El precio de los combustibles volverá a subir en julio, y seguirá su carrera alcista mes a mes hasta fin de año. El valor al público está congelado desde hace casi 20 días por un acuerdo del gobierno nacional con las petroleras. Pero eso vencerá en breve. Y desde que se hizo ese pacto el precio del dólar y el petróleo a nivel internacional (variables que determinan los costos) siguieron en ascenso. Desde la cámara que nuclea a las estaciones de servicios locales señalaron que sería “lógico” que las naftas y el gasoil sigan “aumentando bastante”. Mientras que la entidad que agrupa a los expendedores de la provincia de Córdoba estimó que el ajuste del mes próximo llegará al 10%. Y –lo que es peor- que el atraso en los surtidores ya llega al 40%.
El prosecretario de la entidad Federación de Expendedores de Combustibles del Centro de la República (Fecac), Gabriel Bornoroni, señaló que el acuerdo por congelamiento de precios entre el Gobierno y las petroleras sigue firme y se cumplirá. Pero eso tendrá fin en poco tiempo.
“Es imposible que se rompa. Si lo rompen, el gobierno tranquilamente podría volver a regular los combustibles y se acabó todo. Van a respetarlo. Pero el 5 de julio habrá un aumento gradual, de alrededor de 10%”, dijo el dirigente empresario en diálogo con el diario Ámbito Financiero.
Desde la firma del acuerdo por el congelamiento de precios del 8 de mayo pasado, el dólar trepó 15%, el barril de crudo creció 8% al superar la barrera de los u$s 80 -hoy está en u$s 79,81- y el bioetanol se encareció 8,4% promedio. Las tres variables que fijan el costo de las naftas y el gasoil minoristas se dispararon y el atraso –de acuerdo a la Fecac- ya roza el 40%.
En ese marco, habrá que ver cómo Nación traslada ese actual desfasaje al público. En principio está pactado que haya seis cuotas mensuales de aumento a partir de julio.
En tanto, según los cálculos de las estaciones, el litro de Súper en una YPF de la ciudad de Buenos Aires –dónde el precio es más bajo que en Santa Fe- ya debería cotizar por arriba de 35 pesos.
“Lo lógico es que el combustible siga aumentando, ya parece que bastante lamentablemente. Como se sabe, nosotros no manejamos los precios al público. Y la situación es difícil también para las estaciones. Por ejemplo, arreglamos paritaria hace poco y con la inflación vamos a tener que volver a ajustar salarios”, señaló a El Ciudadano Rubén Fernández, integrante de la entidad que nuclea a los estacioneros rosarinos.
Suba mayorista
Con todo, a menos de un mes de la venta del negocio de refinación y comercialización de combustibles de Shell en la Argentina a la brasileña Raízen, la petrolera subió en las últimas horas un 8,5% el precio mayoristas, según informaron medios nacionales.
En rigor, lo que hizo fue eliminar los descuentos y beneficios escalonados que poseían esos clientes por comprar en cantidades y estableció un importe único. “Esto no significa una traducción posterior al precio del surtidor, son mercados diferentes. Con el mayorista se abastece a las actividades agropecuarias, algunas industrias y al transporte de pasajeros”, aclararon fuentes del sector.
Hasta julio sigue vigente el congelamiento de precios minoristas sellado entre el ministro de Energía, Juan José Aranguren, y las principales petroleras del país. YPF, Pan American Energy y Shell aceptaron a principios de mes postergar los aumentos previstos para mayo y junio a cambio de poder compensar los costos en el segundo semestre del año.
La propuesta de Aranguren buscó “amortiguar los efectos de los aumentos” del precio internacional del crudo y las variaciones del dólar y “contribuir a la estabilización de los precios de la economía” local. El acuerdo se entabló días atrás en medio de la escalada del dólar, que subió de 20,5 a 25 pesos en muy pocos días.
Sin embargo, en el sector ponen en duda la fuerza del pacto y desconfían del cumplimiento a rajatabla de la desconocida letra chica del acuerdo. La suba de precios mayoristas de Shell demuestra el estado en que se encuentra la medida ultra intervencionista del ministro. Advierten que algunas petroleras no quieren desprenderse de sus productos hasta que no haya ajustes de tarifas y retacean la provisión.
En marzo pasado el valor de venta a granel se incrementó 4,5% promedio, un porcentaje que a los pocos días se trasladó directamente a las estaciones de servicio. Por ahora, trascendió en medios nacionales que YPF no prevé seguir los pasos de Shell. La decisión de los anglo-holando- brasileños tomó por sorpresa a la firma de mayoría estatal, que controla el 60% del mercado. Al mismo tiempo, se conoció que otras marcas comenzaron a aplicar cupos a la entrega.
El impacto
Si bien la suba del precio mayorista no se trasladará de inmediato a los surtidores, hay temor de que los ajustes peguen fuerte en el resto de la economía doméstica.
Se sabe, cada vez que suben los combustibles eso impacta en los costos de algunas actividades productivas del país, como el trabajo en el campo, las fábricas pymes y la logística y distribución de mercaderías.
A esta situación de olla a presión se le suman quejas de algunos dueños de estaciones del interior –como en Jujuy– que comenzaron a denunciar desabastecimiento de gasoil y rechazan los límites a la demanda.
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