Un hombre de 52 años fue condenado a 10 años de prisión por violar una orden de acercamiento a su ex pareja, a quien golpeó, y por intentar matar al hijo de la mujer, en lo que se convirtió en el primer caso en que se utiliza la figura de femicidio vinculado. La Justicia provincial aplicó esta calificación tras la reforma del Código Penal, al entender que la agresión tenía como destinatario –indirectamente– a la madre del joven atacado.
El condenado, Ceferino “Tincho” F., de 53 años, vivió con Adelina durante una década. Ella tenía hijos de una pareja anterior y, al tiempo de comenzar la relación con Tincho, volvió a quedar embarazada. Las cosas nunca funcionaron bien. Él era muy agresivo y no sólo se ponía violento con Adelina, sino que también descargaba su ira contra los hijos de ella, relata el fallo.
En 2009, la mujer de 44 años decidió poner fin a los hostigamientos y la violencia sufrida por el acusado luego de que amenazara con un cuchillo a una de sus hijas. Se cansó de escuchar: “Vas a llorar lágrimas de sangre por tus hijos” y lo denunció en el Juzgado de Familia Nº 5. El juez ordenó que Tincho abandonara la casa que compartía con Adelina en el barrio Nuevo Alberdi y que debía guardar una distancia de 200 metros para con su ex pareja. Pasaron tres años y Tincho volvió a aparecer. Por su parte, Adelina no se amedrentó y se presentó otra vez ante la Justicia, donde consiguió una nueva orden de restricción. A Tincho no le importó la resolución y para probar su desobediencia se mudó frente a la vivienda de su ex pareja.
En la etapa del procesamiento sobre Ceferino F., la víctima describió el acoso que sufría al explicar ante el juez Gustavo Pérez de Urrechu que su ex pareja se sentaba en la puerta de su nueva vivienda y observaba todo lo que hacía.
El 18 de febrero pasado, Waldo W., de 18 años e hijo de Adelina, volvió de trabajar y al entrar a su casa vio que Tincho vigilaba el pasillo de su vivienda. Unos minutos después de las 17, escuchó los gritos de su madre. El hombre la había sorprendido en la calle y había comenzado a golpearla en la cabeza y la espalda con un machete. Tincho se cansó de golpearla y avisó a su ex pareja que iba a buscar un bidón para comprar nafta y prenderles fuego a sus hijos, según relató la mujer.
Waldo salió de la casa para decirle que se fuera del barrio. Tincho había vuelto: estaba sentado en el cordón de la vereda con el bidón y un encendedor. Escuchó el reclamo del muchacho sin decir nada. El hombre esperó a que Waldo hiciera unos pasos y cuando le dio la espalda para cruzar la calle le tiró el combustible. “Giré la cabeza para mirar, vi que hacía un chispazo y sentí que ardía todo. Corrí y me tiré en una zanja”, describió el joven cuando pudo recuperarse de las quemaduras que le abarcaron el 30 por ciento de su cuerpo.
Tras el ataque sobre Waldo, Adelina también fue trasladada al Centro de Salud Salvador Mazza, donde los médicos diagnosticaron “politraumatismo en cabeza, cuello y espalda, y hematomas en el hombro izquierdo”.
En marzo pasado, Ceferino F. fue procesado y ayer recibió la pena a 10 años de prisión en un juicio abreviado que convalidó el juez Hernán Postma. En esta instancia, los fiscales Fernando Rodrigo, Mariana Prunotto y Juliana González acodaron con la defensa del imputado, a cargo de Marcelo Argenti, la responsabilidad del imputado de los delitos de lesiones leves calificadas y desobediencia a una orden judicial, con respecto a Adelina, y de la tentativa de homicidio calificado y femicidio vinculado para con el hijo de la mujer.
Además, los representantes del Ministerio de la Acusación y de la defensa concordaron en un régimen de salidas laborales progresivas que cuenta con cinco etapas, en las que el recluso podrá asistir a una contratista de Litoral Gas, donde trabaja desde 2008.
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