Política

Peleas de Fondo

Raúl Timerman: “En este período se va a afirmar la autoridad presidencial”

Para el analista político la discusión por el acuerdo con el FMI profundizó diferencias preexistentes en el Ejecutivo, al punto de dejar a la coalición gobernante al borde de una ruptura. Las tensiones hacia el interior y las diferencias públicas, pueden configurar un escenario de internas en 2023


El tratamiento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el Congreso profundizó las diferencias en el interior del Frente de Todos y reposicionó a sus principales referentes de cara al 2023. Los desacuerdos en el propio Ejecutivo y los pases de factura en público van pavimentando el camino a una Paso protagonizada por las distintas tribus que integran la coalición gobernante.

En diálogo con El Ciudadano, el analista político, Raúl Timerman, evaluó el escenario político que configuró el debate sobre el acuerdo con el Fondo y consideró: “En este período se va a afirmar la autoridad presidencial”.

Para el director de la consultora Grupo de Opinión Pública, la negociación con el organismo multilateral coronó un proceso en el que Alberto Fernández intentó imponerse en términos políticos con decisiones que configuran una fisura dentro del FDT.

En ese escenario comienzan a distinguirse al menos dos corrientes: una conformada por funcionarios y gobernadores que respaldan la figura presidencial, y otra que se alinea detrás de la vicepresidenta. Todo indica que la lista única de 2021 en provincia de Buenos Aires tiene poco margen para la reedición y en 2023 habrá lugar para las internas en el peronismo. Timerman deslizó incluso que la propia Cristina podría bajarse de las aspiraciones al Ejecutivo.

—El debate en torno al acuerdo con el FMI, ¿pudo haber terminado de dinamitar las relaciones dentro del FDT?

—Acá se ha producido un punto de ruptura, a tal nivel que la vocera presidencial dice que el presidente llama a la vicepresidenta y no le atiende el teléfono. Pero esta coalición tiene que gobernar casi dos años más. Indudablemente el presidente lo que trata de hacer es establecer agenda propia, lo debe vivir como un triunfo al acuerdo con el FMI. Esa idea de triunfo está basada en el convencimiento a la oposición y en conseguir el apoyo de los gobernadores peronistas para que sus legisladores voten el acuerdo.

—¿La discusión por ese acuerdo es el detonante de un desgaste?

—Hay dos potentes cartas de Cristina, donde viene señalando desacuerdos permanentes con la forma en que se está conduciendo el Ejecutivo, eso habla de un desgaste. La renuncia de Máximo Kirchner evitó una carta de Cristina que hubiera sido un golpe lapidario. La situación entre ellos está muy mal.

—¿Cómo queda conformado el escenario para lo que resta de mandato?

—A partir de ahora se inicia una etapa nueva, en la que tenés un respiro respecto de los vencimientos y por otro lado tratan de iniciar una épica que es la guerra contra la inflación. La inician en un campo minado, porque en las encuestas el 75% de la población no cree que de aquí al final de su mandato este gobierno pueda reducir la inflación. Solo el 24% lo cree posible, es la mitad de los que votaron a Alberto Fernández.

—La insistencia de programas de precios, que no tuvieron éxito, para intentar combatir la inflación, ¿son un signo de debilidad del gobierno?

—Me da la impresión de que los anuncios del viernes no tienen que ver con un plan de hace seis meses, no es un plan económico de Martín Guzmán. La intención estos días fue negociar con algunos sectores como los de la carne, aceite y harina de soja. Roberto Feletti (secretario de Comercio Interior) tiene un pensamiento diferente al de Julián Domínguez (ministro de Agricultura), pero el que decide finalmente es Alberto Fernández. En este período se va a afirmar la autoridad presidencial. Alberto fue construyendo esto durante años. Él solo tenía amigos, no tenía votos y cuando asume, posiciona a sus amigos en los puestos que a él le corresponden en el reparto, y Cristina posicionó militantes políticos.

—¿Las diferencias internas le permiten a Alberto construir su propio camino de cara al 2023?
—El “Albertismo” se ha largado a la construcción a través del Grupo Callao para pensar a Alberto de cara al 2023, Alberto va a ir a la reelección. Hay que tener en cuenta que Mauricio Macri en su peor momento, sacó 40% de los votos, hoy no va a sacar menos de eso, sea él o quien sea. Eso significa que va a haber balotaje y por ejemplo (Javier) Milei a nivel nacional tiene un piso del 16% y un techo que casi duplica ese número, quiere decir que van a ser sus votantes los que van a decidir el resultado de un eventual balotaje, y en ese contexto ganaría la oposición. Todavía queda un año y medio para gobernar. La disyuntiva es complicada, aparte es muy difícil encontrar candidatos en el FDT.

—¿El escenario reafirma la idea de que haya una Paso en el peronismo para el año que viene?
—Va a haber Paso, seguro, aprendieron la lección de las últimas elecciones. El presidente cuando habló en Plaza de Mayo después de la elección dijo que con seguridad la próxima vez va a haber Paso. La no existencia de las Paso fue una imposición de Cristina y La Cámpora, pero ahora no tienen la fuerza para imponer algo parecido.

—¿Se puede pensar un escenario con Cristina por fuera del FDT?
—Sí, puede suceder que el kirchnerismo se abra del FDT. Aunque la lógica indicaría que Cristina fuera candidata a senadora por la provincia, por fuera del Ejecutivo y que se va a apoyar en el candidato a presidente que resulte de ese espacio, sin estar en el ejecutivo.

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