Edición Impresa

Ejecución

Otro homicidio con sello de narcobarras

Matan a tiros a joven en Las Flores Este y lo vinculan con otras dos muertes.


Un muchacho de 26 años fue acribillado a balazos anteanoche cuando el acompañante de un automovilista le disparó en Padre Giaccone al 1400, a unas pocas cuadras de su vivienda en Las Flores Este. La víctima, quien estaba en compañía de su pareja de 18 y su hija de 8 meses, recibió al menos seis impactos en diferentes partes del cuerpo y murió en el lugar. Por su parte, la joven terminó herida de un tiro en el muslo. El fiscal indicó que no se descarta que este crimen pueda tener vinculación con el homicidio de Nora Oroño, ocurrido unas horas antes en otro sector de la zona sur. A la vez, pesquisas señalaron que otra hipótesis, no contradictoria sino más bien complementaria, que siguen es una venganza relacionada con otros dos homicidios que vinculan el narcotráfico con la barra de Newell’s: los de Jonatan Fernández y Leonardo Cesáreo, ocurridos en 2015.

El fiscal de Homicidios Dolosos Pablo Pinto describió ayer que minutos después de las 23 de anteanoche la víctima fatal, identificada como Jonatan Alexis Rosales, de 25 años, caminaba con su pareja Gabriela O. (de 18) y su pequeña hija de 8 meses por Giaccone al 1400 cuando un auto se le puso a la par y quien iba como acompañante abrió fuego para luego huir a toda velocidad. Producto de la balacera, Rosales quedó tirado sin vida en una zanja, a la altura de Giaccone 1476, tras recibir al menos seis impactos en abdomen, piernas y tórax, mientras que su pareja quedó herida por un proyectil en el muslo derecho y fue trasladada por familiares al hospital Roque Sáenz Peña.

Fuentes policiales indicaron que la muchacha declaró en un primer momento que iba en moto con su pareja cuando apareció un Volkswagen Gol gris oscuro, cuyo conductor trató de embestirlos y aprovechó que Rosales perdió la estabilidad y cayó a la zanja para que el acompañante le disparara. Ante el fiscal, todavía shockeada, dijo que caminaban por la zona. En ese sentido, Pinto señaló que fue una primera declaración de la víctima, la cual será ampliada cuando la joven se recupere.  En el lugar, los pesquisas incautaron tres vainas servidas calibre 9 milímetros.

El crimen de Nora Oroño

El fiscal indicó que luego de escuchar una serie de testimonios de los familiares de Nora Oroño, la mujer asesinada anteayer por la tarde en la puerta de su casa de Regimiento 11 87 bis, no descarta que exista una conexión con el asesinato de Rosales. A pesar de que Pinto no adelantó ninguna hipótesis sobre el crimen de Oroño, reconoció que la relación marital de dos de los hijos de Nora (de apellido Yosti) con hermanas del barrabrava Matías Franchetti (alias Cuatrerito), asesinado a principios de este mes frente al estadio de Newell’s, no pueden dejar de investigarse. Las familiares del Cuatrerito y dos hermanos Yosti fueron detenidos con 15 kilos de cocaína en Uruguay al 3900 dos años atrás.

Otras fuentes del caso especularon que el crimen de Nora pudo ser otro capítulo del enfrentamiento entre los bandos del Fonavi del Parque del Mercado y de barrio Municipal, que en los últimos dos meses ya había dejado cuatro muertos –Leonel Sánchez, Mariela Miranda, Julio Solaro, María Cristina Núñez–, y al menos una decena de heridos.

Seis, el sello narco

En otro orden, los investigadores no descartan que los seis impactos que recibió Rosales tengan relación con dos crímenes de hinchas del paravalanchas leproso que ocurrieron en abril y diciembre de 2015 cuyo móvil principal estuvo vinculado con disputas por el dominio del territorio para la venta de estupefacientes en la zona sur. En octubre del año pasado, a Rosales le habían baleado el frente de su casa y en el auto de sus atacantes hallaron cinco vainas servidas calibre 9 milímetros.

El 1° de abril del año pasado, Jonathan Nahuel “Yona” Fernández, de 27 años, estaba por subirse a un remís estacionado frente a su casa de Giaccone al 1300 –a una cuadra del lugar donde fue ejecutado Rosales anteanoche–, cuando pasaron dos motociclistas y lo acribillaron de seis balazos calibre 9 milímetros.

Por su parte, la noche del 3 de diciembre último, Leonardo David Cesáreo, de 28 años y también vecino de la cuadra de Giaccone al 1300, comió un asado en las instalaciones de Newell’s. Cuando Cesáreo y su pareja salieron del predio por el portón seis –el mismo frente al cual fue ultimado semanas atrás el Cuatrerito–, a bordo de una moto un auto con vidrios polarizados se puso a la par y, en Presidente Perón y Lagos, un tirador efectuó un primer disparo. La víctima intentó continuar pero perdió el control del rodado y cayó a la altura de la cortada Emilio Civit. Allí, le efectuaron el resto de las detonaciones, también con un arma calibre 9 milímetros. Asimismo, en el cuerpo de Cesáreo contabilizaron seis impactos en nuca, brazo y tórax. Para los pesquisas, Rosales no sólo era vecino de Yona y Leo en Las Flores Este, sino que también trabajaba con ellos y la hipótesis principal es que pudo tratarse de una venganza que combina disputas en la barra leprosa y por dominio de territorio narco.

Comentarios