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Preparan debut del Baade, la otra opción del blanqueo

En el equipo económico que dirige Hernán Lorenzino confían en captar al menos 2 mil millones de dólares en el Baade.

El Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Energético (Baade), que comenzará a regir desde el 17 de julio, tendrá dos versiones: una para el público, la registral; y otra para inversores institucionales, la cartular. Pero además se mantendrá el pagaré como tercera opción para ser utilizada en los estados contables de las empresas.

Junto con el Cedin, el Baade debería ayudar a controlar el dólar blue, misión que en realidad tiene el primo hermano del Baade, el Cedin. Este título también podrá adquirirse en pesos en el mercado alternativo, que será operado además libremente por cualquier entidad financiera autorizada por la Comisión Nacional de Valores (CNV). El Baade aportará un interés del 4 por ciento anual y podrá ser comercializado por cualquier banco en su versión registral, mientras que la colocación de la cartular será una operación exclusiva del Banco Nación.

Así lo explicaron el martes el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, y el subsecretario de Financiamiento, Germán Plessen. Según fuentes del equipo económico de Hernán Lorenzino, esta versión de la oferta de repatriación de capitales debería ser, además, el instrumento preferido para canalizar pesos para comprar un instrumento en dólares, intentando debilitar la demanda del dólar blue.

El Baade, el título en el que más expectativas pone el equipo económico que maneja Lorenzino, tendrá así una versión cartular y una registral; y ambas podrán, además, ser emitidas en la forma pagaré, como el resto de los títulos públicos en circulación.

La esperanza oficial es que en el caso de las personas jurídicas (especialmente las medianas y grandes compañías que quieran blanquear capital no registrado) opten por este título público; que se acomodaría perfectamente a los estados contables de los privados en sus dos versiones. También, interpretan en Economía, sería útil para los grandes contribuyentes nacionales que tienen fuertes volúmenes de dinero para declarar, y que ya tienen tenencias en deuda pública soberana de otras emisiones. Este tipo de activos no paga impuesto a las ganancias, y puede ser luego vendido en un nuevo mercado secundario del Baade que el gobierno quiere crear lo más rápido posible luego a la sanción de la ley.

Sólo por el Baade, el gobierno quiere obtener no menos de 2.000 millones de dólares (de un total de entre 4.000 y 5.000 que podrían obtenerse por todo el blanqueo), los que servirían para cerrar el año de inversiones de YPF y avanzar en la infraestructura energética de los sectores de electricidad y gas. Puntualmente, una de las intenciones del bono es sacar del default a las empresas de servicio eléctrico (Edenor y Edesur) y apoyar el desembarco oficial sobre Metrogas. Obviamente, todo lo que se consiga por encima de esos 2.000 millones de dólares ayudará aún más a paliar la situación contable de las prestadoras, por ahora, sólo privadas.

Pero además, Lorenzino dijo que el dinero deberá alcanzar para algunas obras de infraestructura que hoy tienen financiamiento difícil por la falta de créditos externos y la imposibilidad de emitir deuda voluntaria.

Según confirmó el martes Cosentino, quedó establecido que la emisión del Baade tendrá vencimiento en 2016 y liquidará un interés semestral del 2 por ciento del capital exteriorizado. La emisión tendrá una versión registrable y una cartular o al portador, según lo que le convenga contablemente más al interesado.

En la primera versión, cualquiera de los bancos y entidades financieras habilitadas para recibir los Cedin podrá recibir los Baade; mientras que para los inversores institucionales (sociedades y empresas) sólo el Nación estará autorizado a recibirlos. No habrá limitaciones para la comercialización de operaciones en la versión pagaré. Con esta última opción, Economía busca una alternativa nueva para adquirir dólares de manera legal con moneda local, lo que según las expectativas oficiales ayudaría a bajar la demanda sobre el blue, en sintonía con la opción Cedin. Para esto el interesado deberá concurrir con pesos a ese mercado, cobrar el bono al valor de cotización (operación similar a la de adquisición de cualquier título público emitido en dólares) y luego podrá venderlo en el Nación, que le otorgará los dólares.

El título, tanto en su versión cartular como registral, podrá ser emitido como pagaré, igual que los otros bonos soberanos en circulación.

Esta opción debería interesar a bancos, aseguradoras, compañías financieras y cooperativas de ahorro y préstamo por motivos contables. Como además pagarán intereses, se esperanza el gobierno, serían una oportunidad importante para el blanqueo de dinero en negro para privados que operen en el mercado financiero, especialmente bancos. Según dijo ayer Cosentino al presentar en sociedad al bono, “quienes opten por los pagaré contarán con la posibilidad de convertirlos, a partir del año, a su versión título público en cada fecha de pago de los respectivos cupones semestrales” y las “distintas fisonomías previstas de emisión del Baade (ya sea en las dos versiones del bono o pagaré) responden al objetivo de otorgarle a este activo mejores condiciones de adaptabilidad a los requerimientos del inversor, en términos de circulación, transparencia, liquidez y flexibilidad de aplicación”.

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