La jueza Irma Bilotta procesó a Nahuel O. por el homicidio de Claudio Colli, que ocurrió en 2011 en Tabalada. El delito por el que irá a juicio es homicidio agravado por el uso de arma y la participación de un menor.
Claudio Colli, de 19 años, fue asesinado el 21 de septiembre de 2011. Esa tarde era de festejo: su primo cumplía años y con amigos decidieron ir a la Florida. El grupo llegó a la parada de colectivos ubicada en 1º de Mayo y Centeno, y subió al 143. Pero desde una moto bajó un joven que subió armado al colectivo y disparó contra Claudio Colli para luego huir. La víctima recibió un disparo en la espalda que recorrió el cuerpo y dañó órganos vitales. Con las fuerzas que le quedaban Caio, como apodaban a la víctima, bajó del colectivo, cayó de rodillas al piso y fue auxiliado por sus amigos. Un utilitario lo trasladó al Heca y en el camino cruzó un patrullero que se ocupó del joven, quien falleció a poco de ingresar al hospital.
El hecho fue enmarcado en una disputa entre dos grupos antagónicos, los de Ameghino y los de Centeno. Este crimen marcó las diferencias entre ambos bandos que conviven separados por 200 metros (por calle Ayacucho). El territorio fue escenario de 19 homicidios desde la muerte de Caio, entre los que se cuenta la muerte del hermano del imputado, Leandro O, ejecutado en octubre de 2012.
Prófugo
Nahuel O. permaneció 3 años prófugo. Para la familia de Caio esta situación fue una burla. Los cercanos a la víctima tenían información de que el sospechoso visitaba a su hijo en el barrio y no descartaron complicidad policial. La familia apuntó a Nahuel O. como un soldadito de un bunker que maneja una mujer en la Villa del Tanque y recién el 25 de agosto pasado se logró su arresto durante un allanamiento en Villa Gobernador Gálvez. Nahuel O. fue detenido luego de chocar un móvil policial.
La jueza Irma Bilotta, a cargo del Juzgado de Instrucción 15ª, lo imputó de homicidio agravado por el uso de arma y la participación de un menor y, a principios de este mes, lo procesó.
La magistrada valoró una serie de testimonios que se brindaron en la causa donde se repitieron los nombres de Nahuel O. como el tirador y Brian A., por entonces menor, como el conductor del rodado. Aparentemente la moto utilizada fue la de Leandro O., asesinado al año siguiente. Incluso su nombre apareció en el descargo del menor, quien deslindó responsabilidades en los hermanos y sostuvo que el ataque tuvo su origen en un hecho anterior, donde Caio habría baleado a otro familiar de Nahuel O.
La novia de Caio, luego de su muerte, recibió algunos mensajes de texto donde su interlocutor se burlaba de la muerte de Colli; incluso le avisaban que el próximo iba a ser otro amigo de la víctima identificado como Matías Sosa, refiere el fallo. A estos elementos la jueza sumó los reconocimientos positivos del imputado en rueda de personas, la reconstrucción integral del hecho y el testimonio de un familiar de Caio que vio descender del colectivo al agresor –arma en mano– y huir en moto junto a un cómplice al que también identificó. La magistrada no dejó de lado “una guerra entre bandas” que se dio en el territorio, y entendió que estas disputas son utilizadas como denominador común para dirimir conflictos, poder, liderazgo y para ello se echa mano al uso de armas y a la eliminación física de quien estorbe.
La Base
A Brian A. le dicen La Base; a pesar de su corta edad su nombre apareció vinculado con varios hechos de sangre. A los 15 años se lo sindicó como partícipe del crimen de Diego Gómez. Dos años después fue señalado en el homicidio de Colli y en septiembre pasado fue apuntado como uno de los autores del ataque a tiros al hijo de un ex barra de Rosario Central, Norberto Germán “Peligroso” Armanino, que fue asesinado en mayo de 2011.
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