Ezequiel Nieva
Después de una semana de negociaciones entre el gobierno saliente, el entrante y las cámaras legislativas, se aprobó el presupuesto provincial 2020 que ejecutará Omar Perotti en su primer año de gestión. El proyecto, que había sido elaborado por el actual gobernador Miguel Lifschitz y que la semana pasada tuvo media sanción del Senado, fue modificado a pedido de Perotti y resultó aprobado este jueves por las dos cámaras legislativas.
El presupuesto 2020 prevé gastos y recursos por algo más de 400 mil millones de pesos, con un resultado deficitario estimado en 10 mil millones. Se autoriza al gobierno a tomar deuda para financiar obras públicas y, al mismo tiempo, se reconducen partidas que inicialmente iban a destinarse a gastos de capital para que el Ejecutivo pueda destinarlas a gatos corrientes. Contar con los recursos necesarios para el pago de los salarios era una de las mayores preocupaciones del gobernador electo.
De entrada, respecto del proyecto original, la Legislatura disminuyó en 15 mil millones de pesos los recursos previstos. Por ese motivo, del cálculo de un superávit de 3 mil millones se pasó a un déficit estimado cercano a los 10 mil millones. Las partidas que se retiraron del proyecto son las que refieren a las deudas de la Nación con la provincia por coparticipación (se había incluido una partida “simbólica” de 10 mil millones) y por el déficit de la Caja de Jubilaciones (otros 5 mil millones).
Para destrabar el tema, dos de los futuros ministros del próximo gobierno –Rubén Michlig y Esteban Borgonovo– negociaron contra reloj con representantes de la actual gestión, representados por el asesor del Poder Ejecutivo Juan Carlos Zabalza, y con los referentes del peronismo en el Senado y en la Cámara de Diputados.
De esas negociaciones surgió un dictamen diferente respecto del que habían aprobado los senadores la semana pasada. Los principales cambios, a pedido de Perotti, son los siguientes:
– El Ejecutivo podrá reconducir hasta el 40% de los fondos destinados a obra pública a gastos corrientes. Fue una de las exigencias de Perotti, quien consideraba que el monto destinado a gastos de capital era excesivo y ponía en riesgo del pago de los salarios. El proyecto original estipulaba gastos de capital por 62 mil millones. La versión que resultó aprobada establece que hasta 25 mil millones podrán destinarse a gastos corrientes.
– Se incluyó un artículo por el cual la Legislatura autoriza al Ejecutivo a tomar deuda por un monto máximo de 12.300 millones de pesos, de los cuales el 30% –en caso de que efectivamente haya un endeudamiento– deberá ser destinado a obras en municipios y comunas. Un gesto de Perotti para conseguir el aval de los senadores.
– Se quitó del presupuesto la estimación incluida por la gestión Lifschitz respecto de la deuda histórica que mantiene la Nación con la provincia por descuentos sobre la coparticipación. La iniciativa original incluía 10 mil millones de pesos por ese concepto, que fueron quitados del presupuesto sancionado. Por ese motivo, la estimación de un resultado equilibrado (con un leve superávit) quedó vieja y en la ley aprobada se consigna un déficit para 2020 cercano a los 10 mil millones de pesos.
Con esos cambios consensuados, el proyecto logró media sanción en la Cámara de Diputados con 40 votos positivos (Frente Progresista, PJ y Cambiemos) y cuatro en contra (Igualdad y Participación y el Frente Social y Popular). Después de la media sanción, el tema fue girado al Senado provincial, que aceptó los cambios y lo convirtió en ley por unanimidad.
Voces en el recinto
El presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, Julián Galdeano (UCR), valoró en el recinto el acuerdo político que permitió destrabar el tema pero al mismo tiempo hizo algunas críticas sobre el contenido del proyecto: “No es un buen presupuesto porque es muy difícil calcular recursos y proyectar gastos con la economía de hoy, se torna complejo, de hecho los últimos presupuestos que establecieron parámetros macro no fueron realistas. La realidad es que los presupuestos no expresaron en términos de expectativas lo que después ocurrió con la economía real”.
“Hubiera sido muchísimo más razonable que el presupuesto se acordara de otra forma y que las conversaciones en el marco de la transición política en la provincia de Santa Fe se hubieran dado de otra manera. Es una realidad incontrastable que la transición no se dio y no se está dando en los parámetros que serían saludables”, cuestionó Galdeano.
Otro de los integrantes de la Comisión de Presupuesto, Leandro Busatto (PJ), señaló durante el debate que el proyecto de presupuesto enviado por el Poder Ejecutivo “no es un presupuesto diseñado para gobernar; es un presupuesto para tener una herramienta desde la oposición para condicionar el gobierno de Omar Perotti”.
“No es el proyecto que hubiésemos querido tener, es el proyecto posible”, definió Busatto. “No tenemos una herramienta diseñada por nosotros para 2020, tenemos una herramienta diseñada por el gobierno que se va, con algunos emparches que nos permiten, de una u otra manera, reconducir algunas decisiones económicas que eviten el colapso económico en la provincia de Santa Fe”.
Busatto también fue muy crítico respecto del proceso de transición entre Lifschitz y Perotti: “A pesar de haber pretendido la construcción de un proceso legítimo, auténtico y con la participación de nuestro equipo económico, para que seamos nosotros los que podamos decidir la política económica que queremos llevar adelante, decidimos avanzar con la idea de corregir alguna de las decisiones que se han tomado con la elaboración de este presupuesto”.
Por su parte, la diputada Clara García (PS) defendió la decisión del actual gobernador de enviar el proyecto a las cámaras a pesar de la negativa de Perotti: “Lo que se hizo desde el Poder Ejecutivo fue cumplir con lo que nuestra Constitución prevé respecto de las fechas. Más allá de algunas diferencias iniciales, quiero reivindicar la tarea de todas las fuerzas políticas que pusimos todo lo que había que poner para llegar a un acuerdo”.
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