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Asesinato resonante

Pájaro: procesan a 3 por crimen

El juez Juan Donnola encausó como instigador del homicidio de Claudio Cantero a Luis “Pollo”Bassi, y como autores a dos de sus subordinados en lo que el fallo describe como una banda dedicada a vender drogas: Milton Damario y Facundo Muñoz.


Un crimen enmarcado en una puja de bandas por un espacio territorial para desarrollar sus “negocios”, fue para el juez el móvil del crimen de Claudio “Pájaro” Cantero. La muerte del sindicado jefe de la banda Los Monos ocurrió el 26 de mayo de 2013 a metros de un boliche bailable de Villa Gobernador Gálvez. Según pudo reconstruir el magistrado Juan Andrés Donnola, el barrio La Granada, bastión de la familia Cantero, pretendía ser ganado por la organización cuyo liderazgo se atribuye a Luis “Pollo” Bassi, lo que derivó en el asesinato en clara señal de poderío. En este contexto, el juez dispuso el procesamiento de Bassi como instigador del crimen, mientras que dos de sus laderos, Milton Damario y Facundo Muñoz, fueron encausados como coautores del homicidio. A su vez, el juez procesó a otro joven por portación de armas.

El crimen

Según consta en la causa, Cantero, estuvo la madrugada de su muerte en una estación de servicios de Arijón y Moreno; de allí fue hacia el boliche Yamper (Lagos al 4500), donde estuvo con su hermano Ariel Máximo “Guille” Cantero y luego partió hacia Infinity Night, ubicada en colectora y San Martín de la vecina localidad (en el límite con Rosario), con otras tres personas. Allí fue baleado a algunos metros del local mientras orinaba. Según la reconstrucción, dos hombres con pistolas en mano se bajaron de una EcoSport gris y balearon a Cantero y uno de sus acompañantes. Sólo uno de los disparos que recibió el Pájaro resultó fatal: el proyectil ingresó por la cara superior del hombro derecho y atravesó el pulmón derecho y el corazón.

Donnola describió que el accionar de estas bandas que se valen de una lucha frontal y dirimen espacios mediante el uso de armas y asesinatos de figuras de importancia para efectivizar un poderío o respeto, y así asentar o mantener con ello una organización delictiva. “En estas acciones inhumanas, de muestreo de fortaleza sostenida únicamente por la violencia, no parece alejado de la realidad que el homicidio de Cantero haya estado urdido para ganar espacio y mostrar fuerza y miedo en un mercado delictivo signado por el cobarde valor que otorgan las armas y la nula importancia a la vida con que se maneja”, refiere el fallo.

Las pruebas

Las escuchas telefónicas marcaron para el juez los indicios iniciales. De ellas surgen los nombres de los acusados como autores del crimen. También cómo integrantes del grupo opositor que busca venganza por la muerte intenta identificarlos y ubicarlos, mientras que el grupo que apoya a los sindicados homicidas le brinda protección, información y les provee de armas y chalecos antibalas. A ello se suman los informes policiales que refieren a la presencia de bandas delictivas. Por un lado, la atribuida al clan Cantero en los barrios Las Flores y La Granada, cuya estructura delictiva desarrollada en los últimos diez años hizo que esta familia sea reconocida por su accionar violento en el mundo del delito y particularmente ligado a la comercialización de estupefacientes, contando con una cantidad de personas aliadas a esta red criminal, constituyendo los denominados soldaditos, según refiere el fallo.

Por otro lado, Donnola Describe el accionar de dos bandas más: una de barrio Tablada encabezada por un tal “Pato”, padrastro de un joven llamado Milton César –que recibió falta de mérito en esta investigación– e integrada en su mayoría por esta familia; y un segundo grupo conformado por el clan Bassi, al que reportan dos jóvenes vinculados con distintos hechos sangrientos, Milton Damario y Facundo “Macaco” Muñoz. A esta organización, cuyo liderazgo le atribuye a Luis “Pollo” Bassi, el juez le adjudica la comercialización de drogas.

A su vez, el juez tuvo en cuenta algunos testimonios que refieren por ejemplo que los matadores se movilizaban en una EcoSport gris que fue además tomada por una cámara de seguridad cuando se dirigía en dirección contraria al boliche a alta velocidad, momentos después del crimen, y otras que describen a Macaco Muñoz como uno de los tiradores, o una versión que sostuvo que horas antes del homicidio se observó a Milton Damario conduciendo la camioneta que luego se usó para el crimen. A lo que se suman otros testimonios “de oídas” que hacen referencia a los comentarios en la puerta del boliche o en el Heca –donde fue llevado agonizante Cantero– sindicaban a “gente del Pollo Bassi” como los autores del ataque.

El magistrado advirtió además la existencia de un trasfondo de actividad ligada al narcotráfico, por lo que ordenó la remisión de copias para el inicio de una investigación en ese fuero y dispuso la profundización de la causa respecto de otras personas que aparecen mencionadas, como un tal “Tetón”.

Con estos argumentos, Donnola dispuso el procesamiento del Pollo Bassi como instigador de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por uso de arma de fuego, y lesiones graves agravadas por el uso de arma en perjuicio de Lisandro Mena (luego también asesinado), quien se encontraba con el Pájaro.

Macaco Muñoz y Milton Damario, por su parte, fueron encausados por los mismos delitos en calidad de coautores; además se les dictó la prisión preventiva y se fijó una fianza sobre sus bienes de 300 mil pesos. A su vez Osvaldo Maximiliano Z. fue procesado por tenencia ilegítima de arma de fuego y de guerra mientas que Héctor Daniel G. recibió falta de mérito.

Demarre y César

Según las escuchas, uno de los primeros nombres que circuló como uno de los matadores fue el de un tal “Milton”. Según un informe policial, al tener este dato, la familia Cantero direccionó una venganza hacia Milton César, quien en una declaración sostuvo que la enemistad con los Cantero empezó en el 2013, cuando su novia se peleó en el boliche Mogambo con la novia de Guille Cantero. El 28 de mayo de 2013, su familia fue baleada cuando se trasladaba en una camioneta. Como consecuencia falleció su hermano Nahuel, un amigo y unos meses después su madre, como consecuencia de las lesiones sufridas. Su padrastro fue herido en el mismo ataque, en tanto que sus dos hermanos menores resultaron ilesos. El caso tiene tres imputados.

Otra de las muertes, un día antes (el 27 de mayo) que se produjeron luego del crimen del Pájaro fue la de Diego Demarre, dueño del boliche Infinity Night, quien fue considerado, según un informe policial, el entregador del Pájaro. Según el fallo de Donnola, Demarre fue socio de un pesado de barrio Tablada, Gustavo Benavente, con quien tenía el boliche Tropical, pero cuando éste fue asesinado se trasladó a Villa Gobernador Gálvez y abrió un nuevo local, El Límite, donde contrató como guardaespaldas a Milton César. Pero la relación se desgastó y Demarre alquiló la disco bajo el nombre de Infinity Night. Por este caso la jueza Alejandra Rodenas procesó a Guille Cantero, y a dos de sus lugartenientes: Leandro Vilches y Emanuel Chamorro.

Tras esta saga de crímenes, el 31 de mayo de 2013 el juez Juan Carlos Vienna dispuso allanamientos en barrio La Granada contra el clan Cantero, en el marco de la megacausa por asociación ilícita.

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