Ciudad

Para adiestrar a los dueños

Por Agustín Aranda. La Agrupación Criadores del Dogo Argentino, con el Imusa, realiza hoy una jornada de concientización sobre la tenencia responsable de esta raza de perros, que es considerara “potencialmente peligrosa”.

Los referentes de la Agrupación Criadores del Dogo Argentino Doctor Agustín Nores Martínez se unieron conla Municipalidadde Rosario para llevar adelante una jornada para concientizar sobre la tenencia responsable y adiestramiento de esta raza y otras que, según la normativa municipal, son Perros Potencialmente Peligrosos (PPP). En diálogo con El Ciudadano, aseguraron que los perros de gran porte no son para cualquier persona, debido a que necesitan de una educación –no adiestramiento– precisa para disminuir los accidentes caseros y contra terceros. Además, marcaron que existe una moda de adquirir esta clase de perros y que muchas veces se procede por canales informales para adquirirlo, lo que no garantiza una buena cruza y se carece de asesoramiento para criarlo como es debido. En la ciudad funcionan 15 criadores de dogos argentinos matriculados, que producen al menos dos cachorros por año cada uno, y otros 11 que se encargan de criar otras sietes razas de PPP.

La jornada “Dogo Argentino. Tenencia responsable y adiestramiento de la única raza argentina”, comenzará hoy a las 9 en las instalaciones de la agrupación, ubicada en Cafferata 2026. El encuentro estará dirigido a todos los propietarios, criadores y aficionados al dogo argentino y a otras razas de perros de gran porte. Promovida desde el Instituto de Salud Animal Municipal (Imusa), cubrirá inquietudes de personas que quieran tener o tengan razas de gran porte. Los consejos serán fundamentales si se tiene en cuenta que los hospitales rosarinos reciben, en promedio, un herido por mordedura de consideración por día.

“Pensamos en concientizar y asesorar, en nuestra calidad de criadores registrados, si la persona puede tener el perro. No por vender un perro se lo vamos a vender a cualquiera. Hay muchos casos en que he aconsejado no adquirir al perro porque observo que las razones para comprarlo no son las adecuadas, ya que se perfila como un propietario irresponsable y eso es lo que genera los desafortunados accidentes que mediáticamente se amplifican”, explicó en diálogo con El Ciudadano Daniel Castro, criador de dogo argentino desde hace 20 años. A su lado, Juan Baroni, también declarado fanático de la raza, consideró que “no es el perro en sí, si no el propietario”.

“Ni ángel ni demonio, un perro”

Sobre la estigmatización de la raza, tras los repetidos ataques y consiguientes heridos en la ciudad, Castro sostuvo que el dogo argentino fue creado para un fin específico, condición que no lo inhabilita para adaptarse a la vida urbana. “Que sea para caza mayor no implica que sea feroz. Un perro feroz puede ser cualquiera, que muerda discrecionalmente sin responder a mandatos. El perro no es malo, el dueño es peligroso. Invitamos a todos los perros junto a sus dueños peligrosos”, reflexionó el referente de la agrupación de criadores.

En sintonía, Baroni aseguró que se debe tener en cuenta la genética del dogo argentino, que fue creado para cazar jabalíes y no para tenerlo en casa con los chicos. “Ahora, si vos lo educás para que esté en la casa, sepa a quién obedecer, esté socializado y no humanizado, es decir, que compita en un lugar en el sofá, no va a haber ningún problema”, confió.

La diferencia de tener un perro de gran porte, coincidieron ambos especialistas, y un chihuahua radica en la capacidad del mismo. “Sobre esta potencia se tiene que trabajar con el dueño para que lo eduque, controle y resguarde a él mismo, su familia y el resto de la ciudadanía”, aseguraron.

El “mascotismo”

Castro indicó que es el afán económico o el desconocimiento sobre la forma segura de adquirir estos animales lo que genera el “mascotismo” peligroso. La dinámica es más o menos así: personas con una hembra y un macho los hacen tener crías, lo publican en el diario, lo venden desde 200 hasta 900 pesos y no existe registro de antecedentes del cachorro y su potencial carácter. El camino responsable, en cambio, para quien desea poseer un dogo argentino u otra raza de gran porte es diferente: comienza con una entrevista con el criador, quien debe inscribir cada vez que una hembra es servida por un macho enla Federación CinológicaArgentina (FCA), a través del Rosario Can Club, al igual que hacer la “denuncia de nacimiento” del animal; al momento de la compra –un ejemplar oscila los 1.200 pesos– el criador tramita un certificado de origen con el árbol genealógico del animal y su constancia de pedigrí al nuevo dueño, que queda registrado con todos sus datos para rastrearlo. “En mi caso, trato de estar presente en los primeros 6 meses del animal junto al nuevo propietario para indicar cómo debe educarlo para acotar la posibilidad de problemas a futuro”, apuntó Castro.

“Educar no es adiestrar”

Entre otras, la tarea desdela Agrupación Criadoresdel Dogo Argentino es ocuparse de asesorar al propietario sobre la disciplina, obediencia y, sobre todo, aceptación social y familiarización con el entorno. “Es importante que el perro no esté recluido, que pueda interactuar desde chico con otros perros y humanos”, detallaron los especialistas. Para ellos, una tendencia habitual es humanizar al animal demasiado, y si bien confiaron en que no van agredir a los niños de la familia, también hicieron una aclaración: “Con chicos de temprana edad no es recomendable tener un perro de gran porte”. Además, agregaron que muchos de los que buscan estos perros argumentan quererlo para sus hijos, pero en realidad lo pretenden por cuestiones de seguridad.

Cabe destacar que ninguno de los especialistas aconseja adiestrar para defensa o ataque al dogo argentino, como sí se hace con los ovejeros, el pastor alemán y “la nueva raza en la ciudad”, el mastín napolitano o inglés, animal de unos 60 kilos aproximadamente. “No es necesario. El dogo tiene un don para proteger, no atacar directamente sino acorralar al intruso hasta que aparece el dueño”, apuntó Baroni.

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