“Estamos de acuerdo en flexibilizar algunas normativas y generar incentivos para la inversión, pero sin nuevos instrumentos no vamos a tener resultados distintos. El problema que tenemos es para quién se construye en Rosario: hoy es más un instrumento financiero o de ahorro que una posibilidad para vivir. Lo que hay que llevar al centro es más gente, más vida, más actividad, no solamente más cemento”.
El proyecto prevé distintos modos de asociación entre diversos actores donde la meta final es tener los primeros edificios de vivienda pública en alquiler de la ciudad, como una muestra de que es posible una alternativa en el mercado de la vivienda, y de que el estado puede construir en otras zonas de la ciudad además de la periferia, y para otro sectores sociales. El objetivo es poner en el mercado de alquiler viviendas de calidad, en una zona neurálgica y a menor costo que el mercado, para que rosarinos con diferentes ingresos puedan vivir en el área central.
“Si el oficialismo está dispuesto a incorporar estas nuevas herramientas creemos que vale la pena apoyar el plan general. Si no será más de lo mismo y no vamos a acompañar. El centro más que un plan de incentivos para la construcción necesita un plan estratégico”.
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