El programa municipal Rosario Emprende incrementó un 50 por ciento el número de inscriptos en el segundo semestre de 2016 en relación al primero, llegando a 2.500 anotados en el año. El mismo crecimiento se registró en la cifra de nuevos asociados a las cooperativas de cartoneros que trabajan en la ciudad. Nicolás Gianelloni, secretario de Economía Social, sostuvo que el 70 por ciento de los ingresos fue de personas recientemente desocupadas, sobre todo provenientes de empleos informales, y que pensaron en estos espacios asociativos como principal fuente de ingreso.
El programa Rosario Emprende es un proyecto que la Municipalidad puso en marcha este año y que se propone “generar mayor inclusión socioproductiva a través de la formación, desarrollo e impulso de emprendimientos eficientes y efectivos”.
El proyecto brinda becas de capacitación en el marco de la Escuela de Emprendedores y un “capital semilla” de hasta 20 mil pesos para desarrollar proyectos productivos. Para ser parte, los interesados deben acercarse al punto de asesoramiento del Centro Municipal de Distrito de su zona, o al Centro de Convivencia Barrial o Parque Huerta más cercanos y consultar con los promotores de Economía Social de cada espacio.
Según Gianelloni, en el año se inscribieron alrededor de 2500 personas al programa. Pero el mayor número de inscriptos se registró en el segundo semestre de 2016, con un 50 por ciento más de interesados que en el primero. Para el secretario de Economía social, el incremento se debió a una mayor demanda de trabajo debido la pérdida de empleo en sectores informales.
Lo mismo ocurrió con la incorporación de nuevos socios a las siete cooperativas de cartoneros que funcionan en la ciudad bajo el incentivo municipal, también con un incremento del 50 por ciento. En este caso, el apoyo a los cartoneros se da en el marco del Programa Andando que comenzó en marzo de 2015 con el objetivo de trabajar con las familias carreras y controlar el cumplimiento de las normativas vigentes en conjunto con iniciativas de promoción social y desarrollo de las capacidades de los recuperadores urbanos.
La iniciativa abarca un proceso gradual e inductivo de eliminación paulatina de la tracción animal, a través del otorgamiento de incentivos a quienes entregan sus caballos. El programa cuenta con 1.370 inscriptos.
Según Gianelloni, el 70 por ciento de los que se anotaron este año en los dos programas llegó porque había perdido su empleo –por lo general en el sector informal– y con la intención de que el nuevo emprendimiento se convierta en el ingreso principal de su hogar.
Ernesto González es un cartonero que junto a otros 52 compañeros está en el proceso de conformación de una cooperativa de trabajo. El grupo trabaja en Rivadavia y Pueyrredón, en un local donde acoplan los cartones que juntan en el centro y macrocentro de la ciudad.
El hombre empezó a cartonear hace casi una década y contó que hace poco más de un año en el emprendimiento no llegaban a diez: “Desde hace un año y medio empezó a llegar gente de todas las edades que se había quedado sin trabajo porque cuando no hay trabajo la gente empieza a cartonear. Ahora somos 53 y estamos haciendo los papales para hacer una cooperativa”.
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