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Rosarinos por el mundo: García en Alemania

Por Federico Cánepa.- El Mellizo, lateral izquierdo del Werder Bremen, habló con El Hincha de su experiencia en la Bundesliga.


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Su irrupción en la primera fue tan fulgurante como fugaz. Con apenas 20 años, Santiago García hizo su presentación en el primer equipo de Central durante el Apertura 2008, pero después debió esperar hasta el Clausura 2010 donde se ganó un lugar estable gracias a sus grandes condiciones. Esas mismas que lo llevaron rápidamente a acaparar la atención de equipos europeos y así emprender una nueva etapa en su carrera con un puñado de partidos en el círculo mayor del fútbol argentino.

Tras su paso por Italia (Palermo, luego Novara y nuevamente Palermo en el término de tres temporadas), por estos días está próximo a cerrar su primer año en Alemania. Para conocer como vive su experiencia en la Bundesliga, donde llegó al Werder Bremen, y como transcurren sus días en un país tan diferente al propio, El Hincha habló con el Melli que comienza recordando su primera impresión. “Me llamó la atención la seriedad y el orden que hay en todos lados, desde la misma sociedad hasta el club”.

Instalado en Bremen disfruta de una ciudad que define como “muy pintoresca”, con un clima “muy frío pero que gracias a dios este año solo fueron dos semanas de frío fuerte y nieve”. Otra de las características que le llamó la atención fue “el gran uso de bicicletas por parte de la gente” y “la gran cantidad de jóvenes estudiantes”. Si hay que buscar alguna similitud con Rosario, quizás esa podría ser una, pero para Santiago “hay muy pocas, solo el río Weser en Bremen es importante al igual que el Paraná en Rosario”.

Ese orden en la vida cotidiana es un reflejo que se encuentra también en los clubes y el fútbol alemán. “El nivel organizativo es increíble desde los estadios hasta el marketing y comercio que gira entorno a la Bundesliga. Particularmente el Werder es un club muy grande dentro de Alemania al que le ha ido muy bien en los últimos años ganando inclusive varios títulos. Una de las características principales es que lleva mucha gente ya sea cuando jugamos de local y también de visitante”, cuenta. Al tiempo que resalta el tipo de fútbol que se desarrolla al que define de “muy rápido y casi siempre de ida y vuelta. Sacando el Dortmund y el Bayer, que marcan una gran diferencia en los últimos años, los otros en su mayoría son muy pero muy competitivos y parejos”.

Claro que pese a todas esas condiciones que encontró ni bien piso suelo alemán, tienen su tiempo de amalgamiento a costumbres tan diferentes: “Al principio no fue fácil acostumbrarse a un vestuario nuevo. Por sus formas, los alemanes son más cerrados y cuesta comunicarse pero al hablar inglés se me facilito un poco y después el ir aprendiendo el idioma me fue haciendo más fácil compartir cosas en el vestuario, pero es totalmente distinto a lo que se vive en uno argentino o italiano. Pero a mí me facilitó la adaptación y estadía compartirlo con un chico italiano (Luca Caldirola) y Franco Di Santo, que es argentino”. Lo que no pudo inculcarle aún a esa intimidad de grupo es alguna costumbre típica de estos lados: “Yo soy un poco tímido y no me meto tanto en esos temas de música y otras cosas, pero lo que si llevo todos los días de mañana o de tarde son los mates. Al principio estaban todos fascinados pero al probarlos no les gusto mucho, pero siempre alguno se anima a acompañarme y probar alguno”.

Esas diferentes costumbres de vestuario también se reflejan en la forma de esperar y vivir un partido. “De local no concentramos, sólo nos juntamos para desayunar el mismo día del partido a comer y después jugamos. En vez de visitante viajamos un día antes. Ahí si ganamos en el colectivo de vuelta lo que no falta es una buena cerveza mientras jugamos cartas para festejar”.

Una de las barreras que podían aparecer en un principio era tener que manejarse con un idioma tan distinto al castellano. Para él no fue una traba en ese sentido: “No tuve nunca traductor, al inicio me comunicaba en inglés y gracias al club tengo clases de alemán tres veces por semana con un profesor particular. Si bien ellos no te obligan a estudiarlo, al solicitarte la posibilidad de hacerlo es una muy linda oportunidad y herramienta para aprovechar”.

Vivir con nuevas y diferentes costumbres

Como ya contó en el comienzo de la nota, al Melli lo que más le llamó la atención ni bien llegó a Alemania fue la organización y las diferentes costumbres que la sociedad teutona tiene en el día a día. Pese a ello, su adaptación no resultó problemática en ese aspecto. “La verdad que me adapte bastante bien, tuve la ayuda de mi novia. A los dos nos gustó mucho la posibilidad de estudiar el idioma y eso es un punto fundamental. También para ella, que muchas veces son las que más sufren por tener que quedarse solas mientras nosotros practicamos, ayudo que juega hockey acá y tiene sus amigas donde comparte cosas y puede practicar el idioma al igual que yo con mis compañeros. Pero obviamente te acostumbras a cosas como comer temprano y ser más cuidadosos en costumbres alemanas”, cuenta. Y agrega: “Con novia nos gusta viajar mucho y esta ciudad es muy cómoda con el tema de trenes y aviones y las cortas distancias que hay sobre otras ciudades de Europa, así que cuando podemos aprovechamos para conocer”.

Aunque todas esas comodidades y formas no pueden reemplazar algunas que son tan propias del argentino. “Si pudiera traerme algo de Argentina sería una buena parrilla. Acá las que usan son muy chiquitas y no es fácil hacer un asado, pero compre una bastante cómoda y apenas sale el sol hago asado”. Costumbres que comparte con Di Santo y Caldirola: “el idioma ayudo para entablar una buena relación tanto entre nosotros tres como nuestras respectivas novias. Así que cada tanto nos juntamos, salimos a comer y compartir cosas más cercanas a nuestras costumbres”.

 Central y la familia

Mientras define por estos días su futuro (el club tiene la posibilidad de comprar su pase) que tiene ganas de continuarlo en Alemania, la comunicación con su ciudad es permanente. Acá permanecen sus afectos y ese vínculo se mantiene “vía chat, teléfono, y visitas que nos han hecho algunos familiares en este año”.

Per además su contacto sigue con el fútbol argentino y con Central. “Acá mucho la liga argentina no la pasan, pero la sigo por Internet. Obviamente sigo mucho a Central, cuando juega me quedo mirando los partidos y mucho más si el que actúa es mi hermano (NdR: Manuel, arquero suplente del equipo de Miguel Ángel Russo)”. Con quien tiene un sueño que deja para el final de la charla: “Para mí sería fantástico compartir de nuevo cancha con mi hermano ya que el es un muy buen arquero y obviamente mi hermano. Ojala podamos volver a compartir un plantel en algún momento”.

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