Ciudad

Rock&Fellers entrega la casa del Comando

El Museo de la Memoria tendrá su lugar después de once años de espera.

La idea del ex concejal de la UCR Daniel Luna, plasmada en una ordenanza en junio de 1999 para que el Museo de la Memoria estuviera en Córdoba y Moreno, lugar donde funcionara el Comando del II Cuerpo de Ejército hasta 1983,  y donde hasta estos días lo hiciera el bar Rock&Fellers, finalmente se hará realidad. Pasaron once años, un proceso de expropiación y una larga negociación con quienes explotaban el bar, con recurrentes prórrogas, interminables marchas y contramarchas, pero finalmente el lunes a las seis de la tarde las autoridades del Museo recibirán de manos del intendente Miguel Lifschitz las llaves del lugar.

Tras la sanción de la ordenanza del Concejo municipal hubo que esperar hasta el 2002 para que la Legislatura provincial confirmara a través de una ley la ordenanza expropiatoria. Y una vez sancionada la ley comenzaron las negociaciones entre el municipio y la empresa que explotaba el bar Rock&Fellers, que incluyó innumerables prórrogas hasta llegar a este final.

En el emblemático edificio, epicentro de la ejecución de la política del terrorismo de Estado en nuestra ciudad, se realizarán obras estructurales y artísticas antes de su inauguración oficial. Las autoridades del Museo anunciaron que habrá salones interactivos, terminales informáticas y hasta pergaminos de bronce en la terraza de Moreno y Córdoba, con la nómina de los desaparecidos durante la última dictadura militar. Además, habrá una biblioteca, una hemeroteca y un centro de investigaciones.

El director del Museo de la Memoria, Rubén Chababo, anunció que se destinarán unos 400 mil pesos para concretar el proyecto en su lugar definitivo, y reveló que ya están trabajando en una muestra que funcionará de forma permanente los artistas Daniel García, Graciela Sacco, Norberto Puzzollo, Lucrecia Moras, Federico Fernández y Fernando Piedrabuena, entre otros.

La Universidad Nacional de Rosario también hará su aporte, con la instalación de una maqueta del centro clandestino de detención del Servicio de Informaciones de la Policía, conocido como “El Pozo”, que funcionó bajo las órdenes del comandante Agustín Feced. El espacio se complementará con la proyección de mapas nacionales y locales. También habrá un centro documental con terminales de computadoras que almacenarán testimonios recopilados por Memoria Abierta.

Daniel García trabaja en un mural dedicado a madres de Plaza de Mayo, Norberto Puzzollo en una obra dedicada a nietos apropiados y Graciela Sacco en otra sobre la memoria, la verdad y la justicia.

Otro espacio que será llamativo es la terraza sobre la esquina de Moreno y Córdoba. Para esa parte del edificio Dante Taparelli tiene un proyecto con rollos tibetanos de bronce grabados con nombres de desaparecidos.

La terraza tendrá, además, senderos, bancos y un lugar para contemplar. En la sala de lectores se trasladará el actual fichero de todos los socios de la Biblioteca Argentina Juan Álvarez que están desaparecidos, así como textos alusivos a los derechos humanos.

Al ingresar por Córdoba se podrá ver en dos pantallas de plasma testimonios de Memoria Abierta. En el espacio de la biblioteca también habrá una hemeroteca y un centro documental para investigaciones.

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