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Plan para comer pan sin tanta sal

El ministro de Salud, Cappiello, presentó el programa que tiene alcance nacional.

El ministro de Salud de la provincia, Miguel Ángel Cappiello, encabezó ayer en Rosario el lanzamiento de la campaña “Menos sal, más vida”, organizada con el objetivo de alcanzar al 95 por ciento de las panaderías del país y estimular a que elaboren productos con menos cantidad de sodio y evitar así accidentes cardiovasculares, teniendo en cuenta que en la Argentina se producen más de 100 mil muertes anuales por esta causa.

Esta iniciativa está impulsada por el Ministerio de Salud de la Nación, la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (Faipa), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) y la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal), además de la cartera de Salud santafesina.

“Esta campaña forma parte de una cultura diferente, que requiere de responsabilidad social empresaria y participación estatal con el fin de lograr una mejor calidad de vida para todos”, resaltó Cappiello.

Esta planificación es parte del Plan Argentina Saludable, una estrategia que incluye acciones en pos de la promoción de hábitos y entornos saludables, y la regulación de productos y servicios.

El ministro de Salud enumeró la alimentación, no fumar y los controles periódicos como “medidas simples de prevención de enfermedades y sin alta tecnología”.

Por último, Cappiello destacó que el lanzamiento de la campaña “constituye un hecho trascendente en la política sanitaria de prevención; conviene remarcar que no se trata de un hecho menor que todos los panaderos accedan a disminuir la cantidad de sal sin desmejorar sus productos”.

Consumo excesivo

En Argentina se consumen entre 12 y 13 gramos de sal por habitante por día, más del doble de lo recomendado por la OMS. El 60 por ciento de esa sal consumida viene en alimentos procesados, y el pan es uno de ellos. La campaña apunta a que 25 mil panaderías del país adhieran a esta estrategia y elaboren los panificados con una cantidad menor de sal, como así también productos sin sal agregada. Para esto, se produjo un recipiente con una medida de 750 gramos que representa la sal que tiene que utilizarse por cada bolsa de harina de 50 kilos, y afiches con consejos para los consumidores y los panaderos.

A los establecimientos, una vez inscriptos, se les distribuirá un vaso medidor y un afiche para colocar en el salón del local, en el que se informa a los clientes que allí se venden productos reducidos en sal y productos sin sal, y los beneficios que ello implica para la salud. También será difundido un afiche para el personal con recomendaciones para la elaboración de los alimentos.

Se busca, además, sensibilizar a la población sobre el impacto en la salud de la reducción del consumo de sodio y, en consecuencia, que el consumidor cambie conductas a la hora de elegir sus alimentos y defienda sus derechos para una alimentación más saludable.

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