Con un el sonido de la sirena de los bomberos a las 9.38 de ayer, a la hora exacta en que hace tres años estalló el edificio de Salta 2141, dio inicio el acto homenaje a las víctimas de esa tragedia, la peor de todas que ha visto la ciudad. Esta nueva conmemoración convocó a familiares de los muertos y a sobrevivientes de la explosión, en un reclamo conjunto por verdad y justicia, con dos ejes fundamentales: por un lado, que se aceleren los tiempos de la Justicia para adjudicar lo antes posible las responsabilidades del siniestro; y, por el otro, insistir con la expropiación del terreno donde se levantaba el edificio para construir allí un centro cívico y cultural.
En el acto estuvo presente la intendenta Mónica Fein, quien se mantuvo siempre en un segundo plano, a un costado del escenario, junto con otros concejales y funcionarios municipales y provinciales. Acompañaron además familiares de víctimas de las tragedias de Once, Cromagnon y de las inundaciones de La Plata, y el diputado porteño Gustavo Vera, fundador de la ONG La Alameda y amigo del papa Francisco, quienes se solidarizaron con la lucha de los familiares de calle Salta. La ceremonia contó con una misa a cargo del arzobispo Eduardo Martín y un cierre musical aportado por el grupo folclórico Los Nocheros.
Calle Salta fue y será una marca imborrable para los rosarinos, que hace tres años eran testigos incrédulos de una tragedia sin antecedentes. Por eso, desde aquel 2013, sólo basta decir “calle Salta” a secas, sin numeración, ni otras referencias para entender de qué se habla.
A tres años de la tragedia, la sirena de los bomberos volvió a sonar a las 9.38, como un eco del estallido de ese 6 de agosto de 2013, cuando 22 personas perdieron la vida. El homenaje a las víctimas y el reclamo de los familiares por justicia sigue vigente y se expresó en un emotivo acto que convocó a vecinos, sobrevivientes, funcionarios, familiares de otras tragedias, bomberos y público en general. En una causa que lleva 11 imputados y espera fecha de juicio oral, el reclamo de “¡justicia!” resonó entre los presentes e hizo temblar las paredes que ya no están.
“Sólo le pido a Dios”
“Sólo le pido a Dios que calle Salta no nos sea indiferente”, entonó la cantante Cecilia Petrocelli, tras lo cual familiares de las víctimas pronunciaron palabras alusivas y recordaron a los 22 fallecidos. El eje del discurso estuvo puesto en la aceleración del proceso judicial, que aún no tiene fecha de inicio, y en insistir en la responsabilidad del gerente de Litoral Gas, Conrado Bianchi, quien no está actualmente imputado en la causa.
“Éste es un homenaje a aquellos que pagaron con la vida la negligencia, la impericia, la irresponsabilidad, la corrupción y el egoísmo de otros. No hay paz sin justicia y no hay vida sin paz”, exclamó Eleonora López, hermana de Carlos López, quien fue la primera en tomar la palabra.
Los familiares denunciaron la participación directa de Litoral Gas por la falta de supervisión en el accionar del gasista que realizó los trabajos. “Hoy la empresa cambió su accionar con respecto a los controles, lo que evidencia que había falencias en el sistema”, continuaron. En ese sentido, apuntaron contra el administrador de la empresa, Conrado Bianchi, y exigieron se lo incorpore en la causa que tiene 11 imputados.
En su discurso, López instó a la Justicia a acelerar el inicio del juicio oral, previsto para el año próximo, al tiempo que pidió “ética” a los abogados de la empresa para que “dejen de dilatar” el proceso.
Al finalizar, Marcela Nissoria, otra de las familiares, apuntó al Estado por la falta de respuestas en torno a la expropiación del terreno, donde se proyecta construir un espacio para que trabajen diversas organizaciones de la sociedad civil.
Para acompañar a los familiares de calle Salta se hizo presente María Luján Rey, madre de Lucas Menghini, víctima de la tragedia de Once, quien cuestionó la corrupción en todos los estratos.
“Empezamos a luchar porque no nos quedó otra. Salimos a luchar porque no queremos que se repita, buscamos encontrar un sentido entre tanto dolor”, manifestó Rey, al tiempo que celebró la condena al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y advirtió la intención de elevar a juicio al ex ministro de Planificación Julio De Vido.
“Me enorgullece que Jaime esté preso, pero sé que mi hijo no vuelve a casa. La lucha está perdida de antemano. No se puede hablar de fatalidades porque se podía evitar. Que los responsables no se crean impunes, que a quienes no les pasó no se crean inmunes”, sentenció.
Luego fue el turno del diputado porteño Gustavo Vera, titular de La Alameda, quien regaló a los familiares un rosario bendecido por su amigo el papa Francisco. Señaló que el sumo pontífice reza por los familiares y víctimas y que tiene presente lo ocurrido en 2013. En sus palabras rememoró otras tragedias acontecidas en el país y mencionó a la corrupción como el hilo conductor entre ellas.
Ya a media mañana, poco antes de las 11.30, el arzobispo Eduardo Martín celebró una misa en memoria de los fallecidos para los presentes.
El cierre estuvo a cargo del grupo folclórico Los Nocheros, quienes solidariamente subieron al escenario para interpretar dos canciones de su repertorio y apoyar el pedido de justicia de los familiares.
Los procesados por estrago culposo agravado
Por el delito de estrago culposo agravado por las muertes de 22 personas, la jueza de Instrucción de la 10° Nominación de los Tribunales de Rosario, Irma Bilotta, procesó a once personas relacionadas con la explosión del edificio de Salta 2141. “Cada uno de ellos ha puesto de su parte para que suceda esta tragedia”, explicó la magistrada en la resolución que dio a conocer en marzo de 2014.
Por el hecho, entonces, se encuentran procesados Carlos García, el gasista que desató la fuga cuando se disponía a cambiar un regulador de la instalación de gas, y su ayudante Pablo Miño; los administradores Mariela Calvillo, Norma Bauer de Calvillo y Carlos Repupilli; el jefe de los inspectores de Litoral Gas, Claudio Tonucci, la gerenta técnica Viviana Leegstra y los inspectores Gerardo Bolaños y Luis Curaba y Guillermo Oller, y el gasista José Allala.
Según se disponga en la sentencia final, los procesados pueden recibir entre 1 mes y 5 años de prisión por el delito de estrago culposo agravado.
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