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Zona oeste

Rastrillan sector de Cabín 9 en busca de Cristian Enrique

La Federal buscó al joven cuyo paradero se desconoce desde el 23 de octubre pasado en un sector del barrio donde vive, pero no lo halló. Su familia denunció que lo secuestraron hombres vestidos como policías. Hay sospechas sobre uniformados pero también sobre una banda acusada por un secuestro


Cristian Enrique es un albañil de 22 años que está desaparecido hace 15 días. Su familia denunció que lo levantaron cuatro hombres vestidos de policías en la esquina de su casa de barrio Cabín 9, de Pérez. Y los investigadores hicieron un procedimiento hace una semana en la sede de la Policía de Investigaciones (PDI). En el medio de distintas versiones sobre la causa de su desaparición, la Policía Federal realizó a las órdenes de la Fiscalía provincial rastrillajes con perros en Uriburu y Las Palmeras, donde hay cañaveral, pero no lo encontraron. El viernes habían buscado en la casa del joven, también con los canes, ropas y objetos que contuvieran su olor.

Los familiares del joven denunciaron que fue secuestrado por cuatro hombres armados que bajaron de un auto blanco sin patente, algunos de ellos con vestimenta de policías y chalecos de la PDI, y se lo llevaron de la esquina de su casa, en barrio Cabín 9 de Pérez.

Desde entonces, su familia no deja de buscarlo. Primero recorrieron comisarías y hospitales y luego, ante la falta de respuestas y la negativa a recibirles la denuncia, realizaron marchas y cortes de calle para que alguien los escuche y les digan dónde está el albañil de 22 años o qué se está haciendo para encontrarlo.

“Mi hijo no desapareció, se lo llevaron”, dijo su mamá Carina a El Ciudadano tras admitir que están desesperados porque los días pasan y el muchacho no aparece.

Según relató Carina, minutos antes de las tres de la tarde del martes 23 de octubre su hijo Cristian se encontraba dentro de su auto con su novia, en Las Tacuaritas y El Ceibo, a metros de su casa del barrio Cabín 9. La mujer dijo que tanto la novia de su hijo como vecinos del barrio le contaron que un Chevrolet blanco sin patente visible se puso a la par. Adentro había cuatro hombres con vestimentas de policías, cuyos chalecos tenían la sigla PDI (Policía de Investigaciones). Los uniformados le dijeron a Cristian que saliera del auto y el muchacho obedeció sin ofrecer resistencia. Así lo subieron al Chevrolet y se lo llevaron. El auto blanco dobló en avenida Las Palmeras y despareció.

“A mi hijo lo lleva la Policía, eso me contaron, que tenían uniformes de policías, gorrita de policías, armas y chalecos de PDI. Fue el martes pasado, un día después de la seguidilla de allanamientos que hizo (Maximiliano, ministro de Seguridad) Pullaro en el barrio. Pero nos dicen que no está detenido en ningún lado”, siguió Carina e hizo referencia a un megaoperativo destinado a esclarecer el secuestro extorsivo de Colián Miguel, un comerciante de la colectividad gitana.

“Él no tenía el celular encima. Tampoco ninguna identificación, como el documento, porque estaba en la esquina de su casa. Y menos que menos problemas con nadie. Por eso estamos desesperados. Como madre sólo puedo pensar que se equivocaron de persona. Por eso nos presentamos en la marcha pidiendo por favor que lo busquen. Vamos a seguir buscándolo, su familia y sus amigos, con pancartas y fotos. Cristian es el mayor de mis tres hijos”.

Una de las versiones que comenzó a circular entre los pesquisas da cuenta de que el joven manejaba una VW Surán negra que junto con otro auto secuestró al comerciante el 3 de septiembre pasado en Crespo y Arijón. Un tío del joven fue detenido por ese hecho en los allanamientos que encabezaron la PDI y la Prefectura el lunes 22 de octubre en Rosario y Pérez.

Un investigador policial sostiene que, en el expediente federal por el secuestro, “el chico no está nombrado”, pero una sospecha es que fue “chupado” por policías para sacarle la plata del rescate. La semana pasada la División de Inteligencia Criminal de Prefectura Zona Bajo Paraná allanó e la sede de la Policía de Investigaciones (PDI).

Otra hipótesis es que la banda que secuestró al comerciante pudo haber concretado una represalia por razones aún no esclarecidas. Otro trascendido que manejan los investigadores es que el joven se fugó el día después de los allanamientos ante la sospecha de que podía quedar detenido.

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