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“Que el último regalo sea Justicia”

Por Agustín Scholer.- Los padres de Mono, Patom y Jere, los jóvenes acribillados en Villa Moreno el 1° de enero de 2012, expresaron sus deseos ante las personas que los acompañaron desde Tribunales hasta la plaza San Martín. Triple crimen: para Salinas, “la confianza en la policía es nula”


“El último regalo que les hicimos a nuestros hijos fue un féretro y una corona de flores. Yo quiero que el último regalo sea Justicia”. Conmovedor y elocuente, el padre de Jeremías Trasante, uno de los tres chicos asesinados durante la masacre de Villa Moreno, reclamó que los homicidios de los jóvenes, que ocurrieron el 1º de enero de 2012, no queden impunes. Fue ayer, durante una manifestación que familiares y amigos de los tres militantes asesinados realizaron para pedir Justicia. Desde las 10 de la mañana,  comenzaron a juntarse frente a la sede de los tribunales provinciales, todos listos para caminar hasta la sede de Gobernación y exigir que los implicados en el caso sean debidamente juzgados.

A diferencia de otras protestas, en el mármol caliente de las oficinas de Balcarce y avenida Pellegrini primaba la presencia de niños y adolescentes; chicos de Moreno, uno de los tantos barrios carenciados que hay en las periferias rosarinas, que en vez de discutir qué bandera iba más adelante en la protesta, corrían y jugaban alrededor de sus padres y hermanos. Tal vez esta sea lo verdaderamente relevante de la marcha no hubo discusiones partidarias, todas las pancartas apuntaron a un solo blanco: el narcotráfico.

Cada uno de los miembros del Frente Darío Santillán, del cual eran parte los chicos asesinados, apuntaron a lo que ellos consideran “el verdadero problema de la sociedad. La participación directa de la Policía y el poder económico en la venta y distribución de drogas”.

Cerca de 400 personas marcharon por bulevar Oroño hasta Córdoba, doblaron por Moreno hasta Santa Fe, e ingresaron a plaza San Martín. En el lugar, con el grueso de los militantes ubicados en el pasto, con la cabeza mojada por el sol que pegaba fuerte, estaba preparado un modesto sistema de sonido, a través del cual se expresaron familiares y allegados a la causa.

“Basta de de matar pibes en los barrios, queremos que se desenmascare la relación de la Policía con el narcotráfico. Que el gobierno provincial deje de realizar operaciones inmobiliarias, como en el caso del tambo de Giros, y se ocupe de lo que pasa en los barrios. Queremos que se investigue la relación entre los abogados millonarios que defienden a gente que no puede justificar ingresos. Queremos que se investigue a dónde va la plata de las drogas, quién la lava, quién se beneficia con esto. Queremos que se investigue quién le da las armas a los soldaditos de los búnkers, con las que se mata a nuestros pibes. Queremos que se deje de estigmatizar a los pobres. Ser pobre no es ser violento.”, rezaba uno de los comunicados de los miembros de Movimiento 26 de Junio.

Acto seguido, tomaron la palabra los padres de Jeremías Trasante, Claudio Mono Suárez y Adrián Patom Rodríguez, los tres chicos asesinados en el Club Infantil Oroño el 1º de enero de 2012. En este marco, cabe resaltar las palabras de Eduardo Trasante, padre de Jeremías: “El último regalo que les hicimos a nuestros hijos fue un féretro y una corona de flores. Yo quiero que el último regalo sea Justicia. Que sus muertes sean un punto de inflexión para que esto no vuelva a pasar”, afirmó el hombre, un gran orador que hizo caer lágrimas a cada uno de las personas que reclamaban justicia.

Para cerrar el acto tomó la palabra Pedro Salinas, vocero del M26, quien solicitó que la problemática del triple crimen, y más a nivel general la del narcotráfico, se discuta con nombres propios. “En los pasillos de los Tribunales no se nombran a los verdaderos narcos, nadie habla de los Cantero, pero en los barrios todos los conocemos”, indicó el joven militante.

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