Edición Impresa

Revelador testimonio en un juicio oral en el fin del mundo

Un capitán de barco dejó entrever que la causa del homicidio de Claudio Prada fue un ajuste de cuentas por mejicanear una carga de cocaína que estaba oculta en un velero que tenía como destino España.

Carlos Retamal

Hace poco más de un año, un homicidio sacudió a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. Un instructor de esquí, Claudio Omar Prada, fue encontrado asesinado en su departamento, en un caso que se trató de disfrazar como un suicidio. Con el correr de las semanas, la investigación fue dando sus frutos y a la vez que iban saliendo órdenes de detención desde el Juzgado de Instrucción 2ª de Tierra del Fuego, a cargo de la María Luisa Barrionuevo, algunas de las cuales recayeron en la ciudad de Santa Fe, se iban conociendo detalles de un caso policial con tintes de thriller al mejor estilo Hollywood, porque se mezclan drogas, un velero, un viaje a Europa y un presunto ajuste de cuentas por mejicanear la carga que estaba oculta en la nave. El jueves de la semana pasada comenzó el juicio oral por el homicidio de Prada, por el que están siendo juzgados los santafesinos Héctor Caraffa y Gustavo Farías y los fueguinos Ángel Avanzato y Gustavo Zapata, los primeros como autores materiales y los dos restantes como partícipes necesarios. Anteayer, la fiscal del caso y la parte querellante coincidieron en que quedó probada la participación de los cuatro hombres en el asesinato y pidieron reclusión perpetua para los santafesinos y prisión perpetua para los fueguinos, mientras que la defensa solicitó la absolución del cuarteto. El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el martes, cuando los acusados podrán decir sus últimas palabras antes de conocerse el veredicto.

El juicio por el asesinato de Claudio Omar Prada comenzó el jueves 17 de junio en Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego. Además de los cuatro imputados, hay una quinta persona, también nacida en la ciudad de Santa Fe, Maximiliano F., sospechada de ser autor material del crimen, que está prófugo, por lo que no está siendo juzgado; y Diego P., conocido como Diente, señalado como presunto instigador y cuyo paradero también se desconoce. Los otros cuatro enfrentan cargos por “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”.

Según la investigación el móvil del crimen se encuentra vinculado con diferencias de dinero que se habrían generado a principios del año pasado entre Claudio Prada y Diente (prófugo) o un ajuste de cuentas por mejicanear una carga de cocaína que Prada y un capitán de barco hallaron oculta en un velero.

En la primera jornada atestiguaron los hermanos del fallecido y también Mauricio Fontana, capitán de un velero que se presume estaba cargado con droga y que fue el detonante del ajuste de cuentas que derivó en el homicidio.

“Mi hermano no se atreve a vender la droga y se la da a Diego P.”. Con esas palabras comenzó la declaración de Cristian, uno de los hermanos de Prada, quien detalló lo que el fallecido le comentó meses antes de que lo asesinaran.

“Cuando Claudio volvió del viaje que se frustró hacia España en un velero, muy nervioso, se atrevió a contarme lo ocurrido. El velero no estaba preparado para atravesar el Atlántico por ser una embarcación de río. Durante la travesía por Brasil descubrió que en una pared del velero se encontraba una cantidad de droga, cocaína, que no me precisó la cantidad y que la bajó del velero y la escondió tomando como referencia un punto en el GPS y que una vez escondida se comunicó con Diente para que la comercialice”, relató.

“Mi hermano estaba asustado: sabía que lo iban a matar porque el tema era por la droga, a lo que le dije que no se preocupe porque si la droga la bajaron porque la encontraron los dueños, no van a hacer nada; yo conozco a esa gente porque los atiendo dado que soy abogado de gente que vende droga y defiendo en los juzgados de Mar del Plata”, sostuvo Cristian Prada, quien hasta antes del homicidio de su hermano era abogado del fuero marplatense.

El otro Prada, de nombre Damián, agregó que el intermediario local de la operación de venta de la droga realizada por Diente fue Gustavo Zapata, uno de los imputados en el homicidio de su hermano.

Según Damián y Cristian, su hermano Claudio estaba enojado porque el mencionado Diente le debía alrededor de cien mil pesos, aunque ninguno de los dos dijo de dónde salió esa cifra y esa deuda.

Otro testigo aseguró que Prada le había confesado estar muy preocupado porque “se había quedado con un vuelto”. “Claudio sabía que lo iban a venir a buscar, que lo iban a matar”, agregó.

Luego fue el turno de Mauricio Fontana, el capitán del velero mencionado en la causa, quien arrancó anticipando a los jueces que iba a modificar la declaración con respecto a la que había prestado al inicio de la investigación del homicidio, señaló el portal Crónicas Fueguinas.

Fontana contó que hace un par de años fue contratado por su condición de capitán de barcos por una persona del norte del país para que trasladara una embarcación desde Buenos Aires hasta España. Al parecer quien adquirió la embarcación residía en la península ibérica o tenía lazos comerciales en esa zona. Fontana señaló que como era amigo de Prada éste lo acompañó en el viaje de navegación.

Luego mencionó que le había llamado la atención de la cantidad de bidones de combustible que había a bordo del velero (más de 30) y que durante el trayecto fueron consumiendo dicho combustible y la embarcación comenzó a tener averías.

Sobre las costas de Brasil, dijo Fontana, él y Prada descubrieron una falsa pared que no habían visto a la salida de Buenos Aires porque los bidones la tapaban y al revisar encontraron un cargamento de cocaína.

Con la embarcación averiada y la mercancía encima, dijo que ambos tuvieron temor y que decidieron ocultar la carga en una playa de Brasil, en un lugar “fácilmente ubicable mediante sistema GPS”.

Fontana dijo que luego contactó por teléfono satelital a quien lo había contratado y que tras varias conversaciones (supuesto instigador) esa persona –que se cuidó de mencionar– dejó de atenderlo. Ante esto decidió regresar a Argentina, dejando el velero en un puerto de Brasil.

Meses después, Prada le comentó que había iniciado contactos con Diente, un ushuaiense que decía tener contactos en Brasil, para comercializar la cocaína. Ante dicha circunstancia Fontana le dijo a Prada que no se metiera con ese tema e intentó disuadirlo para desistiera de su actitud, según contó al tribunal.

Fontana en varias oportunidades durante su declaración manifestó que no era narcotraficante y que lo habían contratado como capitán y que estaba haciendo un trabajo de buena fe, hasta que descubrió la mercancía.

Además admitió que desde que descubrieron el cargamento íntimamente pensó que “era hombre muerto” y dejó entrever que no entendía como podía estar vivo y declarando en el juicio.

Anteayer, la fiscal Karina Echazú y la parte querellante coincidieron en sostener que quedó probada la participación de los cuatro detenidos en el asesinato de Prada, cometido el 19 de junio del año pasado en un departamento del barrio Río Pipo y pidieron reclusión perpetua por homicidio agravado por la participación de dos o más personas para los santafesinos Gustavo Ariel Farías y Héctor Omar Caraffa y prisión perpetua para los fueguinos Alberto Avanzato y Gustavo Zapata, mientras que la defensa solicitó la absolución del cuarteto.

Por su parte los abogados defensores coincidieron en que la investigación no aportaba pruebas de peso en contra de sus asistidos, por lo que solicitaron la absolución de los hasta ahora cuatro detenidos.

Los jueces pasaron a un cuarto intermedio hasta el próximo martes, momentos en que los acusados tendrán la posibilidad de decir sus últimas palabras y en la misma jornada el Tribunal dará a conocer el veredicto.

Comentarios