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Otro reprobado

La Lepra careció de fútbol y actitud y cayó 2-0 ante Tigre. Sensini se fue silbado.

Por: José Odisio

Los silbidos de reprobación de los hinchas en el final del partido fueron una señal inequívoca del momento de Newell’s. La Lepra ayer sumó una nueva derrota, sigue sin rumbo dentro de la cancha y, lo que es peor, ya ni siquiera muestra un poco de vergüenza.

La Lepra cayó ante un mezquino, pero rendidor Tigre por 2-0, en un partido donde tal vez no mereció un resultado tan distante, pero tampoco hizo demasiado para evitarlo.

El gol tempranero de Juan Pablo Garat fue lapidario. Inexplicablemente, a sólo cuatro minutos de iniciado el encuentro, la visita encontró una diferencia que le permitió jugar como mejor le gusta a Caruso y la Lepra no tuvo un mínimo argumento para revertir esa situación. Así está este Newell’s. Cualquiera le cabecea en su propia área a pesar de contar con defensores de la talla de Alayes, Insaurralde y Fideleff, a los que habría que sumar al propio Boghossian. Y con las “defensas” tan bajas, la mínima adversidad se transforma en un problema sin solución. Sin ideas futbolísticas a mano, con un Boghossian desconocido (¿será el verdadero?), con el Gato Formica deambulando en busca de una pelota y robándose un aplauso por una pelota robada y no por un caño, sin un carrilero derecho o izquierdo peligroso, un gol en contra es demasiado. Y Sensini, con pocos recursos para cambiar, no hace más que sumar más confusión. ¿O alguien entiende por qué Quiroga fue ayer la primera alternativa de cambio?

Tal vez la suerte hubiera sido otra si el único disparo al arco de Boghossian tras centro de Estigarribia no pegaba en el palo cuando iban 33 minutos de la primera etapa. Pero apelar a un golpe de suerte parece demasiado poco para un equipo que hace cuatro meses peleó el título hasta el final y hoy da pena dentro de la cancha.

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