En medio de un clima sacudido por la renovada crisis económica en el viejo continente, la presidenta Cristina Fernández arribó ayer a España para participar de la VI Cumbre Unión Europea-América latina y el Caribe, que se desarrollará mañana en Madrid. Apenas pisó suelo ibérico, la jefa del Estado se refirió a la reiteración de los planes de “ajuste” ortodoxos anunciados por los gobiernos de Grecia, España y, en menor medida, Portugal, que ya generaron fuertes protestas populares: “Si lo trata un médico y le da una determinada medicación y resulta que el enfermo sigue igual o peor, bueno, habrá que cambiar de médicos o cambiar de remedios, pero esto es de pura lógica”, señaló la mandataria ante los periodistas recordando a la par sus reclamos en foros internacionales para que se cambien las “recetas” que pregona, entre otros, el Fondo Monetario Internacional.
A su llegada a la capital española, Cristina Fernández anunció que, al margen de las actividades propias de la Cumbre, tendrá “entrevistas bilaterales muy importantes con el primer ministro de Grecia, con el primer ministro de Irlanda, con el de Dinamarca y con el de Bélgica”. Sobre el objetivo de esos encuentros, la jefa del Estado dijo en el hotel Intercontinental de Madrid, donde se aloja: “Así podremos tomarle el pulso un poco más en cuanto a cómo están las cosas aquí y para reflexionar de todo lo que está pasando”. Y agregó que esto servirá como “un buen antecedente para las reuniones del G20 (Grupo de los 20, que se desarrollarán en junio en Canadá y en noviembre en Corea)” sobre cómo ven los líderes europeos esta “situación difícil que se viene prolongando en el tiempo”.
De acuerdo a fuentes oficiales, el gobierno argentino espera que esta Cumbre contribuya a reforzar la asociación estratégica birregional, intensificando el diálogo político, fortaleciendo las relaciones comerciales, económicas y financieras.
Cristina ejerce desde 2008, y hasta la finalización de este megaencuentro en Madrid, la titularidad del grupo América latina y Caribe –también es la presidenta pro témpore del Mercosur–, mientras que su par y anfitrión de España, José Luis Rodríguez Zapatero, ocupa la presidencia de la Unión Europea. Ambos encabezarán mañana a la VI Cumbre, que convocará a casi 60 representantes de los dos continentes.
Estas cumbres fueron establecidas por el llamado Tratado de Madrid de 1995, con el objetivo implícito de equilibrar la diplomacia de Estados Unidos hacia la región (Cumbre de las Américas y Alca) en el contexto de “diplomacia de cumbres” que se inició en la década del 90. El llamado diálogo América latina, el Caribe y Europa carece de estructura institucional, y las decisiones se toman por consenso.
La presidenta viajó a España junto a su marido, Néstor Kirchner, quien de esta manera estrena su cargo de secretario general de la Unasur. También la acompañan el canciller Jorge Taiana y el jefe de la bancada oficialista de Diputados, Agustín Rossi, además del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y su par de Gestión Pública, Juan Manuel Abal Medina.
Cristina y Rodríguez Zapatero coordinarán el conjunto de países de sus respectivos bloques en el diálogo de la Cumbre, cuyo lema, acordado por la Argentina y España, será “Hacia una nueva etapa en la asociación birregional: Innovación y Tecnología para el desarrollo sostenible y la inclusión social”.
Este mediodía, Cristina presidirá el acto de reapertura de las oficinas de Aerolíneas Argentinas en España. A la tarde se trasladará al Institución Ferial de Madrid (Ifema) donde tendrá lugar la otra Cumbre, la de Mercosur-Unión Europea.
Mañana, a las 10 y en el mismo lugar, será la Sesión Inaugural de la IV Cumbre América latina y el Caribe-Unión Europea. En el marco de la reunión plenaria, los mandatarios tienen previsto analizar, además del eje del encuentro, la salida de la crisis global que ahora rebotó en Europa, y la nueva arquitectura financiera internacional. También discutirán la lucha contra el cambio climático y la situación de Haití. A las 16.30 se iniciará la Sesión de Clausura.
El miércoles, al mediodía, la presidenta se trasladará a la ciudad de Barcelona, donde encabezará un encuentro entre empresarios argentinos y españoles. Y por la noche, tras una cena, emprenderá el regreso a Buenos Aires.
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