Lorena Crespo es una de las integrantes del grupo de personas que, al compartir problemas para concebir, decidieron crear un espacio. Fertilidad Rosario se llama la organización, que creó un sitio en internet en el cual se registraron ya 500 personas y que recibe 20 mil visitas al mes. Pero además esta semana fue clave para el grupo: el miércoles 27, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al proyecto de ley de Fertilización Asistida. Y además ayer sus miembros protagonizaron en el Concejo Municipal la 1ª Jornada Infertilidad Rosario. Abordaje Integral de la infertilidad, promovido por la vicepresidenta del cuerpo legislativo, Norma López. Tras la actividad, y en el marco de la concreción de lo que hace apenas cuatro años les parecía casi inalcanzable, Lorena Crespo dialogó con El Ciudadano y contó sobre los problemas que transitan nada menos que una de cada 6 parejas estables en el país y, por lógica, en Rosario.
—¿La ley de fertilización es una deuda social?
—En lo personal creo que sí, es una deuda social. Desde que se juntaron los primeros pacientes hace 26 años, nunca se llegó a este punto, a una media sanción. Independientemente de lo que se aprobó hasta ahora, faltan muchas cosas, pero es un avance que sea considerado como enfermedad. Eso es lo más importante, después se verá la letra chica para que no abusen y se cumplan los derechos como corresponde.
—¿Cuál sería la franja de edad para que las parejas sean amparadas por la ley y puedan concebir un hijo?
—En la provincia de Buenos Aires es de 30 a 40 años, pero para nosotros habría que ampliarlo. Por ejemplo, cuando hay problemas físicos, la gente busca más tarde ser padres. Otro de los problemas puede ser si la mujer tiene dificultades tubáricas, puede aparecer una menopausia precoz, en el hombre se puede presentar falta de esperma y eso no depende de la edad. Queremos hacer hincapié en la edad y que se consideren los casos especiales.
—El espíritu de la legislación es incorporar los tratamientos de fertilización asistida en forma integral al Plan Médico Obligatorio. ¿La idea es que lo cubran todas las obras sociales, las empresas de medicina prepaga y los efectores públicos?
—Sí, si sale la ley, van a tener que actualizarse y especializarse para hacer este tipo de tratamientos porque la provincia de Santa Fe no está preparada. En Buenos Aires, donde hubo ley, los hospitales ya tuvieron que adecuarse y adaptarse, tienen su equipamiento y lo están realizando.
—Hay un relevamiento que afirma que una de cada seis parejas en Argentina tiene problemas de fertilidad…
—El 15 por ciento de la población en edad reproductiva tiene problemas de infertilidad. Y hoy en día, la situación es mixta: no es que la mujer tiene más problemas que el hombre, es un 50 y un 50. En el caso del hombre, hay estudios hechos que podrían adjudicar las dificultades al estrés: por la forma de vivir en la actualidad se incrementó en el hombre la infertilidad.
—¿Cuánto hace que se formó el grupo Fertilidad Rosario?
— Hace cuatro años y medio, a través de un foro en Buenos Aires. Comencé a buscar en internet sobre este problema, porque uno piensa que es a la única que le pasa, pero vas encontrando personas que les pasa lo mismo. A través de la necesidad de contactarse con otros hicimos una iniciativa popular, donde nos asesoramos, se juntan firmas para que sea tratado, así nos empezamos a contactar en todo el país, y cada vez hay más gente.
—¿Qué cantidad de consultas reciben por semana en la página web?
—Empezamos con pocos y ahora explotó, cada vez hay más gente. Tenemos 500 usuarios registrados y recibimos 5.000 visitas semanales. La gente se tiene que abrir y contar sus problemas, no es nada malo y no es bueno quedarse encerrado, este tema dejo de ser tabú.
—Si se logra aprobar la ley, ¿qué pasará con las personas que lucharon por ella?
—Más allá de que nos unió la necesidad de una ley, lo primordial es que no estamos solos y desde nuestro lugar de pacientes, juntarnos, dar apoyo, hablar, hacer charlas, juntarnos con psicólogos, ayudar a las parejas. Nuestro objetivo es dar contención y encontrarnos con nuestros pares.
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