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Orgullo rosarino

Presentan dispositivo que permite mover los brazos paralizados

Suple funciones de un cerebro que no puede darles órdenes a los miembros superiores por accidentes como un ACV.


Integrantes de la Fundación Rosarina de Neuro-Rehabilitación crearon un dispositivo tecnológico destinado a la rehabilitación de pacientes con secuelas motoras en los miembros superiores provocadas, por ejemplo, por un accidente cerebro vascular.

Mediante el uso de tecnología asociada a la medicina quienes hayan padecido una patología de esas características podrán mover los brazos afectados “a través de su pensamiento”, lo que provoca una respuesta eléctrica que, a través de una interfaz, termina moviendo el músculo que está paralizado.

Según contó a este diario el neurólogo Carlos Ballario, uno de los desarrolladores de esta novedosa herramienta, “en aquellas personas que tienen una lesión cerebral producto, por ejemplo, de un ACV y que tiene como consecuencia la debilitación o paralización de los miembros superiores se ha desarrollado una tecnología novedosa que es una interfaz entre el cerebro y una computadora mediante la cual, a través del entrenamiento del paciente, éste, imaginando que mueve el brazo, genera una serie de impulsos eléctricos que se pueden captar y mediante un programa se transforman en un impulso que actúa sobre los músculos paralizados y hacen que se pueda mover el brazo”.

El dispositivo, según contó el profesional, es “una especie de casco que es capaz de capturar la actividad eléctrica del cerebro, pasar por una computadora y a través de la electroestimulación lograr el movimiento del brazo”.

En el desarrollo del dispositivo participaron, además de miembros de la fundación, otros profesionales que aportaron su conocimiento.

“Para su desarrollo hicimos un convenio con la Facultad de Bioingeniería de Entre Ríos, cuyos investigadores trabajaron junto a nuestros médicos”, agregó Ballario.

Según explicó el profesional, el ACV es la causa más frecuente de discapacidad permanente en el adulto. Aproximadamente el 20 por ciento de las personas que superan los 85 años sufren de un ataque de estas características. Entre el 30 y el 45 por ciento de los ACV dejan una secuela neurológica discapacitante.

“Para estos cuadros más severos es necesario encontrar una estrategia de rehabilitación más eficaz, científicamente validada”, remarcó Ballario.

“Existen ciertas evidencias que indican que la «imaginación motora», esto es que el paciente imagine que mueve su miembro paralizado aunque no lo pueda hacer, genera cierta plasticidad neuronal favorable, aunque en muchos casos no sea una herramienta suficientemente eficaz. Por otro lado, la movilización pasiva de un miembro paralizado mediante una neuroprótesis genera también ciertos estímulos que ayudan en el tratamiento de rehabilitación de ese miembro discapacitado. Existen además aislados trabajos científicos que demuestran el beneficio del uso de la interfaz cerebro-computadora en la rehabilitación motora de un brazo paralizado como consecuencia de un daño en el cerebro o la médula espinal cervical”, destacó el investigador.

La interfaz cerebro-computadora se basa en una tecnología capaz de capturar una función cerebral determinada y transformarla en un comando deseado por el usuario de ese medio accionando un dispositivo específico. Así las cosas, basado en la literatura científica, se ha desarrollado un sistema capaz de capturar cierta actividad eléctrica cerebral generada mediante un entrenamiento puntual del paciente.

“De esta forma podemos generar un movimiento voluntario sustitutivo de la función perdida. Sin embargo, por el momento los movimientos logrados tienen una considerable limitación: son menos coordinados y precisos que los ordenados por un cerebro sano”, admitió Ballario.

Pero el aporte más importante de este desarrollo hasta el momento es que la generación de este movimiento del brazo paralizado, asociado a la imaginación que generó el paciente de que movía su brazo, es capaz de inducir una remodelación de ciertas redes neuronales cerebrales con una consiguiente mejoría en el control motor que debe ejercer del cerebro.

“Estamos convencidos de que éste es sólo el inicio de un desarrollo mucho más beneficioso para aquellas personas que padecen de una discapacidad secundaria motivada por un ACV”, concluyó el médico.

Antecedente

Hay que recordar que la Fundación Rosarina de Neuro-Rehabilitación fue también noticia a mediados del año pasado cuando sus integrantes presentaron la silla de ruedas inteligente, la primera en su clase desarrollada en el país, la que también a través de un casco interactivo que tiene la capacidad de registrar las señales bioeléctricas provenientes de la actividad cerebral la pone en movimiento.

Esta silla de ruedas fue diseñada para enfermedades específicas que producen debilidad muscular en brazos y piernas que incapacitan a las personas que padecen este problema para moverse en sillas de ruedas manuales o eléctricas que se manejan con un comando tipo joystick.

La silla especial cuenta, además, con sensores que si detectan un escalón, un desnivel u otro obstáculo en su camino hacen que se detenga.

Para su funcionamiento se graba un patrón de pensamiento que después se convierte en movimiento.

El casco lo que hace es grabar ese pensamiento y después lo reproduce cada vez que éste le indique la necesidad de desplazarse.

Para que el dispositivo funcione se requiere concentración porque hay que entrar y salir de ese pensamiento.

Para girar a la izquierda o a la derecha el casco tiene un giroscopio y la actividad la dará el paciente en cada caso, ya sea girando la cabeza, guiñando un ojo o levantando una de las cejas.

Presentación oficial

El dispositivo tecnológico desarrollado por miembros de la Fundación Rosarina de Neuro-Rehabilitación (FRN) para ayudar a personas con discapacidad motora de miembros superiores será presentado esta tarde a las 19 en el auditorio de la institución, en Alem 1416.

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