Ciudad

Ecología

Retoman el debate para limitar las bolsas plásticas en comercios

En el Concejo hay dos proyectos y la idea es buscar un acuerdo. Hoy se entregan 2 millones de envases de polietileno por día.


La Comisión de Ecología y Medio Ambiente del Concejo Municipal buscará restablecer en septiembre la discusión en torno a la entrega de bolsas plásticas en comercios. El proyecto con mayor consenso planteaba, entre otros puntos, el cobro por envases de polietileno más grandes y resistentes que los actuales, la implementación de “Cajas Verdes” en supermercados y la incorporación de la figura de un recuperador para favorecer la clasificación de residuos. Sin embargo, una iniciativa ingresada casi en tiempo de descuento, que apuntaba a la erradicación de este material, aplazó el debate haciéndolo integrar la extensa lista de cuestiones a tratar. De este modo, concejales, agrupaciones ambientalistas, empresarios, comerciantes y el propio Departamento Ejecutivo buscarán arribar a un acuerdo para la confección de una legislación que regule la cantidad de bolsas plásticas entregadas que, de acuerdo al número de habitantes que posee Rosario, asciende a más de dos millones por día.

“Debemos generar consenso porque no es un tema que le va a cerrar 100 por ciento a todos. Lo que más duele es que habíamos elaborado un borrador aceptado por casi todos los sectores políticos del Concejo, pero que fue postergado un tiempo porque esa misma semana aprobamos el aumento de tarifa de colectivo”, expresó con enfado la edila del bloque PRO María Julia Bonifacio, autora de la primera iniciativa formulada, la cual estuvo a punto de ser convertida en ordenanza.

El esbozo de ley contaba con el apoyo, entre otros actores, de la cámara que agrupa a los industriales plásticos que producen las bolsas y del partido ecologista Los Verdes, para quienes la erradicación de los envases de polietileno y su reemplazo por unos de papel no sólo no resolvería el problema ambiental sino que además se traduciría en la pérdida de muchas fuentes de trabajo. “Ahí está el error, porque lo que buscamos es la eliminación de todas las bolsas descartables, no importa el material. A su vez, buscamos que esa desaparición sea progresiva y no de un día para el otro, porque ello permite que las empresas vayan acomodándose de acuerdo a la demanda”, explicó a El Ciudadano Gonzalo Gorostazu, miembro de la comisión directiva de la agrupación ecopolítica.

En tanto, el presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini, defendió su propuesta (el más reciente y segundo en ingresar al Palacio Vasallo) que prohíbe la entrega de envases plásticos de cualquier tipo ya que la utilización de un material más resistente “podría ser económicamente inconveniente para la población”. Así, se inclinó más por “las bolsa de tela, estilo rejilla o el mismo carrito” que no supondrá mayores cambios, sino que sólo será una cuestión de acostumbramiento. “El que va en un auto bien podría cargar las cosas en un carrito y llevarlo hasta su baúl. El que seamos excesivamente cómodos hace que proliferen las bolsas plásticas de una manera notable”, manifestó.

Por parte de la Municipalidad, la subsecretaria de Servicios Públicos, María Cecilia Mijich, prefirió no inclinarse por una iniciativa ya que ese es “un debate interno que deberá resolver el Concejo”, que posee “todo el apoyo” del Ejecutivo en la implementación de un programa que apueste a la reducción del consumo de bolsas y la disminución de basura que llega al relleno sanitario.

El primer proyecto debatido planteaba, como aspectos clave, la posibilidad de transportar los productos en una bolsa de mayor calidad, y que por ende podría ser reutilizable, con un valor de aproximadamente 50 centavos. Asimismo, establecía la implementación de las denominadas “Cajas Verdes” en supermercados, en las que no se entrega bolsa alguna, y la creación de la figura del recuperador, que permitirá incorporar al sistema a aquellas personas que se desempeñan desde la informalidad para que pasen por cada edificio o domicilio entregando bolsas para la separación de residuos y concientizando a la población acerca de los beneficios de esta práctica, además de controlar que en cada comercio se utilicen dos cestos de basura. “Esto tendrá un impacto sobre el programa de Basura Cero y la ley de tracción a sangre, porque además de traer beneficios desde el punto de vista ambiental también favorece la inclusión social”, completó Gorostazu.

En referencia a este punto, Bonifacio contó que el trabajo consiste además en determinar si un edificio está separando poco en relación a otros de la misma zona.

“Esto es muy importante porque no podemos esperar que el propio rosarino vaya por su propia cuenta a separarlo. El contenedor naranja (reservado para papeles, cartones y envases plásticos, metálicos, de vidrio y telgopor) es el que menos funciona, porque basta con que una sola persona arroje algo que no va allí para contaminar todo el otro material”, fundamentó.

En defensa de su proyecto, la edila macrista explicó que la mayoría de las personas utiliza las bolsas que entregan los supermercados para arrojar los desechos domiciliarios, por lo que su completa eliminación podría hacer disparar el precio de este producto, perjudicando así a la propia población.

Diferentes miradas sobre el reciclado

La presidenta de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente del Concejo Municipal, María Julia Bonifacio, también se refirió a la ordenanza aprobada en 2008 que propone alternativas para la reducción de materiales reciclables que son enviados al relleno sanitario.

La edila del PRO expresó que “no se están cumpliendo con los objetivos previstos” en la normativa, que planteaba una reducción de desechos del 15 por ciento para 2010, de un 25 para 2012, de un 50 para 2017 y para 2020 la imposibilidad de llevar al recinto cualquier material recuperable. “Sin ir muy lejos, las bolsas de plástico pueden ser recuperadas y, en base a varios estudios, vemos que los números aumentan cada vez más”, planteó.

En coincidencia con esta postura, Gonzalo Gorostazu consideró que, “si se tiene en cuenta la letra fina de la ordenanza, su cumplimiento es prácticamente nulo” porque la cantidad de material recuperado “no llega al uno por ciento”.

Según el dirigente esto se da como consecuencia de “buenas políticas” que no son sostenidas en el tiempo. “El 70 por ciento de la basura domiciliaria es material recuperable. A (el relleno sanitario de) Ricardone estamos enviando 300 mil toneladas, cuando tendríamos que estar en el orden de las 170 mil”, comentó el integrante de Los Verdes.

Ambos actores resaltaron la importancia de la instalación en Bella Vista de la planta de tratamiento y compostaje, aunque aseguran que su funcionamiento dista de ser el ideal como consecuencia de que “el material que llega es de muy mala calidad y por ende el compost no es bueno como para poder ser reingresado en el sistema”.

En tanto, la subsecretaria de Medio Ambiente municipal, María Cecilia Mijich, explicó que el establecimiento permitió dar “un salto enorme” en el tratamiento en el reciclado.

La funcionaria entregó una visión distinta en torno al asunto. “La planta está preparada para procesar del 25 por ciento de los residuos de la ciudad. Allí se elabora un compost de muy buena calidad, lo que es avalado a través de diversos estudios realizados por las universidades de la ciudad”, esgrimió, al tiempo que reconoció que, en base al cronograma de trabajo, se baraja la posibilidad de que la planta de tratamiento comience a operar el año que viene en el 100 por ciento.

Comentarios