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Rubén “Tito”Messiez: homenaje militante

Tito Messiez fue secuestrado en los oscuros años de la última dictadura militar.

El 22 de agosto de 1977, el día que se cumplían cinco años del criminal fusilamiento de presos en Trelew, en Rosario fue secuestrado por las fuerzas represivas el militante comunista Rubén Fernando Messiez.

Tito, así llamado por camaradas y amigos, procedía de una temprana militancia. Obrero de varias industrias, muchacho de una clásica barriada rosarina, Ludueña, inició su actividad juvenil coincidente con tantos reclamos de los derechos de las jóvenes generaciones, junto a quien debemos recordar, Rogelio Martín, casi vecinos, también dedicados a alentar la lucha y organización juveniles durante muchos años.

Tito fue un esforzado autodidacta, así formó su cultura y conocimiento valiosos de los problemas políticos, económicos, sociales. También tempranamente mostró una singular capacidad para la difusión, la propaganda de la problemática obrera y popular.

Dedicó muchos años, hasta su secuestro, a esa labor propagandística y de difusión.

Se constituyó bajo su dirección un pequeño equipo de impresión que supo sortear con éxito períodos duramente represivos manteniéndolo con las previsiones necesarias para que no cayera en las redes represivas, precisamente.

Una grande labor realizó. Cuando las necesidades políticas lo reclamaban estaba el volante.

Ayudó a la publicación de periódicos de trabajadores de empresas, de gremios, de barrios, que mediante ello lograban acompañar la actividad de una militancia obrera y popular que se localizaba así en el  ámbito concreto cuando se debía enfrentar la acción patronal, la de una dirigencia sindical que no siempre respetaba las normas de la democracia sindical, la represión.

Así fue que ayudó a nuclear a quienes defendían derechos y una acción independiente con sentido de pertenencia a la clase a la que pertenecían.

Muchas veces con simples anotaciones que recibía sabía redactar y dar forma al pensamiento que se quería expresar. Sus preocupaciones se ocuparon de la ciudad y del campo.

Ese equipo llegó a producir publicaciones de cierta magnitud con calidad en el contenido y en la forma con los medios materiales y técnicos que se contaba en esos años.

En esa esforzada y no simple actividad fue localizado por las fuerzas represivas donde lo secuestraron en pleno centro de la ciudad y pasó a integrar la trágica lista de desaparecidos durante la dictadura genocida alumbrada en 1976.

Por algunos medios llegaron informaciones de su heroico comportamiento ante las torturas. Sin embargo, el equipo de compañeros y materiales que contribuyó a formar no llegó a conocimiento de sus criminales represores lo que agrega un enorme mérito, al de ese heroísmo y de las convicciones militantes que supo defender dignamente en las más difíciles circunstancias.

La lucha por el esclarecimiento de su secuestro, que se hizo sin pausa, fue dando resultado y hoy se juzga a quienes fueron sus ejecutores.

Nosotros, a treinta y cinco años de su secuestro coincidente, en la misma fecha, cinco años después, como se dijo, con el trágico y cobarde asesinato de Trelew, nos reunimos en la recordación y el homenaje.

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