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Pensar el modelo kirchnerista

Por: Ezequiel Nieva.- El gobernador del Chaco Jorge Capitanich estuvo en Santa Fe para respaldar la candidatura de Rossi, y presentó su libro “El kirchnerismo: Desde las tensiones estructurales hacia la construcción del futuro”.

El gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, pasó la semana pasada por Santa Fe para apoyar al candidato del justicialismo, Agustín Rossi, pero también para presentar su libro El kirchnerismo: Desde las tensiones estructurales hacia la construcción del futuro. Según el dirigente chaqueño, vicepresidente del PJ a nivel nacional, el kirchnerismo logró reducir las tensiones estructurales a partir del proceso iniciado el 25 de mayo de 2003. El mandatario hizo una exaltación del modelo económico y destacó medidas sociales –como la asignación universal por hijo– que permitieron achicar la brecha entre ricos y pobres y que favoreció en particular a las provincias del norte, históricamente las más postergadas.

En su libro, Capitanich hace un análisis histórico del kirchnerismo desde el punto de vista político, económico y social. “La historia argentina contempla tres tensiones de carácter estructural irresueltas”, sostiene el gobernador del Chaco. “La primera, entre gobernabilidad y calidad institucional. La segunda, entre estabilidad macroeconómica y crecimiento. Y la tercera entre inclusión social y distribución del ingreso. Esas tensiones irresueltas a través de la historia generaron tres asimetrías severas en la distribución del ingreso. Desde el punto de vista funcional, la participación de trabajadores y empresarios en la distribución de la riqueza. Luego la distribución espacial, es decir entre provincias o regiones. Y a la vez una inequidad en la distribución intertemporal del ingreso: niños, adolescentes y jóvenes; adultos, mayores y ancianos”, expresó.

“En ese contexto –agregó Capitanich– lo que expongo es que el proyecto político, económico y social liderado por Néstor Kirchner a partir del 25 de mayo de 2003 y continuado por Cristina ha permitido resolver en parte, con un salto cualitativo, esas tres tensiones. Recuperó autoridad política y liderazgo en detrimento del poder corporativo. Propulsó y ejecutó la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, muy importante para la desmonopolización mediática, que genera una pluralidad de voces para la construcción de una sociedad auténticamente democrática. Promovió la ley de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias; el decreto 222, del año 2003, para la designación de los miembros de la Corte de un modo autónomo e independiente y redujo la participación del poder corporativo en el Consejo de la Magistratura”.

Para el mandatario chaqueño, también fue un “salto cualitativo extraordinario” la política aplicada en materia de estabilidad macroeconómica y crecimiento: “Argentina se caracterizó a lo largo de su historia por tener procesos extraordinarios de crecimiento y recesiones fuertes, con pérdidas intangibles muy fuertes para la sociedad. Este proyecto político logró superávit primario y financiero, superávit comercial y en cuenta corriente, acumulación de reservas, desendeudamiento y las tasas de crecimiento más altas de América latina de los últimos años. Y en forma simultánea, introdujo estabilidad macroeconómica con crecimiento sustentable”.

En cuanto al plano social, Capitanich sostuvo: “A través de su historia, en la Argentina la inclusión es un fenómeno aceptado socialmente por los grupos corporativos. Pero la distribución del ingreso es una discusión que requiere correlación de fuerzas y liderazgo político. En ese contexto observamos, en un recorrido de 2002 a 2011, que la participación de los trabajadores en la distribución funcional del ingreso pasó del 26 al 48,1 por ciento. En cuanto a la distribución espacial, hay un gran nivel de recuperación de las provincias del norte en términos proporcionales respecto del resto del país. Pero obviamente eso no significa que se hayan resuelto todos los problemas”.

El chaqueño se refirió a la distribución intertemporal del ingreso en la era kirchnerista: “Argentina tiene 11,6 millones de personas en el sistema de seguridad social. Hay cinco millones de trabajadores nuevos, incorporados desde 2003. Eso implicó aportes y contribuciones para el financiamiento del sistema de seguridad social, lo que permitió la asignación universal por hijo para 3,8 millones de personas y la jubilación anticipada de 2,5 millones de argentinos que estaban excluidos del sistema de seguridad social. Eso potencia el consumo popular, expande la demanda agregada, promueve inversiones y le da sustentabilidad al crecimiento económico. Eso es lo que permite corregir las asimetrías en la distribución del ingreso”.

 

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