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Saga de muerte

Se entregó un buscado por la fatal entradera en Bella Vista

Tiene 20 años y le achacan ser uno de los tres homicidas de Leonardo Perrone, asesinado en la mañana del martes pasado. Primo de Walter Ascencio, ultimado por policías en Cabín 9, dijo que dormía en su cama cuando llegaron los uniformados.


Uno de los tres sospechosos de perpetrar una entradera en barrio Bella Vista que, el martes pasado, se cobró de vida de Leonardo Perrone, compareció ayer con su defensor ante la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos. La presentación se produjo luego de la muerte de Walter Ascencio, otro de los sospechados como autores del homicidio, quien recibió una fatal bala policial en Cabín 9 tras una presunta persecución, aunque sus familiares dieron otra versión de lo sucedido. El próximo lunes se realizará una audiencia imputativa en contra de este joven de 20 años por el crimen. Por otra parte, un primo de Ascencio, quien fue baleado en la pierna casi al mismo momento en que su familiar resultó herido de muerte en una casa lindera, fue imputado de resistencia a la autoridad agravada por el uso de arma de fuego en el centro de salud donde se encuentra internado. Según la defensa, ratificó la versión de su madre, quien dijo que el joven dormía cuando irrumpió la Policía sin orden judicial y le disparó sin que hubiera motivo.

En la mañana del martes pasado Leonardo Perrone fue asesinado en su casa de Riobamba al 4300 cuando intentó resistir un robo en su vivienda y recibió 5 disparos. Además su padre y su cuñado resultaron heridos, tras lo cual los tres homicidas huyeron del lugar. Poco después y en base a testimonios se identificó a los sospechosos, todos con domicilio en la villa de Cerrito y las vías, muy cerca del lugar del asesinato. Horas más tarde se produjeron una serie de allanamientos en el asentamiento en busca de los sospechosos y un dato obtenido en la zona por la Policía los derivó a Cabín 9 (en el límite entre Rosario y Pérez), refirieron fuentes judiciales y policiales. Según la versión oficial tenían la calle donde podía encontrarse uno de los sospechosos, por lo que un móvil del Comando Radioeléctrico se topó con una moto que, al verlos, giró en “u” y se inició una persecución tras los sospechosos que terminó a una cuadra y media, cuando los ocupantes del rodado se introdujeron en una vivienda y dispararon contra el personal. Uno de los jóvenes entró en una de las casas, mientras que el restante corrió hacia la de atrás, siempre según la acusación.

Sebastián Ascencio, de 21 años, terminó herido en una pierna y detenido: la Policía dijo haberle secuestrado un revólver calibre 32. En tanto su primo, Walter “Chanchín” Ascencio (de 29), recibió un disparo en el abdomen que poco después lo llevó a la muerte. Los familiares de los heridos dieron una versión distinta de los hechos: sostuvieron que ambos se encontraban durmiendo en viviendas linderas, a las que ingresó la Policía y los baleó. Por su parte, fuentes judiciales refirieron que en el patio de la casa donde según la versión oficial se produjo el enfrentamiento se encontraron dos vainas servidas, una del personal policial y otra del arma secuestrada a Chanchín, una nueve milímetros plateada, la que fue peritada. Se corroboró que esa pistola fue empleada en el homicidio de Perrone y se investiga si fue utilizada en otro hecho delictivo.

Resistencia o gatillo fácil

Sebastián Ascencio, quien se encuentra internado en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, fue imputado ayer por la tarde en el centro de salud por resistencia a la autoridad agravada por el uso de arma de fuego. Su defensor, Leopoldo Monteil, refirió que el muchacho –sin haber tenido contacto con sus familiares– repitió la versión que su madre dio a la prensa: que estaba durmiendo cuando irrumpió la Policía y fue baleado mientras se encontraba indefenso. Y que no existió persecución alguna.

“La versión policial hace agua por todos lados, orilla lo fabuloso: dicen que un hermano de mi defendido fue interceptado en Felipe Moré y Riobamba y les dijo que Walter estaba en Cabín 9. Sin más, fueron allá y dieron casualmente con Walter en moto acompañado por mi asistido. Creo que no resiste el menor análisis tanta casualidad. Mi defendido fue herido de un disparo en el fémur: la Policía dice que él tiraba desde la terraza. Si fuera así, tendría que haber sido herido en la parte superior del cuerpo. Y queda claro que Walter Ascencio fue víctima de una ejecución extrajudicial de la Policía santafesina”, dijo Monteil.

El segundo sospechoso

Durante la mañana de ayer Jonatan Daniel A., de 20 años, se presentó ante la Fiscalía a cargo de Florentino Malaponte. Lo hizo en compañía de sus defensores José Ferrara y Adrián Ruiz. Sobre el sospechoso pesaba una orden de captura. En su búsqueda se realizaron cinco allanamientos. Según fuentes vinculadas con el caso, la muerte de Ascencio y el conocimiento que tenía de que era buscado por el crimen lo llevaron a entregarse. El fiscal Malaponte, en declaraciones radiales, desestimó que hubiera decidido presentarse por miedo a que lo mataran. El muchacho fue derivado al médico forense para determinar su estado de salud, porque caminaba con dificultad, por lo que no se descarta que pueda tener alguna lesión producto de un rebote de plomo ya que la balacera que terminó con la vida de Perrone se desató en un pasillo.

A su vez trascendió que se realizarán reconocimientos en rueda de personas sobre este imputado, quien cuenta con diversas anotaciones penales, entre ellas por lesiones, robo calificado – algunos de ellos en el barrio Bella Vista– encubrimiento y portación de arma. A la vez, una fuente del caso dijo que se efectuará un reconocimiento en mosaico fotográfico de Walter Ascencio, quien al momento de su muerte estaba prófugo por no haber regresado a su lugar de detención, tras una salida transitoria, donde cumplía una pena a 12 años y 5 meses de cárcel. Por el crimen de Perrone hay un tercer sospechoso buscado por la Policía.

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