Es posible que el hincha de Central se haya ido del Gigante con gusto amargo, se cortó una racha extraordinaria con 12 victorias consecutivas. Quedó a un triunfo de San Lorenzo y Argentino de Quilmes, quizás lo que debe doler es que Olimpo no hizo nada por conseguir el empate.
Es más, el equipo bahiense pateó un tiro al arco (pegó en el palo y del rebote vino el autogol de Valentini) y marcó dos goles. Porque el segundo fue un centro anunciado, que debió ser interceptado por Pezzuti, y Delgado desvió desafortunadamente al gol.
Este detalle no empaña el torneo que está jugando Central. Su paso sigue siendo muy firme, ayer arrancó perdiendo y por momentos pareció perder la calma, pero no, enseguida volvió a mostrar su personalidad para ir a buscar convencido de su poder.
Lo dio vuelta pero increíblemente lo regaló. ¿Olimpo? Tan pobre de conceptos como casi todos los equipos de la divisional.
Tan precario en sus movimientos que llama la atención que haya podido conseguir una buena cantidad de puntos y ser escolta (junto a Gimnasia).
No pudo elaborar, a lo largo de todo el juego, una sola jugada de riesgo. El primer gol nace de un despeje largo que toma mal pisada a la defensa canalla, una correcta participación de Bou, muy atento, palo y gol en contra de Valentini, que se chocó con el rebote.
El segundo es aún peor, un centro desde mitad de cancha que todo el mundo sabía que iría al punto penal, todos menos el arquero (Pezzuti), quien insólitamente se quedó clavado en la línea, cuando lo natural era ir a buscar el anunciado pelotazo que Delgado no calculó bien y todo terminó en empate. Nada altera el paso altanero de Central hacia a primera división, aunque se haya cortado una racha que lucía interminable.
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