Edición Impresa

Sale a la luz explosiva mezcla de pobreza, abuso y violencia

Por Carina Ortiz.- Mariano Blanco se declaró culpable de matar a su bebé de tres meses frente a su ex pareja y su ex suegra.


tramadentro

El crimen de un bebé de sólo tres meses, quien falleció tras ser agredido por su padre, se comenzó a ventilar ayer en un juicio oral que se llevó a cabo en el primer piso de los Tribunales Provinciales. El caso, signado por la violencia, la pobreza y la tragedia, tiene como protagonistas a un hombre de 27 años que admitió el crimen ocurrido en la zona oeste a principios de febrero de 2011 y a una madre adolescente que brindó un testimonio desgarrador donde revivió el trágico momento en el cual su ex pareja azotó al niño contra el cordón de la vereda luego de arrebatárselo de sus brazos. El hecho sucedió a la vista de muchos transeúntes, lo cual derivó en un intento de linchamiento contra el acusado, quien fue detenido por personal policial. Ahora el muchacho enfrenta un juicio por homicidio calificado por el vínculo y amenazas coactivas que preside el juez de sentencia José Luis Mascali, en el que se declaró culpable e hizo referencia a la vida de abandono, abuso y maltrato que sufrió de pequeño. Durante la mañana de hoy se llevará adelante una nueva audiencia de trámite donde se escucharán los últimos testimonios del caso.

Mariano Blanco llegó esposado y con la vista al piso, así se mantuvo ayer durante la mayoría de la audiencia.

Una vez iniciada la jornada, el fiscal Esteban Franichevich describió el crimen ocurrido la tarde del 3 de febrero de 2011 debajo del puente de avenida Circunvalación y Rivarola, y solicitó que se lo acuse de homicidio agravado por el vínculo.

A su turno la querella, a cargo del abogado Martín Riccardi, representante del Centro de Asistencia Judicial (CAJ), reconstruyó el hecho e hizo referencia a otros episodios de violencia al que fue sometida la madre del pequeño, por lo que requirió que Blanco sea juzgado por homicidio calificado por el vínculo y amenazas coactivas para luego solicitar una pena de prisión perpetua para el muchacho.

Por su parte la defensa, a cargo de Beatriz Antelo, expuso que su cliente brindó una confesión espontánea y refirió que en el caso hubo circunstancias extraordinarias de atenuación. La letrada sostuvo que el homicidio calificado por el vínculo tiene una pena de prisión perpetua y planteó la inconstitucionalidad de esta sanción, lo que avaló con convenciones internacionales y jurisprudencia. A su vez, la letrada solicitó que se tome en cuenta la falta de educación, la miseria en la que vivió su pupilo y el arrepentimiento que mostró para solicitar –luego de la declaración de su cliente– la incorporación de una nueva prueba vinculada a hechos de abuso por parte de su padre y una causa sobre fuga del hogar, material que fue incorporado a la causa.

La declaración del imputado

Luego de los alegatos de apertura, fue el turno del acusado; con la voz quebrada, Mariano Blanco tomó la palabra: “Estoy arrepentido de haberle quitado la vida a Jeremías, estoy decidido a hacerme cargo de la muerte de mi hijo. En su momento mi papá abusó de mí y de mi hermanita, desde los ocho años estoy en la calle, mi infancia fue muy traumática” concluyó y se negó a responder preguntas.

Posteriormente declararon los uniformados que llegaron al lugar del crimen y evitaron el linchamiento del acusado por los vecinos de la zona oeste, y una vez concluidos estos testimonios la querella solicitó que el imputado se retirara de la sala para que ingresara la madre del bebé, ya que la joven sufrió un estrés postraumático que incluyó un intento de suicidio, pedido que aceptaron las otras partes.

Los dichos de Mónica

Mónica C. actualmente tiene 17 años y se sentó en el estrado con una carga de nerviosismo evidente; su joven rostro mostró los signos de la angustia que la embargaba y con voz tenue comenzó su relato. La joven dijo que esa tarde, junto a su mamá, el bebé y sus tres hermanitos, venían del médico y se dirigieron hacia la casa de una amiga. La adolescente, quien entonces tenía 15 años, sostuvo que se encontraron con una señora y estaban hablando cuando en la esquina dobló Blanco y le dijo: “Fui a tu casa y no estabas, si no les iba a prender fuego”.

Mónica explicó que junto a su madre apuraron el paso e intentó refugiarse en una pescadería cuando el acusado le ordenó: “Dame el nene”, pedido que la joven aseguró que rechazó.

“Yo estaba entre el cordón y la calle, en un momento me descuido, mi mamá me dice dame el nene y él me pone la manos en el cuello, nos caímos. Entonces, agarró de las patitas (al bebé) y lo dio dos veces contra el piso”, relató la joven, quien agregó que el acusado le pegaba mucho, la amenazaba. “Me decía que iba a ir a buscar a mi hermanita a la escuela y que iba a ver lo que le iba a pasar, que nos iba a prender fuego a todos”, describió la adolescente.

Por su parte Marta C., madre de Mónica y abuela de la víctima, realizó un relato similar al de su hija, con lágrimas en los ojos contó cómo el acusado golpeó a su nieto contra el cordón e hizo referencia a diferentes denuncias que había hecho contra su yerno.

La mujer reveló  que su hija le tenía miedo y que en una oportunidad fue a la comisaría de la mujer y vio a su hija en silla de ruedas. “Tenía (por su hija) los ojos como una bola llena de sangre”, señaló para aclarar que nunca estuvo de acuerdo con la relación “porque encontré a mi hija ahorcada, golpeada. Me fui del barrio por miedo, por las amenazas”, prosiguió.

La audiencia continuó ayer por la tarde con testigos presenciales del hecho y durante la mañana de hoy será el turno de los peritos de la causa con lo que se concluirán las audiencias de debate.

Comentarios

10