Ciudad

Bajo presión

Se agudiza la crisis de las firmas carroceras y ya temen despidos

Las importaciones de colectivos de Brasil hicieron caer las ventas de las fábricas locales un 30%. Hay 4 mil empleos en riesgo.


La industria carrocera es otro de los sectores de la economía regional que entró en estado de alerta. La mayor apertura de importaciones de colectivos producidos en Brasil hizo caer la venta de las fábricas locales un 30 por ciento y también puso en jaque a toda la cadena de pequeños talleres que las proveen. Así, ya están en peligro 4 mil puestos de trabajo.

El sector carrocero local agrupa a seis fabricantes ubicados en la zona sur de Rosario, en Alvear y en Villa Gobernador Gálvez.

Allí se producen el 100 por ciento de los colectivos de media y larga distancia que están hechos en el país. Este tipo de industria provee, entre otras, a empresas de la talla de Flecha Bus, Crucero del Norte y Chevallier.

Según datos de la propia cámara que los agrupa, el sector carrocero emplea de forma directa a unas 1000 personas. Pero se vincula con más de 50 pequeños talleres que generan otros 3.000 puestos de trabajo y actúan como proveedores de insumos y partes.

Es decir, de asientos, puertas y materiales plásticos, además de otros componentes.

Todo este complejo productivo entró este año en crisis por el golpe que significó el marcado incremento de las importaciones de colectivos carrozados en Brasil, a partir de diciembre del año pasado.

La avalancha provocó que la venta de los fabricantes locales cayera un 30 por ciento en lo que va del año en relación al mismo período de 2015.

En ese marco, el delicado escenario que se fue configurando llevó a que empresarios y trabajadores comenzaran a reunirse y acudieran a las autoridades provinciales para que se realicen gestiones urgentes ante el gobierno nacional con el fin de evitar que los problemas se sigan agravando, algo que a esta altura parece inevitable.

Adrián Saldivia, integrante de la Cámara de Carroceros de Ómnibus de Media y Larga Distancia (Caladi) y titular de la firma que lleva su apellido, dijo que en el sector están “aguantando” como pueden la situación.

“Sobrevivimos con menor capacidad de trabajo. El mercado se achicó mucho para el fabricante nacional. Tuvimos que bajar las horas extras, estamos adelantando vacaciones y eliminamos incentivos a la producción, por lo que a la gente el sueldo le queda cada vez más bajo”, explica el empresario.

La firma que conduce Saldivia emplea a 260 personas. Esa compañía es, junto a Metalsur (donde se desempeñan cerca de 300 operarios), una de las más grandes del mercado carrocero local, cuyos titulares integran, junto a otras ramas la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario.

Saldivia explicó que las actuales condiciones económicas hacen difícil la competencia con las empresas brasileñas. “Ellos están teniendo una política muy agresiva de precios. Están en recesión y con mucha capacidad ociosa, por lo que están saliendo a buscar mercados al resto de los países con una mayor competitividad que la nuestra, dado que también tuvieron una devaluación muy grande del real. Todos sus costos, los de las materias primas como los laborales, son mucho menores a los nuestros”, advierte.

Para el empresario, la clave será ahora que el gobierno nacional intervenga con medidas que comiencen a protegerlos.

“Esperemos que esta difícil situación se revierta y la administración central trate de demorar las importaciones. Si no nos ayudan vamos a quedar borrados del mapa. No vamos a durar más a allá de fin de año si seguimos así”, aventuró.

En tanto, Antonio Donello, secretario general de la UOM local, también cuestionó a las firmas prestatarias del servicio de transporte de larga distancia por salir del compre nacional.

“Por ahí muchos no lo saben, pero esas empresas de colectivos reciben subsidios del gobierno nacional. Y hay algunas, sobre todo las más grandes, que con ese mismo dinero en vez de comprar los coches acá traen los colectivos de Brasil. La verdad que eso no puede ser. Deberían tomarse cartas en el asunto”, enfatizó.

Tras eso, mencionó que si el sector carrocero sigue disminuyendo su producción la recuperación, con el tiempo, será más complicada.

“Lo que no se venda de acá a fin de año lleva tiempo luego para comercializarse. Las unidades no se cambian todos los días. Un colectivo tarda 30 días en fabricarse. Este sector de la industria se maneja a pedido, sin stock”, concluyó.

Bambi confirma su crisis

La empresa de electrodomésticos Bambi SRL presentó ayer el procedimiento preventivo de crisis. Por dicho motivo, comenzarán suspensiones que afectarán a unos 500 trabajadores, quienes además percibirán el 90 por ciento del sueldo de bolsillo.

En diálogo con la emisora local Radio 2, el protesorero de la UOM Rosario, Daniel Gutiérrez, explicó que las suspensiones durarán 15 días y se harán efectivas a partir de la segunda quincena de este mes. Además, tendrán vigencia por un período de 90 días.

“Los sueldos que se percibirían representan al 90 por ciento de bolsillo del actual. Pero no se estaría perdiendo casi nada, porque ese 10 por ciento suele usarse en gastos de transporte y comida para ir al trabajo”, minimizó el gremialista.

Según el dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, también en la empresa “están alarmados por la delicada situación que generó la devaluación, inflación, tarifazos y pérdida de consumo interno”.

El acuerdo se suma y es similar al que hace algunos días celebró la empresa de electrodomésticos Gafa con 360 de sus 1.200 empleados.

Ahogados desde afuera

La Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) presentará hoy en Rosario una serie de propuestas y pedidos al gobierno nacional para resistir el impacto de las importaciones.

Fisfe relevó que la llegada de importados creció 20 por ciento en vehículos (terrestres, tractores, accesorios, carrocerías), 25 por ciento en calzados, 10,25 en línea blanca (en el primer cuatrimestre de 2016 el porcentaje trepa a 130 en refrigeradores con congelador y al 197 por ciento en refrigeradores domésticos de compresión respecto al igual período de 2015), del 40,66 en campanas de frenos y 210 y 223 por ciento en muebles prearmados de plástico y madera.

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