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París en llamas por protesta de los “chalecos amarillos”

Es la tercera manifestación en reclamo a la política económica aplicada por el gobierno de Macron. Se produjeron duros enfrentamientos entre manifestantes y la policía con más de 150 heridos y decenas de detenidos. Varios vehículos fueron incendiados, incluidos algunos patrulleros, y hubo saqueos


Enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes estallaron este sábado en los Campos Elíseos de París, en medio de escenas de una “violencia rara vez alcanzada”, durante la tercera jornada de protesta en Francia de los “chalecos amarillos” contra la política económica del gobierno del presidente Emmanuel Macron.

El presidente, Emmanuel Macron, que se encuentra en Argentina participando en el G20, sigue sin encontrar la fórmula para desactivar una revuelta con un grito común: “Macron, dimisión”.

A media jornada, los duros enfrentamientos se produjeron en torno al Arco de Triunfo –en la parte alta de los Campos Elíseosؘ– entre policías y manifestantes, algunos de ellos encapuchados, envueltos en nubes de gases lacrimógenos y humaredas provocadas por los incendios de varios automóviles  –incluidos algunos patrulleros–, material urbano y contenedores de basura.

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Un grupo de manifestantes logró subir a la azotea del Arco del Triunfo, mientras los disturbios se extendían a otros barrios donde hubo saqueos de tiendas de ropa de lujo.

Más de 150 de personas terminaron heridas y decenas fueron detenidas, según el primer ministro francés, Édouard Philippe, que se desplazó a la prefectura de la policía de Paris para seguir los acontecimientos.

“Individuos equipados y determinados, desde muy temprano (…) actuaron de forma muy violenta. Las fuerzas de seguridad señalaron haber sufrido ataques de una magnitud rara vez alcanzada”, dijo Philippe, según el cual 36.000 personas se manifestaban en toda Francia, de las cuales 5.500 en los Campos Elíseos.

Hay en esta emblemática avenida parisina “1.500 agitadores (…) que buscan pelea” había tuiteado previamente el ministro francés del Interior, Christophe Castaner.

“Quiero decir lo mucho que me ha sorprendido el cuestionamiento a los símbolos de Francia: el hecho de que el Arco del Triunfo hubo pintadas, de que alrededor de la tumba del soldado desconocido pudiera tener lugar una manifestación”, dijo Castaner en sede central de la policía de París, informó la agencia de noticias <EFE>.

Mejorar el poder adquisitivo

El llamado movimiento de los “chalecos amarillos”, pide una mejora del poder adquisitivo, menos impuestos y una bajada del precio de los combustibles.

En otros lugares de Francia se produjeron varios bloqueos de rotondas, autopistas, y en Nantes (oeste) medio centenar de “chalecos amarillos” irrumpieron en el aeropuerto local.

El líder de Francia Insumisa (LFI, oposición de izquierda radical), Jean-Luc Mélenchon, denunció por su lado un “increíble encarnizamiento contra manifestantes pacíficos en el Arco de Triunfo”, y acusó al gobierno de “azuzar los miedos”.

“Los manifestantes que acudieron a París a manifestarse pacíficamente, portando sus chalecos amarillos de automovilistas, se hallaron en medio de policías y agitadores”, señaló el dirigente izquierdista.

Frente a esta nueva jornada de protestas, las autoridades decidieron cerrar el tráfico en los Campos Elíseos, aunque los peatones sí podían acceder a la emblemática avenida.

Los comerciantes de la zona habían tomado sus precauciones, tras los destrozos causados el 24 de noviembre, colocando tableros de madera frente a sus locales.

Esta nueva manifestación en Paris era observada con recelo por el ejecutivo de Macron, que accedió a la presidencia francesa hace solamente 18 meses y cuya popularidad cae de forma imparable.

La primera jornada nacional de los “chalecos amarillos”, el 17 de noviembre, había congregado en toda Francia a 282.000 personas, la segunda a 106.000, 8.000 de ellas en París.

Este movimiento de enojo y protesta se extendió el viernes a Bélgica, donde un centenar de “chalecos amarillos” belgas se manifestaron en Bruselas.

Sin diálogo

El gobierno, saturado por los llamados de los políticos a hacer un gesto hacia estas reivindicaciones de los ciudadanos más vulnerables, intentó organizar un diálogo con representantes de los “chalecos amarillos”, por ahora en vano.

Los anuncios que hizo esta semana el presidente Macron –un dispositivo para limitar el impacto de las tasas a los combustibles así como un “gran diálogo”– no convencieron. El mensaje de Macron resultó ambiguo. Mientras por un lado reconoció que los reclamos eran legítimos, a la vez admitió que no cambiará su política.

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