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Piñera: desgastado a sólo un año de asumir

Aprobación al presidente chileno fue superada por rechazos, según encuesta.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, llega al primer año de gestión con su popularidad en baja como consecuencia del desgaste que significó haber asumido pocos días después del segundo terremoto más fuerte de la historia del país, lo que lo obligó a cambiar todas las prioridades iniciales de su administración.

Piñera cumplirá el aniversario en el cargo el viernes próximo con la paradoja de que la caída de su popularidad y de su credibilidad en el contexto de un sostenido crecimiento de los principales indicadores económicos.

Un sondeo de la consultora Adimark dio un mayor rechazo que aprobación: 49 por ciento contra 42, respectivamente, según un cable de Télam.

El mandatario derechista llegó al Palacio de la Moneda el 11 de marzo de 2010, doce días después de que el país sufriera el segundo sismo más fuerte de su historia y uno de los cinco más graves entre los que se tienen registro en la historia de la humanidad.

El movimiento, que incluyó un terremoto y un tsunami, destruyó gran parte de Concepción –la segunda ciudad del país–, Constitución, Cobquecura y el puerto de Talcahuano; provocó daños importantes en otras ciudades, entre ellas Santiago y Rancagua, y causó la muerte de 525 personas y daños a unos dos millones de habitantes.

La emergencia que demandó atender miles de víctimas que perdieron sus casas y el acceso a todos los servicios esenciales obligó al nuevo gobierno a cambiar sus planes de trabajo y a replantear sus cuatro años de gestión para orientarla a la reconstrucción que excederá su mandato y que demandará millonarios recursos.

En ese contexto, el cientista político José Jara –investigador del Instituto Igualdad y ex director de Flacso– consideró que “el gobierno se encontró con que no estaba preparado para asumir esta tarea” porque “sus cuadros técnicos tenían otra planificación y ante eso el gobierno tuvo muchas dificultades”. “Este equipo de ministros e intendentes con muchos hombres y mujeres que venían de las altas gerencias de empresas privadas se encontró con que la emergencia requería un involucramiento para el cual no tenía experiencia y le costó mucho acomodarse al trabajo del sector público y a las nuevas prioridades de la gestión”, añadió.

Tras la venta de sus activos en la aerolínea Lan Chile, el canal de televisión Chilevisión y el club de fútbol Colo Colo, Piñera puso a prueba su capacidad de enfrentar situaciones de crisis.

En ese aspecto debió afrontar el conflicto con la comunidad mapuche, el rescate de los 33 mineros de Copiapó, la crisis en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (Anfp) que terminó con la salida del seleccionado del entrenador argentino Marcelo Bielsa, y el manejo de la protesta por el aumento de las tarifas del gas en Magallanes.

Para Marco Moreno, cientista político de la Universidad de Chile, ese espacio aún no puede ser ocupado en la opinión pública por una oposición representada mayormente por la Concertación que “no logra, a un año de su derrota, encontrar un sentido y objetivos, lo que la coloca en un período de gran tensión interna”. “La Concertación todavía no hizo un proceso suficiente de autocrítica respecto a por qué perdió la elección, lo que tiene que ver con un agotamiento y falta de proyecto”, consideró Moreno, a pesar de que Piñera “siguió gobernando con muchas ideas de la Concertación y muchos plantean que éste es un gobierno de continuidad más que de centroderecha”.

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