El Hincha

Qatar 2022

Que se venga Australia: Argentina despachó con autoridad 2-0 a Polonia y está en octavos de final

Primero se sacó de encima a México y ahora borró de la cancha a un amarrete y limitado elenco polaco para quedarse con el primer puesto del Grupo C del Mundial: la Selección está en octavos de final y el sábado a las 16 se medirá con los australianos

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Télam

Apareció Argentina. El que se plantó en el Maracaná y se coronó campeón de América. Y lo mejor de todos es que lo hizo respetando su identidad, esa que lo llevó a estar treinta y tantos partidos invicto y parecía haber perdido luego del inesperado traspié inicial ante Arabia Saudita. Primero se sacó de encima a México y despachó con total autoridad 2-0 a un amarrete y limitado Polonia para quedarse con el primer puesto del Grupo C del Mundial: la Selección está en octavos de final y el sábado a las 16 se medirá con Australia.

Arrancó sufrida la historia en Qatar, pero ahora se disfruta el doble. Porque el equipo jugó un partidazo, tuvo paciencia y también fe, otra vez se bancó la presión y recuperó tanto el espíritu como la esencia para volver a soñar, ahora con argumentos más que valederos. Y ni siquiera necesitó de la magia del 10 para festejar.

¿Messi más 10? Hace rato que ya no es así. ¡Por fin se aprendió la lección! El capitán es humano (por más que muchísimas veces parezca todo lo contrario) y también él se equivoca, tiene un mal partido o se fastidia. Fue una combinación de todo eso: erró un penal y quería meter su gol a toda costa. Por suerte sus compañeros dieron la cara por él para que la gente se ilusione otra vez con el título.

Si el astro está en un mal día aparece Di María, el incansable De Paul o el laborioso Mac Allister. Todos empujan. Todos gritan y la piden.

Y el recambio también aporta: con Paredes en bajo nivel surgió la figura de Enzo Fernández (no sale más del equipo) y si Lautaro Martínez anda con la mira torcida mejor que juegue Julián Álvarez, la joyita en la corona de Gallardo que se llevó Pep Guardiola al Manchester City.

La Selección aceptó el reto y no le tembló el pulso para asumir el protagonismo. Entendió perfectamente todo lo que se jugaba y desde el minuto inicial fue una aplanadora, muy parecida a la que merecidamente se había ganado la chapa de candidato.

La evolución es notable. Poco o nada queda de la (cada vez más) inentendible derrota en el debut: se liberó ante México de la mano del 10 y explotó ante los toscos polacos con el aporte colectivo de todos. Bien Scaloni: sus cuatro cambios le cambiaron la cara al equipo.

“Hay que seguir creyendo”, pidio Messi luego del 1-2 con Arabia. Así fue.

La Scaloneta recuperó su identidad. Fue otro. De corazón y mente. Y sobre todo de fútbol. De a ratos asedió a Polonia por todos lados y exhibió una in-tensidad altísima: recuperaba enseguida y pasaba al ataque con peligro. Una flecha. Enzo Fernández agilizó el juego, la sacó siempre limpia y le dio otra velocidad al medio. Estuvo por todos lados, se asoció con todos y hasta asistió a Julián en el 2-0. Completito.

Y el penal que el capitán no embocó, lejos de derrumbarlo, lo fortaleció. Argentina se enojó. Empujado por su gente, se puso el cuchillo entre los dientes y fue por todo. Mac Allister se animó a romper y Álvarez de moverse: de una combinación entre ellos casi llega el primero. Era un anuncio de lo que estaba por venir.

Al minuto nomás llegó el gol de Alexis. Molina se mandó con confianza, tocó para Di María, fue a buscar y metió un centro adentro que el Colorado la clave abajo, al único rincón donde Szczesny no podía llegar. Golazo y desahogo para la Selección, que lejos de darse nunca dejó de ir a buscarlo Otra gran señal.

Polonia primero no quiso y después ni supo cómo atacar. Poco importó: la Selección volvió a mostrar una gran solidez defensiva, con un Otamendi picantísimo y un Cuti Romero en su mejor nivel. Todos corren, todos meten, todos recuperan. Puro contagio.

Argentina recuperó el espíritu guerrero y ganador que lo llevó a darle la vuelta olímpica en la cara de Brasil. Y el DT esta vez acertó con los cambios: la inclusión de Fernández y Álvarez le dio la frescura y movilidad.

La Scaloneta está en octavos y va por todo. Más ilusionada que nunca, dejó atrás el porrazo con Arabia Saudita y llega con el ánimo por las nubes al duelo del sábado a las 16 ante Australia. Argumentos para seguir soñando con el título hay de sobra.

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