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Tribunales

Por cada robo, un año de prisión

Tiene 30 años y fue condenado por seis casos de delitos contra la propiedad cometidos entre 2003 y 2011. Según consta en la resolución judicial, después de cada uno de los hechos que le achacaron el sospechoso fue detenido por la Policía.


Un hombre de 30 años fue condenado a seis años de cárcel por seis casos de delitos contra la propiedad. Su espíritu delictivo lo llevó hacia la comisión de varios hechos de robo, en los que probó distintos métodos y tuvo como objetivos diversos bienes: carteras, motos, bicicletas y viviendas, aunque en ninguno de estos casos pudo lograr su objetivo. El uniforme azul fue su pesadilla, ya que tras cada hecho terminó preso. Todos los procesos abiertos en su contra tuvieron fin cuando el Juzgado de Sentencia de la 5ª Nominación, a cargo de Gustavo Salvador, lo condenó por dos hechos de tentativa de robo, un robo simple y otro calificado por uso de arma, a lo que sumó dos hurtos calificados. Ahora deberá cumplir la pena impuesta.

De acuerdo con la investigación, Emiliano Alejandro Fontana comenzó su carrera delictiva en octubre de 2003, cuando le arrebató una cartera a una mujer que salía junto a su esposo y una amiga de un bar ubicado en Urquiza y Corriente. La víctima corrió dos cuadras junto al ladrón, ambos sujetados del bolso de la mujer, quien finalmente lo soltó.

Pero un patrullero que pasó por el lugar siguió al ladrón y logró su detención.

Un mes después, junto a otros compinches, el acusado interceptó a dos amigos que iban hacia un boliche ubicado en pleno centro. A uno de ellos le sustrajeron una billetera luego de golpearlo. Un testigo que observó la situación les señaló a las victimas que los asaltantes habían escapado hacia la zona de la Terminal de Ómnibus. Los amigos decidieron seguir el camino indicado y se cruzaron con un móvil policial, que al recorrer ese sector de barrio Echesortu dieron con el acusado, que descansaba en un banco del lugar y marchó preso, explica el fallo.

El 1º de enero de 2004, el acusado decidió probar suerte con los rodados. Cuchillo en mano, le sacó una bicicleta a un joven en la zona de Barra y bulevar Seguí, aunque no llegó muy lejos. La víctima alertó a la Policía, que lo detuvo en la zona.

Tiempo después, el sospechoso intentó sustraer motos. El primer intento que se conoce lo hizo el junio de 2009, cuando observó una moto de 110 centímetros cúbicos estacionada en el club Itatí, de Iriondo y bulevar Segui, y decidió llevársela. Mientras intentaba darle marcha lo sorprendió el dueño de la motocicleta, que lo sacó corriendo y nuevamente la Policía lo arrestó en las cercanías.

Según la resolución, en septiembre de 2011 lo intentó de nuevo. Esa vez posó sus ojos sobre una moto Guerrero G 90. Junto a otro compinche, se llevó la moto a la rastra, aunque no llegó muy lejos: otra vez un móvil policial lo alcanzó y quedó tras las rejas. Sin embargo, entre moto y moto decidió incursionar en el robo a viviendas. Con una barreta y otros acompañantes ingresó a una vivienda ubicada en Pedro Lino Funes al 2500, aunque un llamado al 911 terminó con sus intentos y lo llevó a la comisaría.

Por todos estos hechos, Fontana fue procesado y el caso llegó al Juzgado de Sentencia de la 5ª Nominación, donde el magistrado Gustavo Salvador encontró mérito para condenar al ladrón a 6 años de cárcel por los delitos de robo en grado de tentativa, robo, robo calificado por el uso de arma blanca y hurto calificado por tratarse de vehículo dejado en un lugar de acceso público. Además, como el resto de los ilícitos los cometió junto a terceras personas, lo condenó como coautor de los delitos de robo agravado por efracción –es decir, cuando se rompe una construcción– en grado de tentativa y hurto calificado por tratarse de vehículo dejado en la vía pública.

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