Edición Impresa

Crímenes a la salida de una disco

Piden 25 años por un doble homicidio

Ese fue el reclamo de la Fiscalía. Para la defensa debe ser absuelta.


La Fiscalía pidió ayer 25 años de prisión para Rocío Ayelén Quiroz, la joven que está acusada por el doble homicidio de Eliana Zalazar y Carolina Aranda, perpetrado el 27 de agosto de 2011 a la salida del boliche Mogambo. Fue en el marco de los alegatos que se llevaron adelante ayer por la mañana en una de las últimas jornadas del juicio oral y público que comenzó la semana pasada. “Está todo dado para que reciba una fuerte condena”, expresaron familiares de las víctimas a El Ciudadano. El viernes por la mañana se conocerá el veredicto.

Fue la primera vez que se la vio llorar a Rocío Ayelén Quiroz, quien se mantuvo calma durante todo el juicio en el que se busca determinar su responsabilidad en los asesinatos de las dos jóvenes. La acusada, chiquita de hombros, de poco más de un metro y medio de altura, con los ojos negros, se limitó a escuchar el resumen del proceso legal realizado por las partes y no tomó la palabra cuando tuvo la oportunidad.

La Fiscalía, representada por Lucía Aráoz y Carlos Covani, pidió 25 años de condena para la joven, basándose en varias pruebas fuertes en su contra. La principal fue la declaración que hizo la acusada al momento de ser arrestada (tenía entonces 20 años), cuando admitió haber disparado sobre las víctimas; aunque luego se desdijo. Aquel día Rocío habló ante su madre y dos testigos, pero al haberlo hecho sin un abogado defensor el testimonio fue desestimado por la defensa.

A su vez, Magdalena V., una chica que presenció la balacera contra Eliana y Carolina, dijo haber reconocido a la acusada disparando desde una moto blanca, sentada en el asiento del acompañante. También un policía que hacía adicionales en una estación de servicios de Avellaneda y 27 de Febrero aquella noche dijo haber visto pasar a una chica similar a Rocío, en una moto blanca, viajando como acompañante. Varios testimonios hablaron de un problema previo entre Carolina y Rocío por un muchacho que estuvo de novio con ambas; incluso algunos señalaron que los problemas entre las muchachas solían terminar a los golpes.

Por otro lado, mediante una consulta con un especialista, la Fiscalía planteó que, si bien es una posibilidad que Rocío nunca hubiese disparado un arma previo al ataque, debido a la proximidad desde la cual se ejecutaron los homicidios (menos de 5 metros), cualquier persona puede impactar en un blanco. Por último, a modo de conclusión, postularon que Rocío actuó con una “intención mortal”, agrediendo a dos personas indefensas. En este marco, exigió que la joven sea condenada por homicidio agravado por uso de arma de fuego y portación de arma de guerra.

En una contraposición absoluta, la defensa de Rocío, a cargo de Graciela San Miguel, postuló que la acusada debe ser absuelta. Según la defensora oficial, la muchacha no estuvo presente en el lugar de la balacera, ya que se encontraba cuidando a sus sobrinos en la zona norte. Y sostuvo que Rocío declaró presionada por la Policía el día que se autoinculpó.

A su vez, planteó diferentes incongruencias en el testimonio de Magdalena V., al entender que la testigo se contradijo en algunos de los datos presentados, lo que implicaría que los dichos de la única persona que ubicó a la acusada en la escena del crimen pierdan validez.

La defensora postuló que nunca fue encontrada el arma homicida, ni la supuesta moto desde la cual habría disparado Rocío, agregando que la prueba de dermotest a la que fue sometida la acusada (dos semanas después del doble homicidio) dio negativo. La defensa dijo ante los magistrados que la imputada nunca tuvo problemas con la ley, agregando que por sus características físicas era muy difícil que hubiese sido la autora de los crímenes. De todas maneras, sugirió que, en caso de que la chica sea encontrada culpable, la carátula que le correspondería sería la de homicidio simple.

Comentarios

10