de dominador iba en aumento. El campeón, un boxeador veloz física y mentalmente, descifró todos los intentos que le planteaba su rival, acrecentando las diferencias a su favor.

Matthysse nunca utilizó los pasos laterales, tan necesarios en ese momento, donde sólo tenía un perfil para combatir. Apeló exclusivamente a su coraje, despliegue físico y búsqueda de una mano salvadora. La mano no llegó y todo lo demás no alcanzó. Cayó Matthysse contra las cuerdas en el undécimo round y en los tres minutos finales salió a jugarse a suerte o verdad. Lo buscó y le tiró todo lo que le quedaba. Fue un final a toda orquesta de parte de los dos peleadores. La campana final los encontró en pleno cruce de golpes. Gran pelea.

Matthysse se fue con el honor de haber cumplido como un retador de gran nivel. Y García dejando bien claro que es un cabal campeón, pues nadie le regaló nada y se mantiene en esa condición con inteligencia y recursos técnicos de primera línea.

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