Política

Por: Mauro Federico

Sangre, sudor y algo de marketing

El periodista Jonatan Viale tildó al gobierno de Alberto Fernández de “hipócrita” por llamar “solidaridad” al “ajuste” y desató una feroz polémica entre defensores y detractores del peronismo


Por: Mauro Federico 

En el momento más crítico de la historia contemporánea de Gran Bretaña, Wins ton Churchill asumió como Primer Ministro de su país, con un escenario de devastación y muerte a su alrededor y en plena confrontación con el expansivo régimen nazi que amenazaba con invadir la isla. Ese 13 de mayo de 1940, ante la Cámara de los Comunes, el flamante premier británico pronunció un célebre discurso durante el cual utilizó una expresión categórica para definir el requerimiento que su gobierno le haría al pueblo: “No tengo nada que ofrecer sino sangre, es fuerzo, lágrimas y sudor”.

Las palabras son importantes. Somos lo que decimos. En la lingüística aplicada se llama “actos de habla” a las intenciones de comunicación de todo enunciado o discurso. Lo importante no es lo que se dice, sino lo que se hace al decirlo. Los padres de esta disciplina ─que combina la lingüística con la psicología cognitiva─ son los estadounidenses George Lakoff y Mark Johnson, autores de un trabajo muy interesante titulado Metaphors we live by. El texto plantea que “la mayoría de las metáforas forman parte integral de redes conceptuales y que nuestro pensamiento y nuestro obrar están estructurados por tales metáforas”. Esto significa que “vivimos de metáforas”. Esta tesis puede aplicarse perfectamente al estudio de los eufemismos que llevan a cabo una serie de funciones sociales y cognitivas que las propias metáforas desempeñan.

El eufemismo es aquella expresión que permite nombrar algo des agradable de modo tal de mitigar los efectos poco amigables de la expresión. Pero también su utilización permite manipular los objetos o acciones ideológicamente. Un ejemplo muy acorde a los debates de es tos tiempos es lo que ocurre con el término “aborto”, que tiene efectos corrosivos en determinados ámbitos y discursos, razón por lo cual se utiliza para denominarlo la expresión eufemística “interrupción voluntaria del embarazo”. Ambos términos representan el mis mo concepto pero tienen diferente significado según el ámbito que se los pronuncie. Y por eso es válida su utilización, sin perjuicio que ello represente una hipocresía.

Esta semana el periodista Jonatan Viale editorializó en su programa radial con un dis curso en el que cuestionó duramente las primeras medidas de Alberto Fernández como presidente, remarcando que se trata de “un ajuste”. Su análisis, al que tituló “La hipocresía”, sos tiene en uno de los tramos más polémicos: “Cuando el radicalismo o el liberalismo hace ajuste, es Jack el Destripador y Freddy Krueger juntos. Cuando el peronismo hace el ajuste es solidaridad económica y reactivación productiva. Es raro. Eso se llama hipocresía”. El mensaje no tardó en viralizarse y generó una polémica entre los que apoyaban la tesis del joven periodis ta, felicitándolo por su valentía y aquellos que le recordaban sus posiciones favorables al macrismo durante los cuatro años de Cambiemos.

Si algo de lo que el joven Viale no adolece es de formación intelectual. Es de los pocos periodistas de su generación que se toman el trabajo de elaborar un pensamiento antes de ponerlo a consideración de su público. No es un operador de poca monta que emite opinión conforme a la pauta que recibe. Y eso –aunque parezca básico─ lo distingue de muchos otros que en este medio pivotean entre ambos lados de la grieta sin ponerse colorados, haciendo gala de una falta absoluta de convicciones.

Dicho esto, es necesario expresar que la afirmación de Joni suena, cuando menos, apresurada.

Juzgar a un gobierno por sus acciones durante los primeros diez días de ges tión es aventurado. Y puede hasta sonar alentado y promovido por los detractores his tóricos de todo aquello que huela a peronismo, esté fuera o dentro del poder. Des de la humilde mirada de este es criba, Viale confunde la noción de eufemismo y tilda de hipocresía aquello que se muestra y se afirma con claridad: la Argentina está en llamas y el nuevo gobierno tiene que apagar el incendio. Para ello requiere que todos los sectores con capacidad contributiva colaboremos para dotarlo de las herramientas necesarias que le permitan asistir primero a los sectores más chamuscados por el fuego.

Ser solidarios en la emergencia, ni más ni menos. Alberto Fernández lo definió con claridad en una entrevista concedida esta semana: “si a ordenar las cuentas públicas para organizar el Estado y proteger a los sectores más débiles le llaman ajuste, entonces es tamos haciendo un ajuste”. Y precisó: “A diferencia de otros ajustes, este no está pagado por los que menos tienen sino por los sectores que en mejor situación están: los que exportan, los que producen petróleo, la minería, el campo, los que están en mejor situación con sus bienes personales”.

Fuente: puenteaereodigital.com

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