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En Ferguson

Se reavivó ira racial en EE.UU.

Dos uniformados fueron baleados cuando concluía una nueva manifestación de protesta contra el gatillo fácil y el abuso policial en esa ciudad de Missouri, donde un agente blanco mató el año pasado a un adolescente negro desarmado.


Uno o dos tiradores eran activamente buscados ayer en Ferguson, Estado de Missouri, en el centro de Estados Unidos, ante el reinicio de las tensiones raciales después de que dos policías resultaran heridos de bala durante una protesta. La ciudad es escenario de manifestaciones contra la Policía desde que el 9 de agosto del año pasado un adolescente negro desarmado, Michael Brown, fue muerto a tiros por el agente blanco Darren Wilson, en libertad por un fallo que consideró que lo hizo “en defensa propia”.

Desde la noche del miércoles pasado se vive en Ferguson un recrudecimiento de tensiones con protestas ante sedes policiales.

El tiroteo ocurrió en la madrugada de ayer cuando un grupo de sesenta a setenta personas se manifestaba frente a la sede policial local tras la renuncia del jefe de Policía de Ferguson, Thomas Jackson, acusado, en un informe del Departamento de Justicia, de realizar cotidianamente prácticas racistas.

La renuncia de Jackson era una de los reclamos principales de las protestas tras la muerte el año pasado del adolescente Brown a manos del agente blanco Wilson.

Cuando la manifestación se dispersaba se escucharon “tres o cuatro disparos” a unos 150 metros de distancia de la línea en que estaban estacionados unos 40 agentes, de acuerdo con lo que dijo el jefe de Policía del condado de St. Louis, Missouri, Jon Belmar.

Uno de los oficiales recibió un tiro en el rostro que salió por detrás de la oreja, y el otro en el hombro y que le salió por la espalda. “No habrá consecuencias graves”, agregó el jefe policial.

Uno de los heridos tiene 41 años, y es miembro de la Policía del Condado de San Luis, donde se ubica la ciudad de Ferguson. El otro es un agente de la ciudad de Webster Groves, del mismo condado, y tiene 32 años, según consignó EFE.

Poco después la prensa local informó que los dos heridos habían sido dados de alta del hospital donde fueron atendidos y ya se encontraban en sus domicilios.

Belmar afirmó que los autores se habían incorporado “de alguna manera” a los manifestantes, aunque testimonios previos de testigos, incluidos los de un cronista y un fotógrafo del Post-Dispatch, ubicaron el origen de los disparos en una manzana del centenario barrio residencial de Tiffin Hill, donde hubo luego un exhaustivo cateo policial.

Mayoría negra, poder blanco

Una investigación del Departamento de Justicia sobre el episodio que terminó con la muerte del joven afroamericano Brown absolvió de todos los cargos en su contra al agente autor de los disparos, Wilson, alegando que había actuado en defensa propia.

Sin embargo, el mismo Departamento publicó en paralelo un informe devastador sobre las prácticas cotidianas de la Policía de Ferguson, mostrando categóricamente con números la desigualdad del tratamiento reservado a blancos y negros.

Ferguson es una localidad de mayoría negra pero donde prácticamente todos los policías y dirigentes son blancos.

La publicación de ese informe promovió una serie de renuncias incluida la del jefe de la Policía de Ferguson Thomas Jackson.

En un país donde el espectro del racismo sigue vivo, el presidente estadounidense Barack Obama, primer presidente negro de Estados Unidos, reconoció que el problema supera los límites de Ferguson. “No pienso que esto [que sucedió en Ferguson] sea típico de lo que pasa en el país, pero no es un incidente aislado”, afirmó la semana pasada.

El alcalde de Ferguson, James Knowles, prometió un plan de reformas para esta localidad de 21.000 habitantes, donde dos de cada tres residentes son afroamericanos.

Para padres de Brown, fueron “agitadores” que perjudican

Los padres del adolescente afroamericano Michael Brown, asesinado por un policía blanco el año pasado, condenaron los disparos contra los agentes de policía durante las protestas de los últimos días y denunciaron la acción de “agitadores aislados que están tratando de pervertir un movimiento pacífico y no violento”.

Quien efectuó los disparos “no estaba con nosotros”, aseguró por su parte uno de los organizadores de la manifestación, DeRay Mckesson, en la red Twitter, para añadir que “hay quien desea dejar nuestro movimiento en el descrédito”.

Por su parte, el presidente Barack Hussein Obama dijo que “la violencia contra la Policía es inaceptable”, de acuerdo con un mensaje de la Casa Blanca en la red Twitter.

“El camino de la justicia es uno, y por él debemos marchar todos juntos”, añadió.

En tanto, el secretario de Justicia, Eric Holder, condenó un “ataque odioso”, que también calificó como “inexcusable y repugnante”.

Se fue un jefe de la Policía por prácticas discriminatorias

La balacera contra dos agentes se produjo luego de que se conociera la renuncia del jefe de Policía de Ferguson, Thomas Jackson, a raíz de un informe del Departamento de Justicia sobre las prácticas discriminatorias de los agentes y las autoridades de la ciudad, y las violaciones de los derechos constitucionales y civiles a los afroamericanos.

El informe del Departamento de Justicia, de 103 páginas, salió a la luz tras varios meses de investigación luego del revuelo generado por la muerte, en agosto de 2014, de Michael Brown.

La dimisión de Jackson es la tercera en una cadena de renuncias de alto nivel esta semana en Ferguson, tras las del administrador de la ciudad, John Shaw, y la del juez municipal, Ronald J. Brockmeyer. Como administrador de la ciudad, Shaw supervisaba el cuestionado departamento de Policía y nombraba al juez municipal.

Por su parte, la Corte Suprema de Missouri decidió el lunes pasado transferir a un juez estatal los casos municipales para reformar el sistema y recuperar la confianza.

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