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Procesan a una mujer por matar a su pareja tras violenta pelea

La discusión entre Paula y Ariel fue presenciada por una de sus hijas, quien terminó contando lo sucedido en sede policial.


Una mujer de 37 años fue procesada por el homicidio de su concubino Ariel Herrera, de 36, ocurrido a principio de año en medio de una violenta discusión marital presenciada por una hija de la pareja. Fue el estremecedor relato de una niña de 9 años el que develó la mecánica de lo sucedido la madrugada del 21 de enero pasado, al tiempo que dejó al descubierto una historia de maltratos de toda índole entre dos padres adictos al alcohol y las drogas. El juez de Instrucción de la 13ª Nominación, Gustavo Pérez de Urrechu, procesó por homicidio simple a Paula, transformó en detención su prisión preventiva y trabó un embargo de 50 mil pesos sobre sus bienes.

El hecho tuvo lugar en una vivienda ubicada en inmediaciones de Matienzo y avenida Pellegrini. Allí vivían desde hacía 11 años Paula y Ariel (empleado de Cablevisión), junto a sus hijos de 9 y 3 años. Ambos solían protagonizar violentas peleas diarias que, según los vecinos, terminaban a los besos como si nada.

Cerca de las 3, los gritos de auxilio de Ariel despertaron a los vecinos de Matienzo al 1600 que al asomarse a la vereda se encontraron con una confusa escena. El hombre estaba tirado sobre avenida Pellegrini, a metros de su casa, con una puñalada en el pecho mientras su esposa intentaba reanimarlo dándole respiración boca a boca. Lo primero que dijo la mujer fue que su marido fue agredido por un conocido del barrio que golpeó la puerta y lo apuñaló apenas se asomó. Pero cuando ingresaron a la vivienda, una de las hijas del matrimonio –de 9 años– alcanzó a balbucear: “Mi mamá lo apuñaló a mi papá”.

En un primer momento la mujer mantuvo su versión, pero luego terminó confesando la autoría del hecho. Según Paula, la noche del homicidio no fue la excepción y ambos habían comenzado a consumir cocaína alrededor de las 19 junto a un amigo que una hora después se retiró. “No sé qué hora era cuando me empezó a pegar. Ese día estaba re pasado. Dos veces anteriores que me pegó me asfixió hasta el punto de desmayarme. Yo aguantaba esta situación porque tenía miedo de irme, porque él se iba a olvidar de los hijos. Además cuando me quería ir siempre me golpeaba”, sostuvo.

Paula dijo que para frenar los golpes se autolesionó quemándose con un cigarrillo para “mostrarle que no me hacía nada”. La situación fue vista por la hija de 9 años que primero fue a buscar agua oxigenada y cuando volvió vio a su padre agarrar del cuello a su mamá. La mujer le gritó que busque ayuda en un patrullero policial que suele hacer guardias en avenida Pellegrini y Felipe Moré, pero la niña salió y no los vio, mientras que su papá le decía que vaya a la casa de su abuelo.

“Ahí él le gritaba a la nena que entre y a mí también. Primero entro yo a la casa y tiro la moto en el pasillo y trabo la puerta. Él agarró la puerta a patadas y la rompió en la parte de abajo. Ahí yo le abro y entramos todos, ya que me parecía que se estaba calmando”. La mujer dijo no recordar si su hija ingresó o no ya que su pareja empezó a golpearla de nuevo y le causó un ataque de pánico: “Él me quería matar, me decía que yo tenía la maldad en el cuerpo y yo le decía que deje de pegarme, que me quería ir. Ya me había tirado sobre la moto, me sacudía, me tiraba al piso, me levantaba y me volvía a tirar. Luego agarró un cuchillo que había en la mesada que él usaba para picar hielo y dijo «a esta hay que matarla». Luego suelta el cuchillo porque yo le pedía por favor que me dejara ir. Por ahí se enfurecía y por ahí aflojaba. En eso que suelta el cuchillo lo agarro yo y se lo clavé de frente, pero no pensé que se le iba a clavar. Yo no quería matarlo”.

Entre los argumentos del fallo, el juez Pérez de Urrechu destacó el testimonio de la menor, quien refirió haber sido testigo de cómo a partir de una pelea entre sus padres su mamá le clavó un cuchillo en el pecho a su papá. Según las pericias, la niña tiene un discurso “claro y conciso, no existiendo fisuras ni distorsiones discursivas”.

El juez aconsejó un tratamiento psicoterapéutico para la niña a fin de que logre elaborar la situación traumática. Tanto ella como su hermano de 3 años quedaron al cuidado de sus abuelos paternos.

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