Cualquier similitud con el Central que derrotó a Independiente no es mera coincidencia. El Canalla jugó un partido casi calcado ante Belgrano, aunque esta vez igualó 1-1 y permitió que el Pirata se quede con la Copa de Córdoba.
Central jugó muy bien en la primera etapa y volvió ser un equipo híbrido en la segunda.
Simple. Correcto. Sin demasiados lujos, pero práctico. Así fue el primer tiempo de Central. Antes de los 20 minutos Central se puso en ventaja. Carrizo, cada día es más importante, armó una triangulación que contó con Méndez y Luna como actores de reparto, para meter un fierrazo desde afuera del área que se coló en al ángulo de Olave.
De ahí en más el Canalla fue patrón y soto en el Kempes. Con Méndez haciendo un trabajo interesante: siendo el auxilio de Carrizo y Encina, tanto a la hora de marcar, como así también en el momento de crear. Y apenas sufrió un sofocón que Donatti se encargó de apagar.
Al inicio del segundo tiempo el ruso Zielinski pateó el tablero y metió tres cambios. Esa estrategia dio resultados inmediatos. A los 2 minutos, centro de Pereyra y cabezazo de Bueno para el empate.
El Pirata se mostró superior en el complemento y Central se olvidó del buen primer tiempo que jugó. Por eso la premisa de Russo antes del inicio del torneo Final será buscar la regularidad.
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