Perder a un hijo representa una de las tragedias más dolorosas para una familia, y si la Justicia no responde ante ello, la indignación se suma al dolor. Hoy se cumplen siete años del siniestro de tránsito de Parque Norte, que terminó con la vida de Úrsula Notz y Nayib Abraham y que dejó a Carla Alfaro inmovilizada en una camilla de por vida. El conductor del BMW, Matías Capozzuca, estaba ebrio la noche de la tragedia; fue condenado, cumplió una parte de esa condena, pero hasta el día de hoy la causa sigue abierta. En reclamo de justicia y en recuerdo de las tres víctimas, dos de ellas fallecidas, se realizará un acto el sábado 2 de junio, de 11 a 17, en la plazoleta del Aguaribay (Oroño 1525).
El dolor por la pérdida de su hija, Úrsula, impulsó a Mónica Gangemi a comprometerse en una tarea titánica: generar conciencia y conducta vial en la comunidad. Para ello fundó la ONG Compromiso Vial, que ha realizado innumerables campañas de educación y prevención. “Creo que el 30 por ciento de la población no se puede persuadir sólo con sanciones rígidas, y eso pasa en todo los países del mundo. Este sector ya entra en el sistema delictivo, porque quien maneja con locura y no usa el cinturón de seguridad o el casco, no tiene respeto por la vida”, sostuvo Gangemi.
Sobre la causa judicial que se abrió tras el choque fatal, Gangemi manifestó: “La Justicia viene muy lenta, y si no viene o viene lenta, no existe. En nuestro caso vemos muchas trabas que favorecen a los Capozzuca. Él (por Matías) ha tenido un ciento por ciento de responsabilidad en estas muertes, se comprobó judicialmente, incluso fue condenado y cumplió parte de esa condena, pero el aparato judicial oferta aún más posibilidades de apelaciones y deja la causa abierta, al igual que nuestra herida, y nos deja sin poder actuar. Estamos inmersos en un sistema judicial espantoso y si no hubiera sido por los medios de comunicación, esta causa estaría en el olvido absoluto, porque ni siquiera la Justicia nos avala”.
Los 23 de Carla Alfaro
María Teresa Escudero, mamá de Carla Alfaro, atendió a El Ciudadano en un día doblemente especial. Ayer fue el cumpleaños número 23 de Carla y desde hace 7 la joven permanece postrada en una camilla. La mujer se mostró resignada con el caso y dijo que la causa “ya quedó en la nada, y a mi hija nadie la saca del estado en el que se encuentra. Sólo pido una cosa, ya que justicia no hay, que se prohíba olvidar el caso de Carlita y Úrsula. Mientras sigo rogando a Dios por la conciencia de esta familia, que intenta vivir como si nada hubiera pasado”, dijo, acongojada, sobre los Capozzuca.
Por otra parte, Gangemi pidió arrepentimiento a la familia Capozzuca. “Es importante arrepentirse de los errores cometidos, por negligencia o por desapego de la vida propia y ajena. Si hoy tienen la posibilidad de estar vivos es para que demuestren arrepentimiento por lo ocurrido. No me refiero a la palabra en sí, sino al hecho de tomar conciencia, de que ningún miembro de esa familia vuelva a conducir ebrio, que sean prudentes y que se hagan cargo de los gastos económicos del caso. Esto los hará mejores personas y no lo que hoy están demostrando ser”, concluyó.
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