Ciudad

Probation para un carrero

Por Carina Ortiz.- En 2011 conducía un carro que cruzó la autopista Rosario-Córdoba y fue embestido por un vehículo, cuyo conductor murió en el acto. Ahora deberá cumplir con ciertas disposiciones para ser sobreseído.


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Un recolector de residuos informal que en junio de 2011 protagonizó un accidente de tránsito cuando el carro a tracción a sangre que dirigía cruzó la autopista Rosario-Córdoba y fue embestido por un automóvil, cuyo conductor perdió la vida, obtuvo la suspensión del juicio que se sigue en su contra por homicidio culposo con representación. El carrero había solicitado un probation en dos oportunidades aunque en la primera de ellas la petición fue desechada. Ahora el acusado será sometido a la suspensión del proceso por un plazo de tres años, en los que deberá cumplimentar ciertas reglas de conducta, entre ellas trabajar para una asociación civil durante 300 horas. En el caso de que el imputado cumpla las condiciones impuestas en el plazo establecido y no cometa un nuevo delito, el caso quedará cerrado.

Hugo Darío Gianquinta tenía 54 años y el 30 de junio de 2011 conducía su vehículo Honda CRV por la autopista Rosario-Córdoba rumbo al centro de la ciudad. En el interior del rodado iban sus hijos de 9 y 12 años. Eran las 7 de la mañana cuando una yegua que tiraba de un carro asomó sobre la cinta asfáltica y el impacto fue imposible de sortear para el conductor de la camioneta, que perdió la vida en el acto mientras que sus hijos sufrieron lesiones leves. La yegua también murió y el carrero, que ya había cruzado una de las manos de la autopista en forma transversal, marchó preso.

Damián A. fue imputado por homicidio culposo pero un pedido fiscal modificó la acusación hacia el homicidio simple con dolo eventual. El carrero permaneció un mes detenido y la Cámara penal revocó la detención en base a la difícil línea que divide el dolo de la culpa en casos como éste, aunque el beneficio de libertad se otorgó con restricciones. Posteriormente, el Juzgado de Instrucción de la 4ª Nominación a cargo de Juan Carlos Vienna resolvió procesar al acusado por homicidio con representación, el estado más elevado de la culpa.

Entre los argumentos el juez expuso que el imputado actuó en forma imprudente y desaprensiva, que fue el causante del accidente y la posterior muerte de Gianquinta, aunque no halló indicios para considerar que el carrero “previó el resultado y lo aceptó con indiferencia”, sostiene el fallo, a la vez que agregó que la distinción entre dolo eventual y culpa con representación es sutil y difícil de diferenciar, y cuando se genera una situación de duda en la valoración debe practicarse a favor del imputado, concluyó. Ante ello el caso pasó al Juzgado Correccional de la 8ª Nominación, a cargo de José Luis Suárez, para el trámite de juicio. Aunque durante la etapa probatoria la defensa del Damián A. propuso la suspensión del juicio a prueba, lo que fue rechazado por la fiscalía y denegado por el tribunal.

La decisión fue apelada y la defensa insistió con una nueva propuesta, por lo que el caso en primera instancia y la “probation” fueron admitidos bajo las siguientes condiciones: el juicio se suspende por un lapso de tres años, en los que el carrero deberá cumplir con la imposición de ciertas reglas como someterse al control del Patronato de Liberados, cumplir 300 horas de trabajo en una asociación civil. A esto se sumó la inhabilitación del hombre para la conducción de cualquier tipo de vehículos y la manipulación de carros a tracción a sangre por igual período. En caso de cumplir todas las imposiciones y no cometer un nuevo delito la causa en su contra podrá cerrarse con el dictado de un sobreseimiento.

“Era alguien nuestro”

Una semana después de la muerte de Hugo Darío Gianquinta, el encargado del comedor y Centro Cultural Vía Honda dialogó con El Ciudadano. En aquel momento contó que la víctima, que era dueña de una distribuidora de golosinas, siempre se hacía tiempo para separar cartones y ahorrarle el trabajo a los cartoneros. “Para nosotros fue un delegado más, colaboraba mucho. Para el Día del Niño, para las Fiestas… incluso venía él con las cajas de golosinas para repartir a los chicos, y además muchos de los carros de aquí le iban a buscar cartón. Muy buena persona. Era alguien nuestro, más él que el carrero, era quien vendía a los quioscos de la zona y cuando sabía que en Vía Honda necesitábamos algo se venía”, recordó sobre la víctima.

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