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Otro Mono tras las rejas

Tiene 31 años y no había sido mencionado en el caso Walter Cáceres. Se presentó en Tribunales y dio la misma versión que días atrás expuso el Chino Fleitas, otro de los imputados por el ataque al micro.

El jueves pasado se presentó en Tribunales un hombre de 31 años, sindicado integrante de la banda conocida como Los Monos, que opera en la zona sur de la ciudad, en el marco de la investigación por el asesinato del adolescente Walter Cáceres, ocurrido en febrero pasado durante una emboscada a un colectivo en la autopista Aramburu, a la altura de barrio Las Flores, y tras prestar declaración indagatoria quedó detenido, elevando la suma de personas tras las rejas a cinco. Pese a que esta semana se conoció que la jueza de Instrucción 6ª dictó la falta de mérito para varios de los integrantes de Los Monos, entendiendo que no existen pruebas para acusarlos de ser parte de una asociación ilícita, los principales referentes del grupo siguen presos.

El jueves por la mañana, César M. se presentó en el Juzgado de Instrucción de la 6ª Nominación, a cargo de Raquel Cosgaya, para prestar declaración indagatoria. Fuentes judiciales indicaron que el hombre, que reconoció ser amigo de Claudio Ariel Pájaro Cantero, el hijo mayor del líder de la banda, no tenía pedido de captura, pero que igualmente quería declarar.

El hombre fue hasta Tribunales en compañía de su abogado defensor, quien también representa a Carlos Fernando Chino Fleitas, de 28 años, quien está detenido y procesado por el homicidio de Walter Cáceres. El Chino, indicaron voceros de la causa, amplió a comienzos de la semana su declaración. Entre otras cosas, dijo que “recordó” que, la noche en la que mataron al joven simpatizante de Newell’s, él y varios de los integrantes de la banda Los Monos estuvieron comiendo un asado en una vivienda del barrio La Granada.

Llamativamente, el hombre que se presentó el jueves dijo exactamente lo mismo que el Chino, pero como su nombre aparece en el entrecruzamiento de llamadas realizadas por los integrantes de la banda la noche del hecho, quedó tras las rejas y esta semana la jueza resolverá su situación procesal, mencionaron voceros del caso. Ese mismo jueves se le tomó declaración a la novia del Pájaro, quien al igual que César M. se presentó en forma espontánea y dio la misma versión sobre la noche previa a la balacera.

Los voceros indicaron también que, por las escuchas, se libró orden de detención contra otro integrante de la banda, que hasta el momento no había sido mencionado en la causa.

En tanto, la jueza Raquel Cosgaya dictó la falta de mérito para Ariel Máximo Cantero, líder de la banda Los Monos y para otras ocho personas, que habían sido acusadas de integrar una asociación ilícita, tras los allanamientos realizados a fines de marzo en distintas viviendas de los barrios La Granada y Las Flores, en la zona sur, donde se incautaron unos 40 celulares, 40 mil pesos, handies, armas, y varios autos, entre ellos un Peugeot 206, un Renault Clio, y un Fiat Palio y un Mini Cooper valuado en 30 mil dólares.

Al mes siguiente, la jueza procesó a Ariel Máximo Cantero y a otras siete personas por la presunta integración de una asociación delictiva, pero finalmente, y pese a que se secuestraron varios elementos que podrían determinar que se está en presencia de una banda, la cantidad de elementos secuestrados, más la declaración de los detenidos no permitieron probar la existencia de una asociación ilícita. Aunque esta medida no modifica el estado de detención de Ariel Máximo Cantero, sus hijos Ariel y Claudio y el Chino Fleitas.

Walter Cáceres era uno de los tantos hinchas rojinegros que en la madrugada del jueves 4 de febrero pasado volvía en micro luego de presenciar el partido que Newell’s disputó la noche anterior con Huracán, en Parque Patricios. Dos colectivos que habían sido alquilados venían en caravana por la autopista Aramburu, pero en el peaje de General Lagos uno de los rodados se demoró, por lo que el otro ómnibus siguió adelante.

Al llegar a la altura de barrio Las Flores, la pinchadura de un neumático hizo que el colectivo que iba adelante, en el cual viajaba Cáceres, estacionara al costado de la calzada. En ese momento una interminable ráfaga de disparos iluminó la zona: los pasajeros del micro habían sido emboscados por un grupo que disparaba desde el costado este de la autopista.

Como consecuencia de la balacera, tres personas resultaron heridas: Walter Cáceres fue alcanzado por tres proyectiles en la cabeza y otro en la espalda y falleció 36 horas después en el Hospital de Emergencias. Otros dos hombres, Diego Malcovic y Carlos Muratovic, sufrieron heridas pero no de gravedad.

Desde un primer momento, se insinuó que la emboscada estaba dirigida a Diego Panadero Ochoa, jefe de la hinchada rojinegra, quien se erigió como líder del par avalanchas leproso luego de la caída de Roberto Pimpi Camino, mandamás de la hinchada bajo la presidencia de Eduardo López. Camino fue mencionado en varias oportunidades durante la pesquisa, incluso por el padre del joven fallecido, pero nunca declaró por este hecho y fue asesinado al mes siguiente en la puerta de un bar de zona oeste.

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