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Se tensa la cumbre por Siria

Hoy, por primera vez, se sentarán los opositores y Damasco en la mesa denominada “Ginebra II”. Pero las esperanzas de salida al conflicto se complicaban a poco del inicio por los cruces entre vecinos y potencias, y nuevas denuncias de torturas.


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Reunidos por Estados Unidos, Rusia y la ONU, el gobierno sirio y la oposición se verán hoy las caras en la ciudad de Montreux, Suiza, por primera vez en casi tres años de guerra, en una cumbre internacional de paz jaqueada por una incesante violencia y posturas irreconciliables. A la polémica que despertó la exclusión de Irán de la mesa se sumó la ola de opositores sirios que se oponen a dialogar y un informe difundido ayer que denuncia “la tortura y las ejecuciones sistemáticas” de al menos 11.000 personas detenidas por el gobierno sirio, que incluye una decena de fotografías de cadáveres con señales de torturas.

El informe y las dramáticas fotos ocuparon los medios occidentales y aportaron su granito de arena al fracaso de la paz. No se especificó cuándo fueron tomadas las imágenes, aunque se insinuó que serían de 2011, el primer año del conflicto, antes que escalara a una guerra civil nacional, ya que el policía militar que las filtró desertó y salió de Siria a principios de 2012.

A través de un estudio de abogados londinense, el gobierno de Qatar, una de las monarquías más conservadoras del Golfo Pérsico y un férreo aliado de la insurgencia siria, encargó y financió el informe, difundido por la cadena estadounidense CNN y el diario británico The Guardian.

Los juristas convocados fueron los ex fiscales de la corte especial para Sierra Leona, Desmond de Silva y David Crane, y el ex fiscal del juicio contra el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, Geoffrey Nice.

Luego de examinar 55.000 fotografías filtradas por un policía militar sirio que desertó y salió del país, los ex fiscales concluyeron que existen “evidencias claras” que “apoyarían los cargos de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra contra el actual régimen sirio”.

Desde el comienzo del conflicto, en marzo de 2011, el gobierno del presidente sirio, Bashar Al Assad, niega acusaciones de violaciones a los derechos humanos y acusa a la insurgencia de “terrorista”.

En una entrevista publicada anteayer por la agencia de noticias estatal siria Sana, Assad sostuvo que su gobierno ganó la “primera etapa” en la que “ciertos países buscaban hacer que el Estado se desfonde para terminar con una partición de Siria en pequeños mini-estados”.

“Pero ahora estamos en otra etapa de la batalla, que es la lucha antiterrorista (…) y no podemos hablar de victoria en esta etapa si no irradiamos definitivamente a los terroristas”, agregó el mandatario, haciendo un balance de un conflicto que dejó más de 100.000 muertos y 6,5 millones de desplazados, según la ONU.

Según The Guardian, la publicación del informe de los juristas  fue “deliberadamente programada” para coincidir con la víspera de la cumbre para Siria, que fue organizada por Rusia –que apoya a Siria–, Estados Unidos –que respalda a la oposición– y la ONU y que comenzará con una reunión de cancilleres de 39 países.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), el grupo más grande dentro de la Cnfros (Opositora Coalición Nacional Siria), anunció ayer que abandona la coalición en rechazo a su participación en la conferencia de paz, bautizada como Ginebra II.

Además, otros 43 miembros de la Cnfros, muchos de ellos integrantes de los influyentes Consejos Locales en Siria, han rechazado el diálogo directo con el gobierno sirio en Suiza.

Todas las milicias insurgentes, desde las islamistas más radicales, entre ellas dos vinculadas a Al Qaeda, a las más moderadas, también rechazan un diálogo directo.

Rusia contra la ONU por excluir a Irán

Si un gobierno sirio cuestionado, una oposición totalmente fracturada y los combates cotidianos no complicaban lo suficiente el inicio de las negociaciones por la paz a realizarse en Suiza, la pelea diplomática que desató entre las potencias el retiro de la invitación al vecino Irán a esa cumbre podría terminar de fulminar las posibilidades de un acuerdo.

Antes de partir hacia Montreux, el canciller ruso, Serguei Lavrov, calificó de “error” la decisión del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, de retirar la invitación a Teherán y de “engañosa” la justificación para hacerlo.

Según explicó el vocero de Ban, Martin Nesirky, Teherán fue “desinvitado” porque “eligió quedar fuera” de la resolución final de Ginebra I, la cumbre realizada en junio de 2012 sin la presencia del gobierno sirio. En ella se acordó que la paz sólo se alcanzará con la creación de un gobierno de transición, que incluya tanto a miembros  oficialistas como opositores.

Las potencias occidentales sostienen que el comunicado de Ginebra debe ser la hoja de ruta para las negociaciones que comienzan esta semana y por eso reclamaron que Teherán adhiera públicamente a ese texto antes de sentarse en la mesa en Suiza.

En una conferencia de prensa en Moscú, Lavrov acusó a la oposición siria y a sus aliados internacionales de tergiversar la resolución de Ginebra y de equiparar la idea de un gobierno de transición con un cambio de régimen, que deje afuera a Bashar al Assad.

Más violencia en Ucrania

Más de 120 policías resultaron heridos en Kiev, de los cuales 80 permanecían hospitalizados con lesiones graves, en enfrentamientos con manifestantes antigubernamentales. El nuevo detonante del descontento  fue la aprobación de un paquete de leyes represivas que coarta la libertad de reunión. La violencia comenzó hace dos meses contra la decisión del gobierno de no firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE), para relanzar las relaciones con Rusia.

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